LA
VOZ DE LOS MENSAJEROS Y LA PALABRA DE JESÚS.
Con
tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá: Éste es el camino.
Síguelo sin desviarte, ni a la derecha, ni a la izquierda'. (Is 30, 21)
Es
el camino de la Ley: “Guardar los Mandamientos”. Camino que nos leva a Cristo
que nos lleva al camino del Amor, de la Paz y de la alegría, Desviarse a la
izquierda y a la derecha son caminos que deshumanizan y despersonalizan nos
leva a amar el mundo que ofrece poder, tener y placer (1 de Jn 2, 15) Mientras
el camino de Dios nos lleva a amar y servir al Señor, No se puede servir a dos señores[um1] ; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o
bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al
Dinero. (Mt 6, 4).
Escuchemos
la Voz del Señor y no endurezcamos el corazón.
Es
la Voz que se escucha en el desierto del corazón, es la Voz de los Mensajeros
que están al servicio de la Palabra de Dios. Escucha esta Voz el que escucha
silencio, hace austeridad y se desprende de todo aquello que es incompatible
con la novedad que Cristo nos trae: El Reino de Dios.
Juan
la Voz que clama en el desierto dice a los hombres de la religión de todos los tiempos:
Escribas, fariseos y sacerdotes.
Dad, pues,
frutos dignos de conversión, y no andéis diciendo en vuestro interior:
"Tenemos por padre a Abraham"; porque os digo que puede Dios de estas
piedras dar hijos a Abraham. Y ya está el hacha puesta a la raíz de los
árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.»
(Lc 3, 8- 9)
La gente le
preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?» La gente: los pobres, los ricos, los
religiosos y los ateos, que nadie se sienta excluido, el Mensaje es para todos:
Y él les respondía: «El que tenga dos
túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga
lo mismo.» (Lc 3, 10- 11)
Les habla a
los pecadores públicos:
Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos
hacer?» Él les dijo: «No exijáis más de
lo que os está fijado.» (Lc 3, 12- 13) El fraude atenta contra el séptimo
Mandamiento: “No robaras”.
También les
habla a los poderosos y a los políticos:
Preguntáronle
también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No hagáis
extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra
soldada.» (Lc 3, 14) Guarden los Mandamientos; No robarás y no mentirás contra
el sétimo y el octavo Mandamientos.
A todos nos
diría hoy la Voz que clama en el desierto del corazón: “Oren para que crean, se
conviertan y se salven” “Renuncien al
mal y hagan el bien, practiquen la justicia y la obediencia a Dios (Is 1,
16-17) “Guarden los Mandamientos y la Palabra de Dios” (Mt 22, 37- 40) Lo
anterior nos lleva a entender las palabras de Jesús: ¿De qué sirve poner le un
parche nuevo a un vestido viejo? (cfr Mc 2, 21) Estos no tienen remedio, hay
que nacer de nuevo:
La Palabra nos dice: el Reino de los cielos ha llegado, crean
y conviértanse.
Había entre los fariseos un
hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le
dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede
realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él. “Jesús le
respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede
ver el Reino de Dios.” Dícele[um2] Nicodemo:
«¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno
de su madre y nacer?» Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no
nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de
la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. (Jn 3, 1- 6) Para
nacer de nuevo hay que creer en Jesucristo y convertirse a él, para luego,
aprender el camino de la Rectitud: el Amor, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6).
El que nace de Dios es un candidato
para sr futuro Mensajero de la Voz de la Palabra de Cristo, ser un servidor de
Cristo y de la Iglesia. Escucha la Palabra y la pone en práctica. Hace Oración
como hijo de Dios. Practica el bien y rechaza el mal. Se enamora de la Voluntad
de Dios y anuncia su Evangelio, es un consagrado al Señor.
La Palabra
dice a los Mensajeros:
“Cree y conviértete al Reino”
(Mc 1, 15) “Oren siempre para no caer en tentación vencer el mal y pedir a Dios
que envié Mensajeros a su Mies” (Mt 6, 9-12; Lc 10, 2) “Extiende tu mano para que puedas
servir y compartir (Mc 3,1. 5) “Ámame y sígueme para que te configures conmigo”
(Lc 9, 23; Jn 14, 21. 23) “Si quieres ser grande, hazte servidor de los demás”
(Mt 20, 25) “Aprende a servir y amar como yo lo he hecho” (Jn 13, 13- 34) “Vengan
a Mí los que está cansados y agobiados (Mt 11, 28- 29) “Vayan por todo el mundo
y enseñen todo lo que yo les he enseñado”. “Y Yo estaré siempre con ustedes” (Mt
28, 18- 20)
La Voz del Mensajero es fiel
a la Palabra por eso predica y amonesta: “Arrepentíos,
pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados” (Hch 3, 19) “Amen
al Señor y no al mundo (1 de Jn 2, 15) Y puedan hacer de Jesús su Salvador, su
Maestro y su Señor, el Cristo de Dios. (Mt 16, 16; Hch 2, 36).
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