LA VOZ QUE CLAMA
EN EL DESIERTO SE ESCUCHA EN EL CORAZÓN.
«En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios. Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie. (Is 40, 1- 4)
Isaías habla a los judíos
desterrados en Babilonia: Vuestra servidumbre se ha terminado. Es la invitación
a salir del exilio para ponerse en camino de éxodo hacia la “Tierra Prometida”.
Dios abre un camino en el desierto y deja escuchar su Voz en la conciencia de
los hombres: No hagas cosas malas, haz cosas buenas, en caso de que no hayas
obedecido Dios deja escuchar una tercera palabra: Arrepiéntetele, vuélvanse a mí
para que sus pecados sean perdonados- Es un llamado a salir de la servidumbre,
dela esclavitud a la libertad.😊
La voz del
Profeta no siempre es escuchada.
Consolad, consolad a mi pueblo - dice vuestro Dios. Hablad al corazón de
Jerusalén y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho
por su culpa, pues ha recibido de mano de Yahveh castigo doble por todos sus
pecados. Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la
estepa una calzada recta a nuestro Dios. Que todo valle sea elevado, y todo
monte y cerro rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie. (Is
40, 1- 4)
Juan el Bautista crece, vive y predica en el desierto.
El desierto geográfico es una tierra inhóspita, inhabitable, es vacío,
es caos, es tierra llamada a dar leche y miel, es decir paz y dulzura
espiritual, y convertir la tristeza en gozo y alegría, si hay conversión. Ponerse
en camino de éxodo es l actitud de estar en camino de conversión. La conversión
comienza en la mente del hombre. De la mente nacen los anhelos de conversión.
El desierto espiritual es un lugar apropiado para hacer silenci y escuchar
la Voz de Dios. Silencio exterior y silencia interior, sin ruidos, sin
emocionalismos, sin sentimentalismos- Sólo en el silenci se puede escuchar la
voz de Dios y las voces de los pobres. Hacer silencio es recogerse
interiormente, para encontrarse a solas con Dios. (Mt 6, 6)
El desierto espiritual pide hacer “austeridad”. No hacer gastos superfluos,
inútiles, lujos innecesarios, fiestas mundanas para hacer ruidos. Bástale al
hombre tener lo necesario para vivir con dignidad. No gastes más de lo que
ganas, ni hagas fiestas con dinero prestado porque te llenas de preocupaciones.
Sin austeridad no hay vida espiritual.
El desierto espiritual te pide desprendimiento de equipaje para que
camines por el “Camino estrecho y pases por la puerta estrecha, que es Cristo”
(Mt 7, 13- 14) Entregar la carga a Jesús para poder recibir la suya (Mt 11, 28-
29) El desprendimiento te lleva a la humildad. Al reconocimiento de tus pecados
y a despojarse del traje de tinieblas para revestirse con el traje de la Luz
(Rm 13, 13).
El desierto
se convierte en vergel para luego llegar a ser un bosque con árboles frondosos,
con maderas finas, es decir, te conviertes en un servidores del Reino: “Como
descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que
empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al
sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que
no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya
cumplido aquello a que la envié. Sí, con alegría saldréis, y en paz seréis
traídos. Los montes y las colinas romperán ante vosotros en gritos de júbilo, y
todos los árboles del campo batirán palmas. En lugar del espino crecerá el
ciprés, en lugar de la ortiga crecerá el mirto. Será para renombre de Yahveh,
para señal eterna que no será borrada.” (Is 55, 10- 15).
La voz que
clama en el desierto es una llamada a la conversión del corazón.
Voz del que clama en el
desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco
será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y
las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios.” (Lc 3,
4-6)
Hay picos y hay valles. hay
emocionalismos y sentimentalismos: hay angustias y hay tristezas. Hay montañas
de soberbia, de egoísmo, de ira, de fraudes, de mentiras, de envidias y otras
maledicencias- Todos somos pecadores y pecamos, el pecado nos priva de la
gracia de Dios. (Rm 3, 23) Preparemos el camino al Señor, nuestra Liberación,
con un corazón contrito y arrepentido pongamos en camino de éxodo hacia Cristo,
nuestra Puerta Santa y estrecha, Cristo Crucificado para que lo aceptemos como
nuestro Salvador y nuestro Redentor, perdone nuestros pecados y nos dé el don
del Espíritu Santo (Rm 5, 1; Hech 2, 38)
Jesús resucitado entra en
nuestra vida llevando en sus manos el perdón, la paz, el amor y el gozo en el Espíritu,
para que nuestra tierra dé frutos en abundancia, y así nuestro corazón se
expande. pues participa de la Plenitud de Cristo, Jesús, nuestro huésped, que
habita por la fe en nuestro corazón (Ef 3, 17) La tristeza se convierte en
alegría, pues hay gozo en el Cielo, donde un corazón se arrepiente y se convierte
a Cristo. (cfr Lc 15, 7)
No endurezcamos nuestro
corazón a Dios nuestro Padre, que es rico en amor y en misericordia, escuchemos
su Voz, y vallamos al desierto por el camino del arrepentimiento que nos lleva
a la Tierra Prometida.
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