YO SOY LA LUZ DEL MUNDO PARA QUE ME SIGAN Y TENGAN VIDA.

 

YO SOY LA LUZ DEL MUNDO PARA QUE ME SIGAN Y TENGAN VIDA.



Iluminación: Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Jn 8, 12) Hablamos de Luz divina, y no de la luz del sol o de luz eléctrica.

¿Qué nos ha dejado la fe en Jesucristo?

Nos ha dejado Luz, Poder y Amor. Luz para ver el Camino, tal como lo dice el salmista: “Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero”. (Slm 119, 105) El camino es estrecho (Mt 7, 13- 14) Hay obstáculos que hay que vencer; cargas que hay que abandonar para poder caminar sin dificultad, hasta llegar a puerta Santa (Jn 10, 7) Puerta que es estrecha y que exige entregar la carga para poder entrar. La Puerta estrecha es Cristo Crucificado, hay que aceptarlo como nuestro Salvador y como nuestro Maestro, Él es nuestra única guía (Mt 23 ) Su instrucción es firme y verdadera: “Niégate a ti mismo, carga tu cruz y sígueme” (Lc 9, 23). Para que sea también nuestro Señor.

Su Palabra es Luz y es poderosa: Levántate toma tu camilla y vete a casa” (Mc 2, 15) Con el poder de la Palabra podemos levantarnos, vencer el mal para poder caminar en la Verdad que nos hace libres (Jn 8, 32) Libres del mal y libres para hacer el bien y con el bien vencer al mal (Rm 12, 21) El Poder de Dios es Vigor, es Fuerza que nos fortalece para luchar contra nuestro pecado y el pecado de otros y vencerlo.

La Palabra de Cristo es Luz que se hace Amor, Verdad y Vida. (Jn 14, 6) Por amor podemos extender la mano y compartir los dones recibidos de Dios (Mc 3, 5) Podemos extender la mano y servir y lavar pies a los demás (Jn Mt 20, 25; Jn 13, 13) El Amor es Luz y es Poder para amar a Dios y a los otros: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» (Jn 13, 34- 35)

El que ama camina en la Verdad y lleva sus lámparas encendidas (Lc 12, 35) Lleva la Luz de Cristo en su corazón y camina revestido con la Túnica del Señor que lo reviste de Luz. Su fe es sincera y lleva en su corazón el amor de Dios para compartirlo a los demás, y ser así Luz del mundo y sal de la tierra (Mt 5, 13- 14)

El que tiene la Luz desecha la malicia, la mentira, la envidia, la hipocresía, y la maledicencia (1 de Pe 2, 1) La malicia es la soberbia y todos sus vicios. La mentira nos engaña y manipula al hacer pensar que valemos por lo que tenemos y no por lo que somos, personas valiosas, importantes y dignas. El que tiene a Cristo, tiene la luz y no camina en tinieblas (cf Jn 8, 12) Y puede con su amor y con su poder amar al enemigo y rezar por él (Lc 6, 27- 28) Por eso Mateo dice que el que escucha y obedece la Palabra de Dios construye su casa sobre Roca, es decir, sobre Cristo (Mt 7, 24s)

El que tiene la Luz de Cristo no hace acepción de personas, por que todos somos iguales en dignidad, mujeres y hombres, pobres y ricos, judíos y gentiles todos somos uno en Cristo Jesús (Col 3, 11) Su Luz y su Amor le permite reconocer a los otros como personas, como hermanos que le pertenecen porque son de la propia familia, los acepta como regalos de Dios y acepta ser regalo para los demás. Y puede con el Poder de la fe cargar con las debilidades de los otros (Rm 15, 1)

Todo lo anterior es posible si Cristo vive en nuestro corazón, en el cual hay Luz, Amor, Verdad, Vida y Santidad. Y por así experimentar el amor de Dios: que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios. (Ef 3, 17- 19)

¿Qué hacer para entrar a la Plenitud de Dios?

La Plenitud de Dios es Cristo (Col 2, 9) y para entrar en su Plenitud hay que creer y convertirse al Reino de Dios, revestirse o llenarse de Cristo el Hombre Nuevo en justicia y santidad, (Ef 4, 24) En humildad y en mansedumbre (Col 3, 12) En fe, esperanza, caridad, paz y gozo en el Espíritu (" Tm 2, 22) El verdad, bondad y justicia (Ef 5, 9) El amor fraterno y en caridad (2 de Pe 1, 8) El que tenga estas cosas abunda en la gracia y en el conocimiento de Dios, el que no las tenga se ha olvidado de su antigua purificación de sus pecados ( 2 de Pe 1. 10) sin la conversión la fe está vacía y está muerta- (Snt 2, 14- 17)

La fe nos deja Luz, Amor y Poder para vencer las tinieblas del pecado. Por la fe podemos ofrecer a Dios sacrificios espirituales, cambiar nuestra manera de pensar, bajarnos al nivel de los demás, para servirnos unos a los otros, rechazar el mal y hacer el bien (Rm 12, 1- 9) Podemos amar a Dios y a los demás (Rm 12. 10- 13) Podemos alabar a Dios y darle gracias, vivir en comunión con los demás y vencer el mal. ( Rm 12, 14- 21)

Publicar un comentario

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search