JUAN EL BAUTISTA ES EL MENSAJERO
DE JESÚS EL MESÍAS.
Iluminación: He aquí
que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y
terrible. El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de
los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema .(Mal
4, 5-6)
Juan el Bautista es el Mensajero.
He
aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseguida
vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Ángel de la alianza,
que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Yahveh Sebaot. (Mal 3, 1) El
El
Mensajero del Mesías es Juan el Bautista, portador del poder y del espíritu de
Elías. Vive, crece y predica en el desierto. Muestra sus discípulos a Jesús
como el Cordero de Dios, después lo bautiza en las aguas del Jordán, para
después profetiza su propia muerte: Es
preciso que él crezca y que yo disminuya. (J, 1, ) Toda la vida de Juan
estaba en referencia a Jesús: Dijo él:
«Yo
soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo
el profeta Isaías.» (Jn 1, 23) ¿Cuál es el camino del Señor? Todo hombre
que venga a este mundo está llamado a ser un camino del Señor para que se
manifieste en su vida: redimirlo, liberarlo, reconciliarlo y salvarlo. Se salvarán
los que crean en el y se conviertan (Jn 3, 16; Mc 16, 16; Mt 4, 17)
30. Este es por quien yo
dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque
existía antes que yo. Juan cree en la divinidad de Jesús, vivía desde antes que
Juan naciera, es el Verbo que se hizo hombre (Jn 1, 14)
31.Y yo no le
conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a
Israel.» No lo conocía como Mesías, como Hijo de Dios, pero el Señor se lo
revela al momento del Bautismo de Jesús.
32.Y Juan dio
testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo
y se quedaba sobre él. (Jn 1, 30- 32)
“Al día
siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose
en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le
oyeron hablar así y siguieron a Jesús.” (Jn 1,
35- 37)
Juan es
profeta y es testigo de la Verdad que es Cristo Jesús, es su servidor. Por eso
Jesús da testimonio de Juan. (Lc 7, 24ss)
24. Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan
a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el
viento? Una caña sacudida por el viento es un hombre que dice una cosa y hace
otra; un hombre sin carácter, que se compra y se vende al mejor postor. No fue
así con Juan él fue un Testigo fiel a la Verdad, hasta su muerte.
25. ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los
que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios. Juan no vivía
en palacios ni en sacas de lujo, él vivía en el desierto, vestía como uno de
los antiguos profetas, nunca se cortó el pelo, ni bebió bebidas alcohólicas,
comía lo que el desierto producía; raíces, verduras y niel de abeja. Vivía a orillas
del río Jordán.
26.Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que un
profeta. Profeta es aquel que escucha la Palabra de Dios, la vive y la anuncia
con poder, con fuego para abrir caminos donde no hay caminos. Pero Jesús dice
que Juan es más que un profeta:
27.Este es de quien está escrito: He aquí que envío mi mensajero delante de
ti, que preparará por delante tu camino.
28.«Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo,
el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él. (Porque este vive en
Cristo)
Jesús reconoce el Ministerio de Juan el Bautista.
29.Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la
justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo de Juan.
30.Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar el bautismo de él,
frustraron el plan de Dios sobre ellos.
El mensaje del profeta es relativo, anuncia un castigo, pero si el pueblo
se arrepiente y se convierte no hay castigo. El profeta anuncia muchas bendiciones
como lluvia, pero si el pueblo se desvía no hay bendiciones.
Los profetas de Dios anunciaron el Día del Señor como un día tenebroso y
de castigo. El Día de Cristo que cargó con el castigo. Otros profetas que no
eran verdaderos, anunciaban un día glorioso, de poder y de riqueza. El Día del
Señor, es la Pasión y muerte de Jesús, fue la hora de las tinieblas, pero Dios
lo acepó como el Sacrificio perfecto para el perdón de nuestros pecados y lo resucitó
para darnos vida eterna. Lo del viernes santo y el domingo de la resurrección
son dos acontecimientos que forman unidad: La Pascua de Cristo.
Todo bautizado tiene algo del espíritu de Juan Bautista y del Espíritu
de Jesús. ¨podemos vivir las Bienaventuranzas amando y siguiendo a Jesús, es
decir, abrazando la Voluntad de Dios y ser sus profetas.
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