LA FE SIN OBRAS ESTÁ VACÍA Y ESTÁ MUERTA.

 

LA FE  SIN OBRAS ESTÁ VACÍA Y ESTÁ MUERTA

.


Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: "Que te vaya bien; abrígate y come", pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta. Quizá alguien podría decir: "Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe". (Sant 2, 14-18)

La fe viene de lo que se escucha, la Palabra de Dios (Rm 10, 17) Palabra que es la semilla del Reino de Dios. Reino de Amor, Verdad, Vida, Justicia, Santidad y Libertad (Jn 14, 6; Ef 5, 9; Rm 14, 17) Al creer en la Palabra nacemos de Dios y nos apropiamos de los frutos de la Redención de Jesucristo: el perdón, la paz, la resurrección y e don del Espíritu Santo: somos hombres y mujeres nuevas.

Y. ¿ahora qué hacemos?

Ahora a cultivar y proteger la fe para que crezca y de frutos de Vida Eterna. Siguiendo el proceso de la parábola del grano de trigo: En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. (Jn 12, 24) Para nacer hay que morir. (abandonarse en las manos de Dios) Hay crecimiento donde hay vida, la fe que no se cultiva está vacía y está muerta. Para que crezca hay que cultivarla y protegerla (Gn 2, 15)

¿Cuáles son los medios para hacer que crezca y que dé frutos? Son los mismos medios que Dios ha dado a la Iglesia: La Palabra de Dios leída, escuchada y puesta en práctica (Lc 8, 21; Lc 11, 28; Mt 7, 24- 25) La Oración íntima y cálida que salga del corazón y no de labios para fuera (Mc 6, 6; Mt 26, 41) La Liturgia de la Iglesia, especialmente los Sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía ( Jn 20, 23; 1 de Cor 11, 26) Las Obras de Misericordia o de Caridad (Mt 24, 34s) Y el servicio hecho con amor (Mt 20, 25; Jn 13, 13) Con la Palabra de Dios se riega la planta de la fe; con la Oración se afloja la tierra para que pueda enraizarse; con la Confesión se poda para que dé más fruto (Jn 15, 2-3) La Eucaristía es y la Obras de Misericordia son el abono para cue crezca y de fruto: el servicio a Dios y a  a Iglesia.

El Árbol de la fe que está en el Paraíso de Dios es Cristo, es el Árbol que da frutos buenos y abundantes (cf Apoc 2, 7) Por sus frutos los reconoceréis (Mt 7, 20) Entre otros tenemos el amor, la paz, el gozo, la justicia, la humildad, la mansedumbre y el dominio propio, la castidad. La templanza, la piedad, el amor fraterno y la caridad. (Gál 5, 22- 2; Col 3, 12; Ef 5,9; 2 de Pe 1, 5- 8)

Por la fe y la conversión somos salvos, hijos de Dios, hermanos y servidores de los demás. Justificados por la fe (Rm 5, 1)

Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, (Ef 2, 4- 6) No hay de que presumir es pura Gracia de Dios, somos salvados por su misericordia, pero la Palabra de Dios nos sigue diciendo: Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos. (Ef 2, 8- 10) Está hablando de las obras de la fe y no de las obras de la ley. Obras que nacen del Amor, de la Ley de Cristo.

Nadie se salva sin la fe, pero, también, nadie se salva sin las obras: Fe y Amor son inseparables y si no hay amor, no hay fe. L a fe llegada a su madurez es Caridad (Gál 5, 6) Así lo explica el apóstol san Pablo: “Qué Cristo habite por a fe en sus corazones” (Ef 3, 17) Pero sigue diciendo: para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios. (Ef 3, 18-19) Por la fe y la conversión nos llenamos de la Plenitud de Dios que es Cristo Jesús (Col 2, 9)

El que dice que tiene mucha fe porque hace oraciones, prende velas, predica, hace milagros y exorcismos, pero no tiene amor, tampoco tiene fe y será expulsado del Paraíso (cf Mt 7, 21-23) Lo mismo dice san Juan: Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? (1 de Juan 3, 17) La señal de que hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz y de la esclavitud a la libertad es el Amor de Dios derramado en nuestro corazón juntamente con el Espíritu Santo que se nos ha dado (Rm 5, 5)

Fe y Amor son inseparables.

Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra caridad para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, (Ef 1, 15- 16) Pero, es san Mateo donde nos habla con toda claridad: seremos juzgados por el Amor y no por la fe:  Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, ¿y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, ¿y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."(Mt 25, 34- 40) Ese pequeñito que habita en nuestro corazón es Jesús al que hay que darle de comer, de beber y vestirlo. Esto es posible mediante la unión de la Fe y el Amor que son como el padre y la madre de todas las Virtudes cristianas, lo que equivale a revestirse y llenarse de Cristo (Rm 13, 14; Ef 4, 24) En la escucha y en la obediencia de la Palabra de Dios ara que no vayamos a escuchar: ¿or qué me dicen señor, señor, y no hacen lo que yo les digo? (Lc 6, 46)

Por las Obras de la Fe y del Amor podemos aceptamos y nos apropiamos de las invitaciones que Dios hace a todos: “Sean perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48) “Sean Misericordiosos como vuestro padre celestial es Misericordioso (Lucas 6, 36) “Sean santos como vuestro Padre celestial es Santo (1 de Pe 1, 15) Para esto caminen en la Verdad que nos hace libres para amar y para servir (cf Jn 8, 32) Con las armas de la Fe  y del Amor que son la “Armadura de Dios” podemos vencer el mal manifestado en el poder, el placer y el tener.

Todo es posible en el Amor: Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. (1 de Jn 4, 7- 8) Y el que ama tiene fe, y el que no ama no tiene fe.

 

 

 



 



 

 

 

Publicar un comentario

Whatsapp Button works on Mobile Device only

Start typing and press Enter to search