LA OPCIÓN FUNDAMENTAL Y RADICAL
POR JESUCRISTO.
“He decidido seguir a Cristo,
mi Salvador, mi Maestro y mi Señor”
Para participar de la
Opción Fundamental de Cristo Jesús hemos de tener el corazón con Libertad afectiva.
Hemos de aceptar que Dios nos ama y que también nosotros lo amamos. ¿Cómo
saberlo? Hemos tenido la Experiencia de
la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en nuestra vida. La señal
que hemos pasado de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, es el Amor. Así
lo entiende el Apóstol: En esto sabemos que le
conocemos: en que guardamos sus mandamientos.
Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso
y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el
amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. (1
de Jn 2, 3- 5)
La Opción
Fundamental por Cristo pide ser “Hombre Nuevo”. Pide haber ido al Desierto,
para luego tomar la firme determinación de seguir a Cristo. Nos pide a ver tenido
una Luna de Miel con el Señor. Por eso nos pide romper con el pecado, La Opción
por Cristo nos pide dar la espalda al mundo, a la vida mundana, pagana y diabólica.
Pide despojarnos del traje de tinieblas para revestirnos con el traje de la Luz
(Rm 13, 12) La conversión verdadera pide un cambio de la manera de pensar: Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien
transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis
distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. (Rm 12, 2)
«Estén
ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, (Lc 12, 35) La Opción Radical
y Fundamental nos introduce en la lucha espiritual; en el combate de la fe. Es
la lucha del bien contra el mal, del Ego contra el Amor, de los Vicios contra
las Virtudes. Así lo entendió el Apóstol Pablo al decirnos: Vuestra caridad sea
sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente
los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin
negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la
esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo
las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que
os persiguen, no maldigáis. (Rm 12, 9- 14)
El momento
clave para hacer la Opción por Jesucristo es “La cincuentena.” Los días de la
Pascua. Hemos pasado d ela muerte a la
vida, estamos con Cristo y somos de Cristo, somos hombres nuevos (2 de Cor 5,
17) Hemos entrado en la Nueva Alianza y le pertenecemos, lo amamos y queremos
servirle. Escuchemos a Jesús:
«Yo soy la
vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto,
lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros
estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí,
como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo,
si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy
la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da
mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. (Jn 15, 1- 5)
¿Qué tenemos
que hacer para dar mucho fruto? Y este es su mandamiento: que creamos en el
nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo
mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto
conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. (1 de Jn 3,
23- 24).El fruto es el amor. Al que amam Dios lo poda para que de más
fruto. Para dar fruto hay que estar en comunión con Él, guardando
sus Mandamientos, guardando su Palabra, practicando las Virtudes y amando al
prójimo.
Quién hace la Opción Fundamental
por Cristo recibe de su Salvador una porción doble de Fe, Esperanza y Caridad,
juntamente con el Espíritu Santo que se nos ha dado (Rm 5, 5) Y Jesús habita en
nuestro corazón (Ef 3, 17) Y recibe la Promesa del Señor:
Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me
ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he
aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» (Mt 28,
18- 20)
Por la Opción Fundamental y
Radical de Jesucristo somos verdaderos discípulos y Familiares de Dios. (Ef 2, 19)
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