TODOS LOS QUE GUARDAN MIS MANDAMIENTOS
Y GUARDAN MI PALABRA CREEN EN DIOS Y TIENEN FE.
Introducción: En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos. (1 de Jn 3, 16)
Amar es darse, donarse y entregarse:
1.Si
alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le
cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? (1 de Jn 3,
17) No le hagas al ciego, si has visto una necesidad en algún hermano, extiende
tu mano y comparte y ayuda, esa es señal que tienes fe, pues ésta es
inseparable de la caridad (cf Ga. 5, 6) Recuerda lo que dice el apóstol de los
gentiles: ¿Qué tienes de bueno que no lo hayas recibido de Dios? Y, ¿Si lo
recibiste, porque no compartirlo? Los dones crecen con el uso de su ejercicio,
y el mismo apóstol nos sigue diciendo: Mirad: el que siembra con mezquindad,
cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará
también en abundancia. Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala
gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. (2 de Cor 9, 6- 7)
Hazlo
con una recta intención, es decir por amor a Dios y al prójimo. Hay recta
intención donde hay una fe sincera. (1 de Tim 1, 5) No lo hagas como los
escribas y fariseos que todo lo hacía para quedar bien (Mt 23, 1- 4) No os
engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el
que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el
espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. (Ga 6, 7-8)
Amar en toda verdad.
2.
Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.(1
de Jn 3, 18) Amar es darse, donarse y entregarse para la gloria de Dios y para
el bien a los demás, esto es recta intención, y sin ella, no es grata a Dios
(Heb 11, 6) Las palabras bonitas y adornadas no pertenecen a la fe, a la fe
pertenece la verdad que es inseparable del amor (Jn 14, 6) La verdad es
reconocer que el otro, el pobre, es un Alguien, es una persona. Es aceptar que
lo que le das como limosna, es un derecho que tiene, porque Dios ha creado todo
para todos. La verdad es extender la mano para compartir tus dones, y
especialmente, con los menos favorecidos. La verdad es abrirse en comunión y
participación con los demás para hacer Comunidad, fraterna, solidaria y
servicial.
La ley natural y la conciencia moral.
3.
En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra
conciencia ante Él, (1 de Jn 3, 19) La conciencia es el centro de nuestra existencia,
lo que se llama el “Yo”. En la conciencia llamada también el corazón Dios ha
puesto cuatro palabras que son los principios de la moral cristiana. Son: No hagas
cosas malas, haz cosas buenas, encaso de no hayas hecho el bien y hayas hecho e
mal, Dios te dice “Arrepiéntete”. Si obedeces estas tres palabras hay una
cuarta; Alégrate, porque hay alegría en el cielo cuando un pecador se convierte
y vive. (Lc 15 ) Cuando el corazón se atrofia y ya no se escuchan estas cuatro
voces, entonces Dios que es amor, nos ha dado la Revelación en la que
encontramos los diez mandamientos y su Palabra que es Luz que ilumina nuestro sendero
(Slm 119, 105) En la escucha y obediencia de la Palabra se forma en osotros la
que se designa: “La Conciencia Moral”. Que nos deja la triple capacidad de distingue
entre lo bueno y lo malo. (la luz) Y el poder para rechazar lo malo (e poder) y
la fuerza para hacer lo bueno (el amor) Es un Yo unido, capaz de amar y capaz
de servir a Dios y a los hombres.
Nuestra conciencia puede desviarse y
alterarse.
4.
en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra
conciencia y conoce todo.(1 de Jn 3,20) Podemos tener una conciencia errónea y
equivocada, podemos engañarnos a nosotros mismos y engañar a los demás (cf Ef
4,14) Nuestra conciencia se puede llegar hacer torcida y mala (Jer 17, 9) Pero,
Dios es lento y misericordioso, nos da su Luz para abrirnos nuestros sepulcros
porque quiere sacarnos de ahí para llevarnos a nuestro suelo (Ez 37, 12) Él conoce
nuestra conciencia o nuestro corazón: «No mires a su apariencia, ni a lo alto
de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve,
pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón».(1
de Sm 16, 7) Nada podemos ocultarle, y si tienes maldad, pero, te arrepiente, él
te perdona y te salva, porque no quiere la muerte del pecador, sino, que se
arrepienta y se convierta (Ez 33, 10)
Dios es más grande que nuestra
conciencia.
5.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,(1
de Jn 3, 21) Donde hay confianza hay fe, esperanza y caridad. Hay fortaleza, hay sencillez, pureza de
corazón y hay santidad. Llevas un corazón pobre, manso humilde, misericordioso,
pacifico, sufrido y justo (Mt 5, 3- 11) Y esto es “gracia de Dios”. Eres un
hombre nuevo, unido a Cristo, perdonado, reconciliado y salvado por Cristo y por
la acción del Espíritu Santo (Ef 4, 24) Tu “Yo” dividido, está unido, eres
original, responsable, libre y capaz de amar. Eres fruto de la “gracia de Dios”
y de una fe que ha sido tu respuesta a la acción del Espíritu. Tú vida está
proyectada hacia Dios, siguiendo los pasos de Jesús.
Lo que a Dios le agrada:
6.
y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y
hacemos lo que le agrada. (1 de Jn 3, 22) El que guarda sus mandamientos,
rechaza el mal y hace el bien. Ama a Dios y ama a su prójimo. Juan nos habla de
esto al decirnos: El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me
ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a
él.» (Jn 14, 21) Dios a todos ama, pero, no en todos se manifiesta, ¿En en se
manifiesta? La respuesta es por lógica: En el que guarda sus mandamientos, el
que no los guarda, no tiene fe. ¿Cómo se manifiesta Dios en nuestra vida? Nos
libera, nos reconcilia, nos salva y nos promueve. De grandes pecadores en hijos
de Dios, en hermanos y discípulos de Cristo (Cf Rm 5, 20) : “Si alguno me ama,
guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en
él”. (Jn 14, 23) Si queremos encontrar a Dios, entremos a nuestro corazón,
(conciencia) es el lugar, por excelencia, para encontrarnos con Él.
El mandamiento de Dios es que creamos
en Jesús.
7.
Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y
que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó. (1 de Jn 3,23) ¿Cuál es la
voluntad de Dios? ¿Qué es lo que a él le agrada? El Padre nos dice: “Mi alegría
es que crean en mi Hijo, lo amen, lo obedezcan y lo sirvan” Y que se amen los
unos a los otros como Hijo se los ha enseñado, con palabras y con su vida.
Creer en Jesús no es una opción es un mandamiento, pero no es forzado, no obliga,
no engaña, no manipula, es un don gratuito e inmerecido, si lo aceptas, lo
acoges y te apropias de él te salvas y tienes vida eterna (Mc 16,16; Jn 6,39-
40) Todo es gracia de Dios, como lo es también nuestra respuesta.
La importancia de la obediencia a
Dios.
8.
Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos
que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.(1 de Jn 3,24) El que
guarda los mandamientos tiene fe y el que los viola no tiene fe, y sin fe nadie
le agrada a Dios. La fe es confianza, obediencia y amor y servicio. Queridos,
amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es
Amor. (1 de Jn 4, 7- 8)
Escuchemos a Pablo a hablarnos del don
de la fe: Pero Dios, rico en
misericordia, por el grande amor con que nos amo, estando muertos a causa de
nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido
salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo
Jesús a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su
gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues habéis sido
salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es
un don de Dios, tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En
efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas
obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos. (Ef 2, 4- 10)
El
Evangelio completo, sin componendas, es que nos dejemos amar, perdonar, salvar
y conducir por Dios para que también lo amemos y demos la vida por nuestros
hermanos y así, participemos de la Pasión de Cristo, como discípulos de Jesús.
(Lc 9, 23) Esto es creer en Jesús.
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