CUÁNTO TIENES CUÁNTO VALES
ES EL LEMA DE LAS IDEOLOGÍAS.
«El Reino de los Cielos es
semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre,
vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y
compra el campo aquel.» «También es semejante el Reino de los Cielos a un
mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran
valor, va, vende todo lo que tiene y la compra”. (Mt 13, 44- 46)
Jesús y el hombre somos
buscadores. ¿Qué buscamos? ¿Dónde buscamos? Jesús busca a las ovejas perdidas y
la gloria de su Padre. Para Jesús todo hombre, justo o pecador, es valioso,
importante y digno. Lo mira a su corazón y encuentra en todos la “Perla
preciosa”, su “Dignidad”. Por eso le dice: “Eres precioso a mis ojos y yo te
amo” (Is 43, 4) Y vengo para que tengas vida en abundancia (Jn 10, 10) La clave
para nosotros es dejarse encontrar por Jesús. ¿Qué buscamos nosotros? Buscamos
razones para sentirnos felices, para estar bien, buscamos la felicidad. ¿Dónde
la buscamos? Muchas veces fuera de nosotros, en el poder, en el placer, el
tener o en los vicios. En la fama, el prestigio, en los viajes, en los lujos…
en el fondo, aunque no lo sepamos, lo que buscamos es a Dios.
Jesús nos busca, hasta
encontrarnos, no está lejos: “Yo estoy a la puerta y llamo, el que escucha mi
voz y me abre, yo entro y ceno con él y él cena conmigo, cenamos juntos, nos
amamos” (Apoc 3, 20) Abrir la puerta del corazón a Jesús es escuchar su Palabra
y obedecerla, es un encuentro con él, encuentro liberador y gozoso. Liberador
por que recibe nuestras cargas, y gozoso por que nos hace partícipes del gozo
del triunfo de su resurrección. Encontramos la Perla preciosa. Y ahora, ¿Qué
sigue? Jesús nos invita a ser sus discípulos, diciéndonos: Ámame y Sígueme. “No
te desvíes ni a izquierda ni a derecha. “Vigilad y orad para no caer en
tentación” (Mt 26, 41).
La izquierda y la derecha,
dos estilos de vida, dos personajes que se revisten de lobos con piel de oveja,
dos amigos que te ofrecen Poder, Placer y Tener, Salud y Felicidad. La
izquierda es el “Estado Totalitarista” venido de la antigua URSS, (Comunista y
Marxista) que piensan por ti y que deciden por ti. Es el que puede, el que sabe
y el que tiene, todos, obedezcan, y hagan todo lo que les diga. Ellos deciden
lo que es bueno y lo que es malo, se presentan como dios. Ellos te dicen en que
tienes que creer, como tienes que vivir y que tienes que hacer. Nada de
Familia, nada de Religión, nada de Mandamientos, nada de valores ni de principios
que contra digan su “Nuevo Plan para el Mundo.” Este plan quiere quitarte tu
manera de pensar y de decidir, ellos piensan por ti y deciden por ti; ellos
educan a tus hijos. Su presencia ya está en nuestros países, en nuestras
familias, en nuestras Iglesias, su medio de propaganda es las “Ideologías”. No
reconocen la “Dignidad” personal de todo ser humano.
La derecha es el “Conformismo”.
Un estilo venido de USA. Un estilo de vida que ha entrado a nuestros países y a
nuestros hogares. Consiste en “vivir haciendo lo mismo que otros hacen” “Vestirse
como otros se visten” “Hacer lo que otros hacen”. Me emborracho por que otros
se emborrachan, me divorcio por que otros se divorcian, aborto porque otros abortan.
Compro carro por que otros lo hacen. Hago una fiesta porque otros también lo
hacen. El lema del Conformismo es: “Cuánto tienes, cuánto vales”. Te valoran
por lo que tienes por los trapos que traes encima, por la marca de carro, por
la cuenta bancaria, y no por lo que eres, una persona digna, importante y
digna. Se vive en competencias que llevan a la envidia y al odio.
Ninguno de los dos estilos
realiza, ni el de la izquierda ni el de la derecha. Uno te convierte en copia y
otro en títere. Pon tu mirada en Jesús, para él todos somos iguales en
dignidad: el pobre, el rico, el hombre, la mujer, el judío, el griego, el culto
o el ignorante, todos somos uno en Cristo Jesús (Col 3, 11) Él entregó su vida
para que todos fueran unidad (Ef 2, 14) Para hacer de todos una sola Familia,
la Familia de Dios (Ef 2, 19) La religión de Cristo es el Amor y nunca el Egoísmo.
Por eso nos dejó su Legado: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”
(Jn 13, 34) La identidad de los suyos es
la dignidad y la libertad que están dentro de cada uno. Su destino es el Reino
de amor, de paz y de justicia. Su Ley es el Amor que se manifiesta en el Servicio.
Recordemos las palabras de Pedro: “Bajo las estrellas del cielo, sólo Cristo
salva” (cf Hch 4, 12)
Jesucristo no engaña, no manipula, no impone. Para él, todo es “sí
tu quieres”. Eres libre para decir: creo en ti Señor Jesús, o para decirle: no
creo en ti. A lo que Jesús responde: conmigo o contra mí, el que no junta
desparrama (Mt 12, 30) A los que han encontrado la Perla preciosa, les dice: Ámenme
y síganme. Que significa: sírvanme, amando a Dios y amando a los hombres. Así
podemos entender sus palabras: “Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha
odiado antes que a vosotros. Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo;
pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por
eso os odia el mundo”. (Jn 15, 18- 19)
Amemos al Señor Jesús, y no amemos al Mundo. Jesús nos amó, dio
su vida por nosotros y resucitó para darnos vida eterna. Pagó el precio por nuestra
salvación que es gratuita e inmerecida. Al final de nuestra vida seremos
juzgados por el Amor:
Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos
de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me
vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y
te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero,
y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel, y fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que
cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis." (Mt 25, 34- 40)
Jesús se identifica con los
más pobres, con los menos favorecidos. Por eso que nadie nos quita nuestra
Cabeza que es Cristo. Que nadie nos quite su Mensaje, sus Mandamientos y sus
Sacramentos. No deis a los perros lo que es
santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las
pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. (Mt 7, 6)
La advertencia de Jesús es para que no perdamos nuestra fe que es Cristo, nuestra
Cabeza y nuestra Paz: “Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos.
Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas”.
(Mt 10, 16) Las serpientes, mientras mantengan su cabeza intacta, están vivas y
son peligrosas, así, nosotros, mientras conservemos la Fe tenemos a Cristo
nuestra Cabeza en nuestro corazón, es nuestra Perla Preciosa. Podemos amarlo y
servirlo.
Publicar un comentario