SI TE DECIDES SERVIR AL SEÑOR
PREPÁRATE PARA LA PRUEBA
"Hijo, si te llegas a servir
al Señor, prepara tu alma para la prueba. Endereza tu corazón, manténte firme,
y no te aceleres en la hora de la adversidad. Adhiérete a él, no te separes,
para que seas exaltado en tus postrimerías. Todo lo que te sobrevenga,
acéptalo, y en los reveses de tu humillación sé paciente. Porque en el fuego se
purifica el oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación. Confíate a
él, y él, a su vez, te cuidará, endereza tus caminos y espera en él. Los que
teméis al Señor, aguardad su misericordia, y no os desviéis, para no caer. los que teméis al Señor, confiaos a él, y no
os faltará la recompensa."(Eclo 2,1- 8)
¿Qué son las pruebas espirituales?
Son dones y enseñanzas de Dios a los suyos. “El que ama a sus hijos los
reprende y los corrige” (Apoc 3, 19) En la prueba el Señor visita a los suyos.
Los visita para confirmarlos en la fe, en la lucha en el trabajo, y los visita
para corregirlos cuando se están desviando a izquierda o derecha, o estás
hundiendo en el lodo del pecado, o tratando de reavivar el pasado: “El que pone
su mano en el arado y mira hacia atrás no es digno del Reino de Dios (Lc 9, 62).
¿Qué hacer durante la prueba? Lo
primero es dejarse corregir: “de sabios es dejarse corregir.” A su vez, dejarse
corregir es señal de madurez y condición de progreso... a los humildes,
suele parecer intolerable a los soberbios”" “Camina hacia la vida el que
guarda las instrucciones; quien desatiende la reprensión se extravía."(Prov
10, 17) La prueba tiene como finalidad la purificación de nuestro corazón para
luego darnos el crecimiento en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Segundo es aferrarse al Señor en
oración y a su Palabra que es Luz que ilumina nuestras tinieblas. En la prueba
el Señor nos da una porción grande de su Luz. Como no estamos acostumbrados a
su Luz nos encandila y hacemos berrinche y nos quejamos. Santiago nos dice: "Considerad
como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, sabiendo
que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; pero
la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e
íntegros sin que dejéis nada que desear."(Snt 1, 2- 4) Las pruebas en la
fe son señales de que estamos siguiendo a Cristo, son enseñanzas para la vida,
nos dejan sabiduría para el camino.
En tercer lugar las pruebas son el medio
de Dios para darnos crecimiento en la fe: Sé paciente, confía en el Señor,
espera en él y espera en su misericordia.”
Escuchemos a Pedro decirnos: "Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea
preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas, a
fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero
que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de
honor, en la Revelación de Jesucristo."(1 de Pe 1,6- 7) En la prueba
espiritual al servicio de la Fe Dios nos da su Luz, su poder y su amor para que
nos conozcamos, nos levantemos y caminemos como discípulos que han conocido la
verdad que nos hace libres (Jn 8, 32)
Dios nos corrige porque nos ama y
lo hace por amor. Y también da a los de su Famlia, el don de la corrección
fraterna que debe hacer según la misma pedagogía de Dios: Por amor, con paciencia,
humildad, mansedumbre y tolerancia. "«Si tu hermano llega a pecar, vete y
repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no
te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado
por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la
comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el
publicano. «Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el
cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo"(Mt
18, 15- 18) El camino de la corrección fraterna es ir tu solo, luego dos o
tres, después la comunidad, si se deja corregir lo salvaste, y si no, aléjate
de él como un castigo para que se corrija y se arrepienta y vuelva a la
comunidad. “Oremos por él.”
La prueba es una enseñanza para toda la comunidad. Pensemos que Dios quiere dar
una enseñanza a la comunidad, una corrección. Elige a uno de sus amigos, a uno
de sus confianzas que sabe que no se va echar para atrás. Lo lleva al horno del
sufrimiento, a una gran crisis espiritual. Nadie lo comprende, lo rechazan o se
burlan de él hasta quieren arrancarlo de la comunidad, que se vaya. Después de
soportar lo que está pasando: críticas y murmuraciones, alejamiento de los
demás, entra en Oración íntima y cálida, se siente violentado y sacudido. Le
pregunta al Señor: ¿Qué me quieres enseñar, Señor? El Señor responde y veces
allí mismo, sin tardanza: Le muestra algún defecto, vicio o pecado, propio o de
la comunidad. Haz desatendido a tu familia, haz dejado la oración, no me
visitas en mi Palabra, hace tiempo que no visitas el Sacramento de la
confesión. A esto se responde: Es cierto Señor, Santo y Justo sólo Tú, yo soy
pecador. Para luego preguntarle:
¿Qué quieres que yo haga? Haz entrado
en un diálogo con Dios y él te da la Luz que necesites: Ven a mí, levántate,
sal fuera y camina en éxodo hacia la tierra Prometida que es Cristo que te
espera con los brazos abiertos. “Reconciliaos” “Despojaos” y “Revestíos.” Esto,
el Señor, lo dice con toda claridad. A
lo anterior hay que darle una respuesta que sea con fe sincera, corazón limpio
y con conciencia recta (1 de Tim 1, 5)
Dios no dado Luz y fuerza, poder
energía para levantarse y caminar en la Verdad, en la Luz para conocer el fruto
de la Luz: La bondad, la verdad y la justicia. Entonces la respuesta es como la
de María, la humilde esclava del Señor: "«He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra.»"(Lc 1, 38) Lo que equivale a aceptar la
voluntad de Dios y someterse a ella, este el culto espiritual. La prueba ha
pasado, hay victoria por que terminó en amor. El Amor es la señal que has
pasado de la muerte a la vida, estás en Cristo
le perteneces, eres de los suyos (cf 1 de Jn 3, 14)
Algo no presumas de tus virtudes,,
como el decir que tiene mucha caridad, que eres muy casto y puro, porque este
mismo día te llega la prueba, para saber si es cierto lo que estás presumiendo.
Por eso san Pablo nos dice: “No permita
Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.” (Gál 6, 14) El
mismo Pablo nos dice:
"Si pretendiera gloriarme no
haría el fatuo, diría la verdad. Pero me abstengo de ello. No sea que alguien
se forme de mí una idea superior a lo que en mí ve u oye de mí. Y por eso, para
que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, fue dado un aguijón a
mi carne, un ángel de Satanás que me abofetea para que no me engría. Por este
motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: «Mi
gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto,
con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite
en mí la fuerza de Cristo."(2 de Cor 12, 6- 9)
Pongamos nuestra vida en las manos
de Dios y confiemos en su Amor, en su Perdón y en su Misericordia. Él es fiel y
cumple lo que promete: “Estar con nosotros.”
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