1.
Principios para la formación Humana
El
objetivo: Enseñar que Evangelizar es llevar a los hombres de
situaciones menos humanas a más humanas. Situaciones de miseria y de pobreza,
de desgracia y de no salvación que no son queridas por Dios, porque no llevan a
una superación personal ni a una vida digna.
Iluminación:
La verdadera Evangelización nos lleva al convencimiento que Dios nos ama
incondicionalmente. Nos da la luz para conocernos a nosotros mismos y nos
invita aponernos de pie para orientar nuestra vida hacia la Casa del Padre,
buscando nuestra realización humana (cf Jn 16 8-13).
1. Tú eres un alguien,
no eres un algo. Tú eres un sujeto, no eres un objeto. Tú eres una persona, no
eres una cosa. Dios ama a la persona por lo que es, y a las cosas porque están
al servicio de la persona. La persona es un fin en sí misma, las cosas son
medios o instrumentos al servicio de la persona. La Palabra de Dios nos dice:
“No temas, que yo te he rescato, te he llamado por tu nombre y eres mío” (Is
43, 1) “Eres de gran valor, eres precioso a mis ojos y yo te amo”(Is 1, 4)
2. Aprender a discernir
entre lo que humaniza y lo que deshumaniza. Saber distinguir entre lo bueno y
lo malo; lo que sirve y lo que impide para el desarrollo de una personalidad
sólida. La Biblia nos dice: Lávense purifíquense, aparten de mi vista sus malas
acciones. Dejen de hacer el mal y aprendan hacer el bien (Is 1, 16- 17).
3. Aprender hacer el bien y a rechazar el
mal.
Lo que ayuda a realizarse es lo bueno y lo malo es lo que impide madurar y
crecer como personas. Este principio es presentado por san Pablo: “Aborrezcan
el mal y amen apasionadamente el biel (Rm 12, 9).
4.
La
igualdad esencial de los seres humanos. Igualdad que nos lleva a
decir: “No vales por lo que tienes, vales por lo que eres”. “No vale más el
hombre que la mujer, ni vale ésta menos que el hombre”. “No vale más el rico
que el pobre, ni vale menos el pobre que el rico”. Tampoco vales por lo que
haces o por lo que sabes, esto es accidental, lo esencial lo que eres: persona:
digna, valiosa e importante. Escuchemos a Dios confirmarnos lo anterior: “Para Él no hay griego
o judío; circuncisión o incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo o libre, pues
Cristo es todo y está en todos”
Col 3, 11).
5. Camina, no te arrastres.
Lo que exige ponerse de pie, con los dos pies firmes sobre la tierra, caminar
con dignidad hacia la madurez humana, hacia la realización personal. No te
arrastres ni ante el poder ni ante el oro; ni ante los poderosos ni ante los
ricos. La Palabra de Dios nos dice: “Sé, pues fuerte y valeroso, no te desvíes
ni a izquierda ni a derecha, no temas ni te acobardes porque el Señor tu Dios
estará contigo a donde quiera que vayas (Jos. 1, 7.9) “Te tengo grabado en la
palma de mi mano” (Is 43, 16).
6. Tu eres un ser de decisiones.
Tú decides tu futuro. Tú decides hacer el bien o hacer el mal, caminar o
arrastrarte. El ambiente en el que te mueves puede influir en tu vida, pero
nunca totalmente, Tú tienes la última palabra. Tú decides ser tú mismo y no lo
que otros quieran que tú seas. Todo don perfecto viene de Dios, si quieres lo
aceptas o sino, lo rechazas. La fe no se impone: si tu quieres” Jesús nos dice:
“El que quiera ser mi discípulo… que me siga” (Lc 9, 23) Tú decides amar o tú
decides odiar. “Frente a ti esta la vida y la muerte, el agua y el fuego, la
felicidad o la desdicha, elige, a ti se te dado el poder de elegir” (Dt 30,
15s; Eclo 15, 11- 20).
7. Eres un don para la Humanidad.
Un regalo para los otros con quienes haz de compartir lo que sabes, lo que
tienes y lo que eres. Necesitas de los demás y ellos necesitan de ti (cf Gn 2,
18)
Si
queremos ser felices hay que aprender a vivir una vida dialogada, es decir
viviendo de encuentros interpersonales con los otros. La vida es un dialogo con
la “Realidad”. Hay que intercambiar ideas, palabras, experiencias, vida: Hay
que dar y recibir, ayudar y dejarse ayudar (Gn 2, 18). El hombre nuevo (¡Cor 5,
17) sale de manos de Cristo como regalo de Dios para los demás (Jn 13, 13.34).
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