JESÚS ES EL SIERVO DE DIOS Y EL SERVIDOR DE LOS HOMBRES.
Iluminación: "En ella (En la Palabra) estaba la vida y
la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las
tinieblas no la vencieron." (Jn 1, 4- 5)
Jesús es el Siervo de Dios y el servidor de los hombres. "Mas
Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como
señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así
entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será
vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro
esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»"(Mt 20, 26- 28)
"El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente
el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de
siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como
hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de
cruz."(Flp 2, 6- 8) “Siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su
pobreza” (2 de Cor 8, 9) “La Palabra se hizo hombre y puso su Morada entre
nosotros” (Jn 1, 14)
El Mensaje de Consuelo:
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que
anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación, que dice a Sión:
«Ya reina tu Dios»! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara
a cara al Señor, que vuelve a Sión. Prorrumpid a una en gritos de júbilo,
soledades de Jerusalén, porque el Señor consuela a su pueblo y ha rescatado a
Jerusalén: el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y
verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios. (Is 52, 7-10)
El Espíritu del Señor está sobre Mí.
Jesús es el Salvador y es la Salvación, tal como lo dice san
Lucas: "El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar
a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los
cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al
ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó,
pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido
hoy.»"(Lc 4, 18- 21)
Por eso pudo decirnos: "Jesús les habló otra vez
diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida.»"(Jn 8, 12) La Palabra de Jesús es Luz
que ilumina las tinieblas del corazón para que veamos el caos que llevamos
dentro y reconozcamos nuestra pecaminosidad (cf Jn 16, 8) El salmista lo había
dicho: "Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero."(Slm
119, 105) El Jesús se cumple la profecía de Ezequiel: "Por eso, profetiza.
Les dirás: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo abro vuestras tumbas; os
haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al suelo de
Israel.")Ez 37, 12) ¿Qué hace Dios para abrir nuestras tumbas? Nos envío a
su Hijo y con su Palabra de Luz abrió nuestras tumbas para que reconociéramos
los huesos secos y nos convirtiéramos en candidatos para que en nosotros se
manifestara el poder redentor de Cristo. No sacará de nuestras sepulturas y nos
llevara a nuestra tierra. Así lo dice el apóstol Pablo: "El nos libró del
poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, en quien
tenemos la redención: el perdón de los pecados."(Col 1, 13- 14)
Jesús vino para salvar a todos.
Jesús vino para todos: "También tengo otras ovejas, que
no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi
voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor."(Jn 10, 16) Así lo había
dicho el profeta: “El Señor me dijo: «Es poco que seas mi siervo para
restablecer a las tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de
Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el
confín de la tierra.” (Is 49, 6) Llega tu luz, Jerusalén, y la gloria del Señor
alborea sobre ti y caminarán las naciones a tu luz. Aleluya.
Jesús comparte su Vida y su Luz con los suyos.
Profecía que se cumple también en cada uno de los discípulos
de Jesús, revestidos de luz: "«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si
la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para
ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo.
No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."( Mt 5, 13-
14) La Misión de Cristo es la Misión de la Iglesia (Mt 29, 18- 29; Jn 20, 22)
Jesús entregó a su Iglesia los dos “Denarios” para que realice y prolongue en
la Historia su Obra redentora: “La Palabra y los Sacramentos” con la misión de
hacer muchos discípulos (Mt 28, 19) Para que se cumpla la profecía de Zacarías:
Aquel día, se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo
mío. Habitaré en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me
ha enviado a ti. (Za 2, 11) Lo primero que hace la Iglesia en Pentecostés
es dar el Kerigma, es el primer anuncio apostólico: La Vida, la Muerte y la Resurrección
de Jesucristo. Los oyentes responden: "Al oír esto, dijeron con el corazón
compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro
les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el
nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y
para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.» Con
otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación
perversa.» Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les
unieron unas 3.000 almas." (Hch 2, 37- 41)
De Uno ( Jesús) a Doce, (Los Apóstoles) a luego a 72 ( Los
misioneros) y luego a 120, (Reunidos en Hechos 1, 15) para pasar a 3000.
El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu
hambre. El envía a la tierra su
mensaje y su palabra corre
velozmente. Bendito sea Dios.
Ha brillado una luz en las tinieblas para los hombres de buena
voluntad: el Señor justo, clemente y compasivo.
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