CONDUCIDOS POR EL NIÑO DE BELÉN.


CONDUCIDOS POR EL NIÑO DE BELÉN.

 


Introducción: Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder
para iluminar los ojos de sus hijos.


En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios. (Isaías11, 1- 3)

 

El renuevo del tronco de Jesé es el Mesías, Jesús de Nazaret. Sobre  él estará el espíritu de Dios, el Espíritu Santo, tal como lo dice el evangelista san Lucas: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. (Lc 4, 18- 19) Jesús el Verbo de Dios y el Espíritu Santo son inseparables, viene a realizar y actualizar la Obra del Padre, la liberación de los hombres.

Se pasó la vida haciendo el bien y liberando a los oprimidos.


No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura. (Isaías 11, 4ss)

No hará acepción de personas, el pobre y el rico, el bueno y el malo, el judío y el gentil tendrán una misma dignidad. (cf Col 3, 11) Lo débiles y los pobres serán sus preferidos. Con su boca destruirá a las obras del diablo (Hch 10, 38) Sus armas favoritas serán la Caridad y la Verdad para realizar la Obra de su Padre.

Habrá unidad en la diversidad.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey. El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque, así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor. (Isaías 11, 6ss)

Los ídolos no harán daño porque serán convertidos en dones al servicio de todos. El león, (el poder) la osa, (El tener) la pantera, (El placer) la serpiente, (será vencida y no hará daño) El contra veneno será la fe, la esperanza y la caridad. Tal como lo dice la Escritura: “Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas.  agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.” (Mc 16, 17- 18) Esto es posible si somos conducidos por el Niño de Belén que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (2 de Cor 8. 9)


Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos,
la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.
(Is 11, 1-10) La raíz de Jesé será levantado en alto para atraer a muchos hacia él. (cfr Jn 12, 32- 36) La bandera de Jesús es el Amor que se manifiesta en el Servicio (Mt 20, 25) El Amor y el Servicio nos hacen decir que la bandera de Jesús es la Cruz.

 

Invoquemos al Señor diciendo:  Ven, Señor, rey de paz y de justicia. Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. (Sal 71, 2. 7-8. 12-13. 17)


 
Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó:

 

El relato evangélico.

En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, ¡y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, ¡porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron". (Lc 10, 21-24)

La causa del gozo del Señor es:

La Obra de Dios manifestada y revelada en aquellos que creen, confían, obedecen y aman a Jesús. Aquellos que han escuchado su Palabra y la han obedecido; aquellos que, con corazón lavado en la sangre del Cordero, pueden ver las maravillas del Señor.  Son aquellos que dan testimonio del Amor, de la Verdad y de la Vida que se manifestado en Cristo Jesús, el Hijo del Padre. Estos son los Testigos de Cristo a quienes se les ha revelado el Señor.



 

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