TENGAN LOS MISMOS SENTIMIENTOS QUE TUVO CRISTO JESÚS

 

TENGAN LOS MISMOS SENTIMIENTOS QUE TUVO CRISTO JESÚS



Iluminación: Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza. (2 de Cor 8, 9)

El Himno Cristológico de Pablo.

Hermanos: Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús,
el cual, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
(Flp 2, 5-11)

¿Qué hacer para tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús?

La respuesta es “Creer en el Él y convertirse a Cristo Jesús.” Mt 4, 17) «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mt 11, 28- 30)

Así como Cristo tiene los sentimientos, pensamientos, preocupaciones, inter4ses y luchas del Padre, así el cristiano que quiere ser como Cristo ha de tener sus mismos sentimientos, pensamientos, intereses, preocupaciones y lichas que Cristo Jesús. Los sentimientos de Cristo son sus virtudes como la justicia y a santidad (Ef 4, 24) La mansedumbre y la humildad (Col 3, 12)  La bondad, la verdad y la justicia (Ef 5, 9)

El camino a seguir es un “camino angosto” y que nos lleva a la Puerta Santa y estrecha (Jn 10. 7; Mt 7, 13- 14) Y poder vivir las Bienaventuranzas, que nos muestran los ocho perfiles de una fotografía de Jesús: Pobre, humilde, manso, inocente, misericordioso, sufrido, justo y perseguido. Jesús a sus discípulos solo les pide dos cosas: Ámenme y síganme ara que se puedan llenar de Mí.

El camino a seguir es el mismo Jesús: Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6)

El Camino es santo y angosto, hay que bajarse del árbol de la grandeza, del monopolio del dinero; del caballo de la soberbia como lo hicieron Zaqueo y Saulo. Para entrar en la pobreza de Espíritu y por este camino alcanzar los sentimientos de Cristo, juntamente con todo lo suyo.

Jesús se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, La Pobreza de Jesús es la Encarnación en el seno de María por obra del Espíritu Santo. Mientras que la riqueza de Jesús es el ser el Hijo de Dios, el hermano universal de os hombres y el servidor de todos. Todo un camino a seguir para poder enriquecer a otros con nuestra pobreza.

El ejemplo a seguir por el camino estrecho.

No se aferró a su condición divina, a su igualdad con Dios. Sigamos su ejemplo desprendiéndonos de nuestro equipaje; despojándonos del traje de tinieblas; de nuestra grandezas humanas, títulos y riquezas para ser lo que estamos llamados a ser: hijos de Dios, hermanos de Cristo y personas valiosas  dignas. Y poder así, revestirnos de Cristo Jesús en justicia y en santidad (Ef 4, 24)

Jesús se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. “El hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida por muchos (Mt 20, 28) “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y lo soy, y les he lavado los pies, lávense los unos a los otros, como yo se los he lavado” (Jn 13, 13) Jesús es el Siervo de Dios y los discípulos son los servidores de Cristo.

Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. No juzga, no condena y no humilla a nadie, Él se humilló a sí mismo y cargó con nuestros pecados para subir a la cruz. Y así ofreció un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios por la Humanidad para el perdón de los pecados. Este es el camino: humillarse bajo la poderosa mano de Dios para que Él nos libere, nos reconcilie, nos haga una nueva creación, seamos sus hijos y hermanos de los demás.

La Cruz es el camino de la resurrección, para dar el paso de la muerte a la vida, del pecado a la Gracia para recibir el espíritu de Amor, de Fortaleza y de Dominio propio; Para que podamos hacer lo mismo que hizo Cristo Jesús: La Obediencia y el Amor: es el camino de la obediencia de Cristo al Padre; es el camino del Amor de Cristo a los hombres. Con su Resurrección ha dicho un Sí a todo lo que Jesús dijo e hizo. E Padre coronó a su Hijo y le concedió en Nombre que está sobre todo nombre para que ante el Nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos y en la tierra: Señor ara gloria de Dios Padre.

Jesús murió para el perdón de los pecados y resucitó apara darnos vida eterna para luego ascender a los Cielos y sentarse en su Trono de Gloria como el Sumo y eterno Sacerdote y enviar desde el cielo Espíritu Santo a los que creen y lo obedecen para que sea Nuestro Salvador, Maestro y Señor de nuestra vida y de nuestra historia.

El camino es abrazar la Voluntad de Dios manifestada en Cristo Jesús y hacer de nuestra vida la “Delicia de nuestro corazón”. Así lo entendió María y así o lo hizo, por eso pudo decirnos: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2, 5)

 

 

 

 

 

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