HOY
CELEBRAMOS EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS.
Pablo, siervo de Cristo
Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, que había ya
prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, acerca de su
Hijo, nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con
poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos,
Jesucristo Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado, para
predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles,
entre los cuales os contáis también vosotros, llamados de Jesucristo, a
todos los amados de Dios que estáis en Roma, santos por vocación, a vosotros
gracia y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rm 1,
1- 7)
Bienaventurados,
Dichosos, felices los que escuchan la palabra de Dios y la obedecen. (cf Lc 8,
21; Lc 11, 27)
Dichosos
los pobres de espíritu, porque de
ellos es el Reino de los cielos. Dichosos
los que lloran, porque serán
consolados. Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los
persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de
contento, porque su premio será grande en los cielos". (Mt 5, 3-
11)
¿Quiénes son los santos?
Son todos
aquellos que se han apropiado de los frutos de la Redención de Jesucristo: Pues a los
que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su
Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que
predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también
los glorificó. (Rm 8, 29- 30)
Son todos aquellos que han
creído en la redención de Jesucristo, han sido liberados, perdonados,
reconciliados, salvados y santificados. Son los que por su fe confían obedecen,
pertenecen, aman y siguen a Jesús. Son los que han escuchado la Palabra de
Cristo para seguirlo por el Camino estrecho y han entrado por la Puerta estrecha
(Mt 7, 13 14).
Son aquellos que a partir del
Encuentro personal con Jesucristo lo han aceptado como su Salvador, Maestro y
Señor. Han pasado de las tinieblas a la Luz (Ef 5, 7-) De la muerte a la Vida
(Rm 6, 23) De la esclavitud a la Libertad (cf Gl 4, 4) Del pecado a la Gracia de Dios (Ef 2, 4- 6; 2
de Cor 12, 9- 10) Lo que han pasado de las manos del Hombre viejo a las manos
del Hombre Nuevo para revestirse de justicia y santidad (Ef 4, 23- 24) Han
recibido el perdón de sus pecados y han recibido el Espíritu Santo (Rm 5, 1;
Rom 4, 23;Gal 2, 16) Han pasado de la muerte a la vida y permanecen en Gracia
de Dios.
La aventura de la Fe comienza
en el Bautismo (cf Hch 2, 37- 38) Por la Gracia de Dios recibimos ser
sacerdotes. Profetas y Reyes ( 1 de Pe 2 9) Por la Gracia de Dios a unos se les
ha concedido ser apóstoles, a otros ser profetas, a unos más ser pastores,
maestros evangelizadores, y hay muchas manifestaciones del Espíritu para
edificar el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia (cf Ef 4, 4ss) Buscando todos la
Unidad en la fe, el conocimiento de Dios hasta alcanzar la estatura de Cristo
Crucificado (cf Ef 4, 13).
Para Pablo los santos son los
que creen en Jesucristo, han recibido el perdón de sus pecados y participan de la
Gracia de Dios para revestirse de Cristo (Rm 13, 14) Para Pedro, santo es el
que creyendo en Jesucristo rompe con el pecado para participar de la naturaleza
divina, para luego lanzarse en la aventura de la fe cultivando las virtudes cristianas
como son la piedad, el amor fraterno y la caridad (cf 2 de Pe 1, 4-8).
Para después de la muerte,
santos son los que mueren en Gracia de Dios. Son los que reciben la Vida
eterna, para toda la eternidad: Entonces uno de
los ancianos me preguntó: “Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía
contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y
lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos
con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz
poderosa: "La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el
trono, y del Cordero".
"¿Quiénes son y de dónde han venido los
que llevan la túnica blanca?" Yo le respondí: "Señor mío, tú eres
quien lo sabe". Entonces él me dijo: "Son los que han pasado por la
gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del
Cordero". (Apoc 7, 9- 14)
Eran
individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas, que
creyeron, amaron y siguieron a Jesús: hombres y mujeres, pobres y ricos, judíos
y gentiles, blancos y negros, que aceptaron a Jesús como el Hijo de Dios, como
Salvador, Maestro y Señor.
Algunos
pocos son canonizados por la Iglesia después de un intenso y riguroso estudio
que compruebe que vivieron as virtudes teologales: la fe, la esperanza y la
caridad de un modo heroico y Dios les conceda hacer un milagro por medio de
ellos.
Es común
decir entre nosotros cuando se nos muere un familiar: “Ya está en con Dios en
su descanso”. El descanso de Dios es Cristo y entramos en ese descanso si
recibimos el perdón de los pecados y el don de su Gracia. Lo contrario es
muerte eterna.
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