ESFUÉRCENCE POR ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA.

 

ESFUÉRCENCE POR ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA.



Iluminación: En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?"

La enseñanza de Jesús.

Jesús le respondió: "Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Pero él les responderá: 'No sé quiénes son ustedes'. Entonces le dirán con insistencia: 'Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas'. Pero él replicará: 'Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal'. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos". Lc 13, 22-30

Jesús es el Misionero del Padre va caminando de aldea en aldea, de pueblo en pueblo, sembrando la Semilla del Reino en el corazón de los hombres y enseñando el como deben vivir los hermanos en esta vida para entrar a la Vida eterna. “Crean y conviértanse” /Mc 1, 15; Mt 4, 17) La conversión es al Reino de los Cielos. Para Jesús la salvación tiene dos dimensiones: el perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo.

Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" La pregunta es tan antigua como nueva, se ha repetido a lo largo de os siglos. Algunos dicen que son pocos, otros dicen que todos se van a salvar, otros más dicen que solo se salvarán los de su Capilla, o los de su Iglesia, otros han dicho que solo se salvarán 144, 000. Jesús no responde a la pregunta diciendo que son muchos o pocos. Él aprovecha la ocasión para darnos una enseñanza.

 Jesús le respondió: "Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán.

Digamos que la salvación es un don gratuito e inmerecido de parte de Dios a los hombres. Pero, no es barato. La salvación pide creer y conversión, Esfuerzos, renuncias y sacrificios. Tal como lo dice Pablo: Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. (Ef 2, 4- 9)

Pero en seguida dice: En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos. (Ef 2, 10) Nadie se salva sin la fe y nadie se salva sin las obras. Son inseparables como lo dice el Apóstol en la carta a los gálatas (Gál 5, 6) La fe unida a la caridad hace decir a Pablo: “Por eso, también yo, al tener noticia de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestra caridad para con todos los santos no ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones.” (Ef 1, 1- 16) La Fe sincera es la que va acompañada por la Caridad. (1 de Tim 1, 5) Primero viene la fe y después las Obras que son su fruto llamados también frutos del Espíritu Santo (Gál , 22- 23)

Escuchemos al apóstol Santiago: ¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «¿Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. (Snt 2, 14- 17)

La diferencia entre Pablo y Santiago es que Pablo le habla a cristianos recién convertidos y Santiago, les habla a cristianos de segunda o tercera generación. Pero entre ellos no hay contradicción.

Pablo habla de la justificación por la fe: Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen - pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios - y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo (Rm 3, 21- 24)

Más delante en el capítulo 12 dice a las comunidades cristianas: “Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.” (Rm 12, 1- 2)

 

Para el apóstol Pablo fe y caridad son inseparables.

“Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con esp1ritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesitades de los santos; practicando la hospitalidad.” (Rm 12, 9- 13) “Y que los más fuertes carguen las debilidades de los más débiles.” (Rm 1iles (Rm 15, 1)

Esfuércense por guardar los Mandamientos, practicar la caridad y rechazar el pecado.

Observar la ley es hacer muchas ofrendas, atender a los mandamientos es hacer sacrificios de comunión. Devolver favor es hacer oblación de flor de harina, hacer limosna es ofrecer sacrificios de alabanza. Apartarse del mal es complacer al Señor, sacrificio de expiación apartarse de la injusticia. No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues todo esto es lo que prescribe el mandamiento.” (Eclo 35, 1-4)

La Fe es la respuesta que se da a la Palabra de Dios, y los sacrificios espirituales vienen de la Fe y son manifestaciones del Amor a Dios y a la Iglesia. Tal como lo dice san Juan: En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él. (1 de Jn 2.3- 6)

Que nadie nos engañe: la Fe llegada a su madurez es Caridad. La Fe es sacrificial, es decir, debe de ir acompañada de las obras. Son padre y madre de todas las Virtudes cristianas.

 

 

 

 

 

 

 

 




 

 

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