Iluminación: No os engañéis; de Dios
nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el que siembre en su
carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el espíritu, del
espíritu cosechará vida eterna. (Gál 6, 7- 8)
Queriendo hacer el bien, no pueden hacerlo
Nuestro Dios está en los
cielos, todo cuanto le place lo realiza. Plata y oro son sus ídolos, obra de
mano de hombre. Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen oídos y
no oyen, tienen nariz y no huelen. Tienen manos y no palpan, tienen pies y no
caminan, ni un solo susurro en su garganta. Como ellos serán los que los hacen,
cuantos en ellos ponen su confianza.(Slm 115. 3- 8) Los mudos, los ciegos, los
sordos, los cojos, et. Son personas atrofiadas por el pecado, podemos ser nosotros
mismos. Seres deshumanizados y despersonalizados hundidos en el individualismo
y en el relativismo, portadores de un vacío existencial. Un corazón Vacío de
Amor pero, lleno de ídolos que ocupan nuestro corazón. En lugar de Cristo. Jeremías
nos describe esta situación al decirnos: Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de
aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no
retienen.(Jer 2, 13)
El relato evangélico.
Entró de nuevo en la sinagoga, y
había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si
le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca:
«Levántate ahí en medio.» Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en
vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces,
mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre:
«Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano.(Mc 3, 1- 5)
Jesús pone en el centro de la
Asamblea a un enfermo, y luego pregunta: ¿Es lícito hacer el bien o el mal en
cualquier día de la emana? La Asamblea guarda silencio, no responde, un demonio
mudo paraliza sus labios y otro demonio endurece sus corazones, para luego imponerse
la misericordia y la compasión de Jesús que le dice al hombre de la mano seca: “Extiende la mano.”
El la extendió y quedó restablecida su mano. Extender la mano significa
compartir, ayudar, servir y amar para ayudar al otro para realizarse como lo
que es. Persona.
Recordando de Pablo las palabras de
Jesús: "Siempre os he
enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que se encuentran en
necesidad, recordando aquellas palabras del Señor Jesús: 'Hay más felicidad en
dar que en recibir'". (Hch 20, 35)
Todo hombre es un
buscador.
Busca sentirse bien, lo que busca es
ser feliz. ¿Dónde lo busca? En el dinero, en el poder, en el placer, en el
trabajo, en el deporte, en el alcohol, en la droga. En el sexo, y más y más.
Blas Pascal dijo: lo que realmente busca es a Dios. Pero no lo sabe. Víktor K.
Frankl dijo: La felicidad no se busca se encuentra. El que busca la felicidad está condenado a
vivir sin encontrarla. Sólo le llegará un féretro para llevarlo a enterrar. Como
lo dijo el filósofo Søren Kierkegaard: “La
puerta de la felicidad se abre hacia fuera”. Hay que salir del encerramiento,
del egoísmo, del individualismo para salir e ir al encuentro de una persona
concreta y extender la mano para ayudar a levantarse y camine hacia su libertad
y se realice como lo que está llamado a ser: Una plenitud de persona.
La fuerza para levantarse, abrir la puerta y salir
fuera es el Amor. El amor llamado Caridad que se manifiesta en tres disponibilidades.
Disponibilidad para “Hacer siempre la voluntad de Dios” que invita a servir,
compartir y amar, especialmente a los menos favorecidos. Tal como lo expresa
Santiago: La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los
huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del
mundo. (Snt 1. 27)
La segunda disponibilidad es ir al encuentro de una persona concreta
para iluminarla con la luz del Evangelio: "Pero
el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano teniendo necesidad, y
cierra contra él su corazón, ¿cómo ha de morar el amor de Dios en él?"(1
de Jn 3 E7) .El que dice que ama a Dios que ame también a su hermano. (1 de Jn
4, 21)
La
tercera disponibilidad es de dar la vida por hacer los otros dos objetivos: Non palabras de
Jesús: Decía a todos: «Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque
quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése
la salvará. (Lc 8, 23- 24)
El
Señor nos propone para alcanzar la felicidad el Amor. “Cultívate y ptotegelo
(Gn 2, 15) Y el frito de tu cosecha compártelo con los demás. La felicidad d de
encuentra realizándose, cultivando los valores humanos y ser piestos al
servicio del Reino de Dios. Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará
también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en
abundancia. Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni
forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. (1 de Cor 9, 6- 7)
Rl camino de Pablo:
Vuestra
caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos
cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros: con
un celo sin negligencia; con esp1ritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la
alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la
oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la
hospitalidad. (Rm 12, 9, 13)
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