GUARDAOS
DE LA LEVADURA DE LOS FARISEOS, QUE ES LA HIPOCRESÍA.
Iluminación: Nada hay
encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque
cuanto dijisteis en la oscuridad, será oído a la luz, y lo que hablasteis al
oído en las habitaciones privadas, será proclamado desde los terrados. (Lc 12,
2- 3)
La Mentira no es eterna, un
día se descubre, es la fuerza de la malicia, del odio, de la envidia, de la hipocresía
y de la maledicencia (1 de Pe 2, 1) Sola la Verdad es eterna, no cambia, nos
hace libres, (Jn 8, 32) del mal para que amemos y sirvamos con un corazón libre
(Gál 5, 1) Y nos lleva a la integridad, a la honradez y sinceridad, a la libertad
y a la justicia.
La hipocresía, para los
griegos, era “hacer obras” “ “Poner caras”
“Ser artistas”. Hoy podemos decir que hipócrita es que se convierte en
copia de otros, en títere de otros. Puede hablar de manera elocuente y bonita ,
pero sus palabras llevan falsedad, sus amores son fingidos (Rm 12, 9)
Lectura
bíblica.
Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En
la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y
observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no
hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos
ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por
los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del
manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las
sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame
"Rabbí". (Mt 23, 1- 7)
Conmigo o contra mí el que no junta desparrama (Mt 12 30)
«Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres,
también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero
el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de
Dios. «A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le
perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
(Lc 12, 8- 10)
La obra del Espíritu
Santo es hacer que e mundo crea en Jesús, para que creyendo se salve. Fuera de
Cristo no hay salvación: ¿A dónde vamos a ir para buscar la salvación? “Sí bajo
las estrellas del Cielo, sólo en Cristo hay salvación”. (Hch 4, 12) El espíritu
Santo es nuestro nuevo Paráclito. El que nos conduce a Cristo y ala vida
eterna: En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos
de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor;
antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio
de que somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y
coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él
glorificados. (Rm 8, 14- 17)
Jesús
realiza la Obra de Dios en la historia y el Espíritu Santo la actualiza hoy en
nuestras vidas.
«No temas,
pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el
Reino. «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se
deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la
polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
«Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas (Lc 12, 32- 35)
Luchemos
contra los jijos del hombre viejo: los Vicios, como la lujuria, la codicia, la avaricia,
la soberbia, el egoísmo la ira, la mentira, la envidia, etc. Contra los vicios
estás las virtudes que son hijas del Amor. Son las lámparas encendidas, son la
armadura de Dios para vencer con el bien al mal (Rm 12, 21) Y revestirnos de
Jesucristo (Rm 13, 14).
La primera
de as virtudes es la fe, pero que sea sincera ara que responda a la Voluntad de
Dios. La Fe que pide ir acompañada de un corazón limpio del cual brota y nace
el amor. (1 de Tim 1, 5) Fe acompañada de humidad y mansedumbre como lo dice
Jesús (Mt 11, 29) Es el camino del discipulado para no ser falsos o hipócritas.
De la fe sincera nace la fortaleza para luchar contra el mal y para hacer el
bien. La fortaleza nos lleva a la pureza de corazón, a la santidad y a la
caridad.
Dichoso aquel siervo a quien
su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá
al frente de toda su hacienda. (Lc 12, 43- 44) Es aquel que tiene la prontitud
para hacer a voluntad de Dios, para salir fuera de su ego para ir a servir a
los demás y el que tiene la disponibilidad de dar su vida por hace los dos
objetivos anteriores.
No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso
cosechará: el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que
siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna- No nos cansemos de
obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Así
que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente
a nuestros hermanos en la fe. (Gál 6, 8-10)
Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad;
el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia. Cada cual dé
según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al
que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que,
teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda
obra buena. (2 de Cor 9, 6- 8)
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