EDUCARNOS EN LA CONCIENCIA MORAL ES TATREA PARA TODOS.
La soberbia hincha y el amor transforma. Ama a Dios el que guarda sus Mandamientos, guarda su Palabra y ama a sus hermanos. (1 de Jn 2, 3-5)
Queridos hermanos: Ya sé que todos ustedes conocen lo que está permitido con respecto a la carne inmolada a los ídolos. Pero, ¡cuidado!, porque el puro hecho de conocer, llena de soberbia; el amor, en cambio, hace el bien. Y si alguno piensa que ese conocimiento le basta, no tiene idea de lo que es el verdadero conocimiento. Pero aquel que ama a Dios, es verdaderamente conocido por Dios. (1 Cor 8, 1-3)
Educar la conciencia es tarea para toda la vida.
Lo primero que todo hombre debe aprender es a distinguir entre lo bueno
y lo malo. Para luego rechazar lo malo y hacer lo bueno para ir adquiriendo en
la práctica del bien una conciencia que está formada de la inteligencia, la
voluntad y el corazón, es decir el amor. Cuando el hombre peca se genera en si
interior una grieta o división por la que se escapa el buen olor de Cristo y
por el que entra otros olores – Pero n día, escucha la Palabra y entra el amor
y comienza la reconciliación entre la inteligencia y la voluntad que eran
enemigas. El Amor reconcilia, perdona y une lo que estaba dividido. En la
unidad de las tres: la mente, la voluntad y el amor, se adquiere la conciencia
Moral con la triple facultad: distinguir entre el bien y el mal, rechazar el
mal y hacer el bien, (Rm 12, 9: 21)
La carne ofrecida a los ídolos.
Ídolo es todo aquello que se pone en el corazón para ocupar el lugar de Cristo. Pueden ser personas, cosas, estilos de vida, lujos, droga, sexo, dinero, poder o placer, juntamente con ideologías. Los ídolos se pueden convertir en nuestro dios, si lo amamos con todo el corazón con toda la mente y con todas nuestras fuerzas. Entonces caemos en la idolatría, el pecado de Israel y puede ser el nuestro. Ofrecemos sacrificios a nuestros ídolos que nos oprimen, nos explotan, nos arrastran y nos matan. No hay Conciencia Moral que en Teología Católica es Cristo que habita por la fe en nuestro corazón. (Ef 3, 17)
Sentados a la mesa de los Ídolos o a la Mesa del
Señor.
En el evangelio de Mateo encontramos dos árboles, uno con fruto bueno y otro con fruto malo: Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. (Mt 7, 18) En el Paraíso se encuentran dos árboles: el Árbol de la Vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»(cf Gn 2, 17) El hombre tiene el libre albedrío para que haga lo que elija, el bien o el mal, pero de lo que haga es responsable. Puede sentarse a la Mesa de los ídolos o de los demonios o puede estar sentado a a la mesa del Señor que equivale sentarse a comer a la sombra del Árbol de la Vida que es Cristo y se encuentra en el Paraíso de Dios (Apoc 2, 7).
Un solo Dios verdadero, los ídolos son nada.
As{i lo dijo el profeta Jeremías: Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen.(Jer 2, 13) Son puro vacío que genera aburrimiento, agresividad, aislamiento y pérdida del sentido de la vida. Se trata del vacío de amor y de Dios que nos da frustración, inversión de valores, los lleva a las ideologías que deshumanizan y despersonalizan. En cambio para entrar a la Plenitud de Dios (Col 2, 9) hay que creer en Jesucristo y convertirse a él. Lo que significa convertirse al Amor. (1 de Jn 4,8)
Ahora bien, con respecto a comer la carne ofrecida a los ídolos, sabemos
que un ídolo no representa nada real y que no hay más que un solo Dios. Pues,
aun cuando se hable de dioses del cielo y de la tierra, como si hubiera muchos
dioses y muchos señores, sin embargo, para nosotros no hay más que un solo
Dios, el Padre, de quien todo procede y es nuestro destino, y un solo Señor
Jesucristo, por quien existen todas las cosas y por el cual también nosotros
existimos. (1 Cor 8, 4-
7)
La conciencia no formada
para el bien y el amor.
"porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, y
paz y gozo en el Espíritu Santo". (Rm 14, 17) Esto es llevar una espiritualidad
cristiana que consiste en dejarse conducir por el Espíritu Santo (Rm 8, 14)
Para sentados a la Mesa del Señor alimentarse con lo que brota de la cruz de
Cristo y que destruye la idolatría. El Amor que es la madre de todas las Virtudes
cristianas que son comida y bebida, armonía interior y armonía exterior,
consigo mismo, con Dios, con los demás y con la naturaleza.
Mas no todos saben esto. Pues algunos, acostumbrados a la idolatría
hasta hace poco, siguen comiendo la carne como si estuviera consagrada a los
ídolos, y puesto que su conciencia está poco formada, pecan. No es,
ciertamente, la comida lo que nos hará agradables a Dios, ni vamos a ser
mejores o peores por comer o no comer. Pero tengan cuidado de que esa libertad
de ustedes no sea ocasión de pecado para los que tienen la conciencia poco
formada. Porque si a ti, que sabes estas cosas, te ve alguien sentado a la mesa
en un templo de los ídolos, ¿no se creerá autorizado por su conciencia, que
está poco formada, a comer de lo sacrificado a los ídolos?. (1 Cor 8, 8-10)
No juzguen para no ser
juzgados ni condenen para no ser condenados.
Entonces[11] , por culpa de tu conocimiento haces que se pierda el hermano que tiene la conciencia poco formada, por quien murió Cristo. De esta manera, al pecar ustedes contra sus hermanos, haciendo daño a su conciencia poco formada, pecan contra Cristo. Por lo tanto, si un alimento le es ocasión de pecado a mi hermano, nunca comeré carne para no darle ocasión de pecado. (--1 Cor 8, 10-13)
Hay quienes
nos critica, por lo que bebemos o por lo que comemos, por lo que vestimos o por
el carro que tenemos. Lo que debemos de saber es aquello de no gastar el lujos
superfluos o innecesarios porque es una ofensa a los pobres, Como también
aquello que no hagas fiestas con dinero restado para quedar bien con otros, eso
empobrece. Aprendamos de la Palabra de Dios que nos dice: Si alguno que
posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su
corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos míos, no
amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto
conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante
Él, (1 de Juan 3, 17- 19) Ya que la Conciencia Moral es la sede del Amor a Dios
y a ls hombres,
Publicar un comentario