CRISTO JESÚS ES EL NOVIO Y EL ESPOSO DE LA IGLESIA.
Iluminación: “Tanto
amó Dios al mundo que le entregó su propio Hijo para que todo el que rea en él
tenga vida eterna” (Jn 3, 16) “He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados
del mundo--- ese es Jesús… y la esposa del Cordero es la Iglesia que nace en la
Pascua de Cristo. (1 de Cor 5, 8)
El Verbo se hizo hombre y puso su
Morada entre nosotros (Jn 1, 14) Viene a desposarse con la Novia, trae en sus
manos la Dote, los regalos para su Esposa; La Palabra de Dios, el perdón y la
misericordia. la fidelidad y el conocimiento. (Os . 2, 21) El primero de sus
regalos es la Palabra de Dios. Para que todo el que crea y sea bautizado SE
INCOPORE A Cristo Jesús y sea salvo (Mc 16, 16: Gá 3, 27) Por el sacramento del bautismo, debidamente administrado y
recibido con la requerida disposición de alma, "el hombre se
incorpora realmente a Cristo crucificado y glorioso y se regenera para el
consorcio de la vida divina... El bautismo, por tanto, constituye un poderoso
vínculo sacramental de unidad entre todos los que con él se han
regenerado"
Con su
muerte y resurrección Cristo ofrece a Dios un sacrificio perfecto para
embellecer a su Novia, perdonando sus pecados y revistiéndole de Vida Nueva. La
reconcilia consigo misma, con Dios y con los demás miembros del Cuerpo de
Cristo. Entra en comunión con Cristo. Y cuando obedece su
Palabra, la Novia se afianza manifestando su Amor al Esposo. Recordando que lo
que Dios ha unido el hombre no puede separarlo, y Dios ha unido a Cristo con la
Iglesia (Ef 1, 22).
Todo bautizado, hombre o mujer,
pobre o rico, judío o gentil está llamado a ser esposa de Cristo: Está llamada a
vivir en Comunión con Cristo y es invitado a ser fiel a su Esposo (1 de Cor 4,
1) Ya que Dios ha unido a Cristo con la Iglesia, CABEZA Y CUERPO. No son dos,
por la Unidad son una sola realidad, La Iglesia: Cabeza y Cuerpo. El que quiera
estar unido a Dios que se una por la fe a Cristo; el que quiera estar unido a
Cristo que se una a su Cuerpo que es la Iglesia a la que Cristo la amó y se
entregó por ella para purificarla y santificarla y dejarla sin mancha y sin
arruga. (cf Ef 5, 25) No podemos decir que amamos a Cristo y rechazamos y hasta
odiamos a su Esposa.
Porque no recordar que la fe
cristiana es Trinitaria: Creemos en el Padre, el Hijo, en Espíritu Santo, y
además porque todos somos portadores de una misma fe: un solo bautismo y una sola
fe (Ef 4, 5), tenemos una fe Eclesiológica, en la que todos somos llamados a
ser Hombres Nuevos: perdonados y reconciliados, revestidos con el Traje de
Bodas, con Vestiduras de Salvación (Is 61, 1). Llamados todos a la Unidad con
Dios en Cristo por la acción del Espíritu Santo, en su Iglesia. Somos salvados
en comunión con otros, y nunca aisladamente.
La Iglesia que es Una y Santa, y es
también pecadora, por eso es llamada a estar purificándose y a caminar en el
amor y en la verdad de Cristo. La esposa de Cristo es llamada a estar
perdonada, reconciliada, salvada y santificada. Es llamada a la conversión para
que pueda estar revistiéndose de Cristo (Rm 13, 14) Pablo nos recuerda que es
llamada a la Libertad: Para ser libres nos ha liberado Cristo, para amar y para
servir (Gá 5, 1; Jn 8, 32) y a la Santidad (2 de Tes 4, 3) Como libre y santo
es su Esposo. Sed santos como vuestro Padre celestial es Santo (1 de Pe 1, 15)
¿Cómo poder lograrlo? Por la fe en Jesucristo, aprendemos a ser santos y humildes
de corazón (Mt 7, 29) Cultivando las virtudes de Cristo para configurarnos con él.
Somos santos si estamos llenos y revestidos del Amor, de la verdad y de la
Justicia (Ef 5, 5. 9). Es decir, estamos llenos de la Luz de Cristo que las
tinieblas no pueden apagarla. (Jn 8, 12: jn 1, 4)
La Misión y el
Destino de Cristo es también de su Iglesia, llamada a
participar en todo lo que es de Cristo. Por eso ha derramado sus dones en la
Iglesia: A unos los llama a ser profetas, a otros ser apóstoles, a otros ser
maestros, a otros ser pastores, a otros se evangelizadores, a otros la curación
de enfermos (Ef 4, ) Todos unidos en la fe para la edificación del Cuerpo de
Cristo que es la Iglesia. Para crecer en el conocimiento de Cristo, hasta
alcanzar la estatura del hombre perfecto, el esposo, Cristo Jesús (cf Ef 4, 13).
La Iglesia es llamada a crecer en Gracia y en conocimiento de Cristo (1 de Pe
3, 17).
“Todo poder se
me ha dado en el cielo y en la tierra, así como el Padre me envió, Yo os envío
a vosotros” (Jn 20, 20) La Iglesia existe para servir, para lavar
pies, para anunciar la Palabra y santificar a los hombres: “Vayan y enseñen
todo lo que les he enseñado y bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo (Mt 20, 25- 28; Jn 13, 13; Mt 28, 17- 19). En la Iglesia el
Espíritu Santo actualiza la Obra redentora de Cristo: la reconciliación de los
hombres con Dios y entre ellos (Ef 2, 14) “Vayan y perdonen los pecados, a
quienes ustedes les perdonen serán perdonados” (Jn 20, 23) La Iglesia recibe de
su Esposo, las llaves del Reino de los Cielos (Mt 16, 18) Recibe de él el
Ministerio de la Reconciliación.
La Iglesia es
enviada y perseguida: “Los envío como corderos en medio de
lobos; sean astutos como serpientes y dóciles como palomas” (Mt, 10, 16) Los perseguirán,
los azotaran, los meterán a las cárceles y los matarán. Los enemigos estarán y saldrán
de dentro de ustedes (1 de Jn 2, 18) Pero, “Yo estaré con ustedes” (Mt 28, 20) “Vigilen
y oren para no caer en la desgracia (Mt 26, 41) El mundo los odia porque
ustedes me aman; si ustedes me odiaran el mundo los amaría” (Jn 15, 18) Pero
sepan que a mí me odiaron primero. No los dejaré huérfanos: Yo estaré con
Ustedes”. Yo me manifestaré en medio de Ustedes: liberándolos, reconciliándolos,
haciendo hombres nuevos y promoviéndolos. Todo lo que pide el Esposo a su
iglesia es “Fidelidad al Amor” (1 de Cor 4,1) Unida a una “Fe sincera, a un
corazón limpio y a una conciencia recta” para que pueda brotar de sus corazones
los borbollones de amor, de paz y alegría (1 de Tm 1, 5; Jn 7, 37- 38; Rm 14,
17)
“Todo lo tuyo es
mío, y todo lo mío es tuyo, que mi Gloria se manifiesta en ellos” (cf Jn
17, 10) La Gloria de Cristo es su Pasión, su Resurrección y su Ascensión… Para
la Iglesia todo es Gracia de Dios…. todo es de su Esposa por voluntad de Dios,
ahora puede gritar al mundo, el Espíritu y la Esposa dicen: “El que tenga sed y
quiera, venga y beba gratis, del agua de la vida.” (Apoc 22, 17) Ir al Espíritu y a la Esposa para que
tomen el Agua de la Vida de modo gratuito. Es el mismo método del Esposo: No
obliga, no violenta y no manipula. El que quiera, el que crea en Mí que se niegue
a sí mismo, que tome su Cruz y me siga (Lc 9, 23) Jesús no manipula y no
engaña, promete a su Esposa Vida Eterna y persecuciones para esta vida. Por eso
le recuerda siempre: “El que me pertenece, está crucificado conmigo, muriendo
al pecado y viviendo para Dios” (Gál 5, 24; Rm 6, 11). La Iglesia crece en el
Verdad por medio de la predicación de la Palabra y transmite la Salvación por medio
de los Sacramentos (cf 1 de Tm 2, 4) Palabra y Sacramentos son los dos denarios
que el Buen Samaritano entrega al mesonero para que sane las enfermedades
causadas por el pecado. (Lc 10 ) El Mesón es la Iglesia y el mesonero es el
servidor de la Iglesia. Qué recibe de su Esposo la Potestad de Anunciar la
Palabra, Consagrar el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo y el Conducir
a los hombres a la tierra Prometida, Cristo Jesús.
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