¿QUÉ NOS ENSEÑA LA ASUNCIÓN DE MARÍA?.
María es
Figura de la Iglesia. Es nuestro Modelo a seguir. Es nuestra Madre y Maestra
que desde el Cielo sirve a la Iglesia de su Hijo, es la Señora que nos presenta
el Apocalipsis: “Apareció en el cielo un signo sorprendente: una Mujer vestida
de sol, con la luna bajo sus pies y tocada con una corona de doce estrellas”
(12, 1ss).
Con un
Mensaje para todos los humanos redimidos por su Hijo: “Vale la pena escuchar y
obedecer la Palabra de Dios”. “Vale la pena servir al Designio de Dios”. “Vale
la pena creer, amar, seguir y servir a Dios que se ha manifestado en
Jesucristo”. “Vale la pena llevar una vida consagrada a Dios y a su Plan de
Salvación. “Valen la pena todas las renuncias y sacrificios que se hagan por
amor a la Causa de su Hijo”. “Vale la pena luchar contra el Maligno,
sometiéndose bajo la poderosa mano de Dios para vencer el Mal”.
La Virgen
Madre desde el Cielo dice a sus hijos: “Mírenme, como me ven, se verán, no
teman creer en mi Hijo y hacer lo que Él les diga, para que tengan Vida
eterna”. ¿Qué es el Cielo para la Madre? Para ella el Cielo es su Hijo, el
Verbo del Padre que por la acción poderosísima del Espíritu Santo trajo el
Cielo a la Tierra. Para la Madre el Cielo es Comunión con su Hijo y con todos los
miembros de su Cuerpo. En el Cielo de María no hay divisiones, tampoco hay
hermanos separados como tampoco hay enemigos, todo es Familia del Padre, todo
es Comunión, y lo que nos une es el Amor, y como Dios es Amor es Dios el que
nos une. El Cielo de María comienza aquí en la Tierra para todos los que
abrazan la Voluntad de Dios: “Ámense los unos a los otros, como Yo los he
amado, para que el mundo crea que el Padre me ha enviado” (Jn 13, 34- 35).
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