LOS DONES DE DIOS CRECEN CON EL USO DE SU EJERCIO
Iluminación: "Nos hemos
enterado de que entre ustedes hay algunos que andan de vagos, sin trabajar en
nada, y que solo se meten en lo que no les importa. A tales personas ordenamos
y exhortamos en el Señor Jesucristo que tranquilamente se pongan a trabajar
para ganarse la vida. Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el
bien". (2 de Tes 3, 10)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El
Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a
tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes.
A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la
capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó
otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el
que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de
su señor.
Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus
servidores.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros
cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco,
que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel.
Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho
valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'. Se acercó luego el que
había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, dos talentos me dejaste; aquí
tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito,
siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te
confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: 'Señor, yo
sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y
recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento
bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'. El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso.
Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por
qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo
recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez.
Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará
aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y la desesperación' ". (Mt 25, 14-30)
El hombre, todo
hombre nace con una misión debajo del brazo: Su propia realización. El primer
mandamiento que encontramos en las páginas de la Biblia nos dice: Tomó,
pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de
Edén, para que lo labrase y cuidase. Más
del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás, porque el día comieres de él, morirás sin remedio.»(Gn 2, 15- 17) Trabajar y
proteger.
Trabajar y proteger los dones de Dios recibidos para nuestra
realización personal y comunitaria. E, según los dones recibidos por su
Creador. El hombre es invitado a cultivar
el Paraíso, la Familia. La Sociedad. Según los dones recibidos por su Creador.
Los dones crecen con el uso de su ejercicio y se oxidan con el no uso. Teniendo
presente que todo hombre tiene un afuera y tuene un adentro:Debe de estar en
comunión consigo mismo y con el afuera: Dios los demás y la naturaleza. El
hombre es un ser en proyección llamado a vivir en Comunión con su Realidad: lo de dentro y lo
de fuera. La armonía de los dos significa su realización y su felicidad.
El hombre está llamado a cultivar todas sus dimensiones su
intelectual, la espiritual, la corporal, la familiar y la histórica. Ha de
cultivar su originalidad para evitar ser copia o títere de otros. Ser único e
irrepetible, responsable, libre y capaz de amar.
La comunión con Dios y con los demás pide una fe sincera. La
fe es el Camino que Dios nos propone para nuestra realización. Por la fe Dios
habita en nuestro adentro (Ef 3, 17) Nos libera, nos reconcilia, nos hace una
nueva creación y nos promueve. La fe nos deja luz, poder y amor para que
trabajemos en la Obra del Señor: nuestra salvación. No como simples
espectadores, sino como protagonistas activos y fértiles. Lo contrario a la fe
es el pecado que nos paga con la muerte (Rm 6,23) Por lo que Pablo nos dice: Aborreced el mal y
amad apasionadamente el bien (Rm 12m ) No se puede mezclar la fe con el pecado
porque resulta la tibieza, y a los tibios los escupiré de mi boca (Apo 3, 15)
Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me
rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.» (Mt 15,
8- 9)
Así
que por sus frutos los reconoceréis. «No todo el
que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que
haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en
tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás
os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"(Mt 7, 20, 23)
En cambio lo que sale de la boca
viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del
corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones,
robos, falsos testimonios, injurias. .Eso es lo que contamina al hombre;
que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.» (Mt 15. 18- 21)
La
Luz de la fe nos ilumina pata que reconozcamos nuestros pecados, nos
arrepintamos y vayamos al juicio de Cristo para recibir el perdón de nuestros
pecados y la Gracia de Dios para poder amar y servir a Dios y a los hermanos
con manos limpias de sangre y de maldad (Is 1, 15) Pero llenos con los frutos
de la Fe: el Amor, la Paz y el Gozo (Rm
14, 17; Gál 5. 22- 23) Y: recibir entonces
la recompensa prometida: Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid,
benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros
desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve
sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y
me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a
verme."(Mt 25. 34- 36)
El Amor y
el Servicio vencen la ambición de poder, de tener y del placer. Escuchemos a
Pablo decirnos: El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos,
haciendo algo útil para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad.
No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para
edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen.(Ef 4, 28-
29)
El trabajo
para el Reino de Dios se realiza desde la CrUz de Cristo, murIuendo al pecado y
viviendo para Dios (Gál 5, 24)
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