NADA DE LO QUE ES CARNE Y SANGRE ENTRA EN EL REINO DE DIOS.
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: '¡Señor, Señor!',
entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre,
que está en los cielos. Aquel día muchos me dirán: '¡Señor, Señor!, ¿no hemos
hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos
milagros?' Entonces yo les diré en su cara: 'Nunca los he conocido. Aléjense de
mí, ustedes, los que han hecho el mal'. (Mt 7, 21- 23)
¿Quién es el que entra en el Reino de los Cielos? Sólo
el que hace la Voluntad de Dios. Este es el que puede salvarse. Pablo lo dejó
bien claro: “Nada de lo que es carne y sangre entra en el Reino de Dios” (1 de Cor 15, 50) Es una Gracia de Dios y una
respuesta nuestra. Es Don y Tarea.
En la enseñanza de Jesús encontramos: Se
presentaron donde él su madre y sus hermanos, pero no podían llegar hasta él a
causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y
quieren verte.» Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos
que oyen la Palabra de Dios y la cumplen.» (Lc 8, 19- 21) Para entrar al Reino
de Dios hay que creer en él y convertirse (cf Mt 4, 17)
¿Y cuál es la Voluntad de Dios? La
Voluntad de Dios es que creamos en su Hijo, que lo amemos y que nos amemos unos
a los otros (1 de Jn 3, 23) Que rompamos con el pecado para que participemos de
la Naturaleza divina (2 de Pe 1, 4) A esto se le llama conversión cristiana que
significa dejar las tinieblas para entrar en la luz (Ef 5, 7-8) Para seguir a
Cristo y dar frutos de vida eterna (cf Jn 8, 12) La Bondad, la Verdad y la
Justicia (Ef 5, 9) Para revestirnos del Hombre Nuevo, Jesucristo resucitado (Ef
4, 24) Esta es la Voluntad de Dios: Nuestra salvación y el conocimiento de la
Verdad (1 de Tim 2, 4)
La Voluntad de Dios es que creamos en su Hijo: Porque
tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en
él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo
al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Jn 3,
16- 17) Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo
que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la
voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida
eterna y que yo le resucite el último día.» (Jn 6, 39- 40)
No basta con rezar y con escuchar la Palabra, pero,
permanecer en pecado, sin la Gracia de Dios, hay que poseer una fe sincera y
sólida para construir la casa sobre Roca, hay que aborrecer el pecado y amar
intensamente el bien es decir, la Voluntad de Dios (Rm 12, 9) Que quiere, esa
es su Voluntad, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad. (1 de Tim 2, 4)
¿Cómo se logra esto? Mediante a escucha y obediencia
de la Palabra de Dios podemos llegar al conocimiento de la Palabra y por medio
de los Sacramentos llega nuestra salvación a nosotros, Palabra y Sacramentos
están en la Voluntad de Dios. Así lo describe la Sagrada Escritura: Al oír
esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué
hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de
vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. (Hch 2, 37- 38)
San Pablo nos confirma lo anterior al decirnos: Pues
todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. En efecto, todos los
bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego;
ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abraham, herederos
según la Promesa. (Gál 3, 26- 29) La Voluntad de Dios es que recibamos el Bautismo
para morir con Cristo, ser sepultados con él y resucitar con Cristo (Rm 6, 3-
5) Esta es la Voluntad de Dios dicha por el mismo Jesús: Y les dijo: «Id por
todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea
bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. (Mc 16, 15- 16)
Por el
Bautismo somos hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y templos vivos del Espíritu
Santo. Como también somos hijos de la Iglesia y miembros de una comunidad
fraterna, solidaria y servicial. Que recibió de Cristo los Mandamientos del
Amor y del Servicio (Jn 13, 13. 34) Quien los ponga en práctica camina en la
Verdad, en la Unidad y en Santidad. (Jn 17) Está en Camino de salvación.
El
Bautismo es para vivirse, vivir como Jesús vivió: Amando y Sirviendo.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un
hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las
crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se
cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un
hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las
crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron
completamente". (Mt 7, 24- 27)
Y sucedió que cuando acabó Jesús
estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba
como quien tiene autoridad, y no como sus escribas. (Mt 7, 28- 29)
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