COMO ESTEBAN LO HIZO, SIGAMOS LOS PASOS DE JESÚS.
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de
poder, realizaba grandes prodigios y signos entre la gente. Algunos judíos de
la sinagoga llamada “de los Libertos”, procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia
y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría
y al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a algunos hombres para que
dijeran: “Nosotros hemos oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra
Dios”. (Hch 6, 8-11)
Esteban, hombre de fe y
del Espíritu Santo. Con Sabiduría y Entendimiento hablaba de Cristo Jesús y de
la Sagrada Escritura, y con el Poder del Espíritu realizaba prodigios y
milagros entre la gente. Judíos de la Diáspora que pertenecían a la sinagoga llamada de los Libertos le
contradecían y Esteban les refutaba y los vencía con la Gracia de Dios. Ellos
llenos de envidia y de odio pagan a unos hombres para que atestiguaran contra
él: “Nosotros hemos oído a este hombre blasfemar contra Moisés y contra Dios”.
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a
los escribas; cayeron sobre Esteban, se apoderaron de él por sorpresa y lo
llevaron ante el sanedrín. Allí presentaron testigos falsos, que dijeron: “Este
hombre no deja de hablar contra el lugar santo del templo y contra la ley. Lo
hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret va a destruir el lugar santo y a
cambiar las tradiciones que recibimos de Moisés”. Los miembros del sanedrín
miraron a Esteban y su rostro les pareció tan imponente como el de un ángel.
(Hch 6, 12- 14)
Alborotaron al pueblo, a los ancianos, a los escribas y lo llevan ante el
Sanedrín que miran a Esteban con el poder de Dios manifestado en su Rostro, Lo
acusan de ser un blasfemo. El Mensajero de Cristo, acusado de ser un blasfemo
es condenado a ser apedreado. Y así se cumple la profecía de Jesús: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha
odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo;
pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por
eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es
más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros;
si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo
harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. (Jn 15,
18- 21)
El Destino de Jesús es el mismo destino de sus
Discípulos. Pero también la Misión de Jesús es la Misión de sus Discípulos. Jesús
predicó su Palabra, hizo milagros y exorcismos, también sus Discípulos lo hacían,
Jesús murió y resucitó, también los suyos lo hacían y lo hacen. Jesús se sienta
a la derecha del Padre, también sus discípulos están con Él. De esta manera se
cumple la Escritura:
“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado,
no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado. El que me odia,
odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho entre ellos obras que no ha hecho
ningún otro, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y nos odian a mí y a
mi Padre. Pero es para que se cumpla lo que está escrito en su Ley: Me han
odiado sin motivo. Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al
Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de
mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el
principio”. (Jn 15, 22- 27) Jesús dio testimonio de su Padre muriendo en la
Cruz, los discípulos dan testimonio de Jesús participando de su Pasión.
Nosotros,
¿Somos discípulos de Jesús? Somos sus discípulos si hemos hecho la “Opción fundamental
por Jesús” Es tomar la firme determinación de seguir a Cristo, escuchar su
Palabra, guardarla y obedecerla. Pero también aceptar pertenecer a Cristo para
entrar en su Alianza para amarlo y servirlo. Tomanos la determinación de servir
a Jesús y a su Iglesia. Damos la espalda al mundo, rompemos con su amistad para
ser amigo de Cristo y de sus amigos. La experiencia de la “Opción por Jesús”
nos deja huella, nos enamoramos de Cristo, de su Persona, de su Oración de su
Palabra y de su Iglesia. Y por amor decidimos servirle hasta gastarnos nuestra
vida por él y por los suyos.
Juan en el
capítulo 15 contiene las palabras de Jesús sobre la verdadera vid y sus ramas.
Enseña la importancia de permanecer en él y sus mandamientos para producir
frutos. Además, habla sobre el amor que debe existir entre sus discípulos y que
el mundo los odiará por él. A continuación hay cinco versos relacionados con
los temas abordados en Juan 15.
Ø “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”. En
todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. (Flp 4, 13- 14)
Fortalecerse con el Amor de Dios para permanecer firmes en la fe. “Fortaleceos
en el Señor con la energía de su Poder (Ef 6,1o)
Ø “Para que viváis de una
manera digna del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda obra buena y
creciendo en el conocimiento de Dios; (Col 1, 1,10) “Niegate a ti mismo, toma tu
cruz y sígueme” (Lc 9, 23) Así como Jesús instruye a sus discípulos a
permanecer en él para dar fruto, Pablo también enfatiza la importancia de
fructificar en buenas obras y crecer en el conocimiento de Dios.
Ø “ Quien dice que permanece
en él, debe vivir como vivió él”.( 1 de Jn 2, 6) Todo el que pertenece a Cristo está
crucificado con él (Gál 5, 24) Este versículo destaca la importancia de seguir el ejemplo de Jesús y
caminar en sus caminos para permanecer en él.
Ø “Yo les he dado tu Palabra,
y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo”.
(Jn 17, 14) Así como Jesús enseña que el mundo odiará a sus discípulos por el amor que se tienen
unos a otros, este versículo destaca la separación entre los seguidores de
Cristo y el mundo. No podemos amar el mundo y amar al mismo tiempo amar a Dios.
Ø Queridos, amémonos unos a otros, ya que el
amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no
ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. (1 de Jn 4, 7- 8) ¿Quiénes son
tus amigos? Los de Dios o los del mundo.
La virtud de la Fortaleza, no
aparece en nuestra vida de un día para otro. Pide perseverancia, tenacidad,
constancia y paciencia. Es la señal que nuestra fe es sincera, Esteban, nuestro
Proto mártir fue un hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, lleno del poder de
Dios.
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