LA PALABRA DE DIOS ES LUZ QUE
ILUMINA NUESTRAS TINIEBLAS
Iluminación: Que el Padre de
nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender
cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. (Cfr Ef 1, 17-18)
"El Espíritu del Señor está sobre
mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha
enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para
dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor."
(Lc 4, 18- 19)
El relato evangélico.
En aquel tiempo, Jesús y sus
discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le
pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso
saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?"
El ciego, empezando a ver, le dijo: "Veo a la gente, como si fueran
árboles que caminan". Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el
hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con
claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Vete a tu casa, y si
pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie". (Mc 8, 22-26)
Podemos hacernos una pregunta a
todos y a cada uno de los creyentes en Jesús:
¿Qué ha hecho la Fe por nosotros?
¿Qué ha hecho Jesús en nuestra vida? Las respuestas pueden ser muchas, en otra
podemos responder: Me ha liberado, me ha reconciliado, me ha cambiado, me ha
hecho ser hijo de Dios, me ha hecho su amigo, hermano y servidor. La fe que
viene de la predicación de la Palabra de Dios, podemos afirmar que nos ha
traído Luz, Fuerza y Misericordia.
Hablemos de la Luz: “Hágase la luz
y la luz se hizo” (Gn 1, 1-2) Hubo entonces luz y tinieblas, día y noche. La
Palabra es luz que ilumina nuestras tinieblas, es lámpara para nuestro caminar
(Slm 119, 105) "En ella estaba la vida y la vida era la luz de los
hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
"(Jn 1, 4- 5) Jesús ha venido a traernos vida y luz (Jn 10, 10) Él es Luz
y es Vida: "Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo;
el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la
vida.»"(Jn 8, 12) El que tiene la Luz sabe de dónde viene, para que se
encuentra aquí y sabe para dónde ir.
El que tiene la luz de la Palabra,
no está ciego, puede ver y distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo y
llamarle a cada cosa por su nombre. Dios ha puesto en el corazón del hombre “La
ley interior” que contiene cuatro Palabras, cuatro luces: “No hagas cosas
malas, haz cosas buenas, si has fallado pecaste, entonces Dios te una tercera
Palabra, arrepiéntete. La última es alégrate, porque hay alegría en el cielo
cuando un pecador se arrepiente. "Os digo, pues, esto y os conjuro en el
Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente,
sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la
ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su cabeza los cuales, habiendo
perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con
desenfreno toda suerte de impurezas." (Ef 4, 17- 19) El hombre se atrofia,
pero Dios no lo abandona. Desde Abraham hasta Jesús y después de su Hijo nos ha
dado la Palabra revelada: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, y después la
Palabra predicada: “Vayan y prediquen todo lo que yo les he enseñado” (Mc 16,
15- 16) “Ustedes son sal de la tierra y luz del mundo (Mt5, 13- 14)
La Palabra de Dios es poderosa,
ilumina nuestra ignorancia y nuestras tinieblas y nos convence que Dios nos ama
incansablemente (cf Jn 3, 16) Nos convence que somos personas valiosas e
importantes y de gran valor (Is 43, 1- 5) Nos convence que somos pecadoras
necesitadas de una ayuda que sólo puede venir de Cristo. La Palabra nos lleva a
un juicio en el que Satanás es echado fuera y luego nos lleva por los camino de
la rectitud que son caminos de luz. (Jn 16, 8; Hch 4, 12)
La fe nos da la fuerza, el Poder de Dios. Fuerza
para rechazar el mal y fuerza para hacer el bien, y con el Bien vencer al mal.
(Rm 12, 9. 21) El Poder de Dios que nos da la fe está en las “Armas
de Luz” (Rm 13, 12) La primera hija de la fe es la
Fortaleza, virtud y don del Espíritu Santo. Fortaleza que nos lleva a obedecer
la Palabra para no ser simples oyentes, sino practicantes y poder hacer la “Voluntad de Dios”(Mt 7, 21) Con el
poder de la fe podemos vencer al mundo, al maligno y a la carne, es decir
podemos vencer al pecado. Poder para levantarnos del suelo y poder caminar en
la Verdad que nos hace libres. (Jn 8,
31- 32) Libres de todo pecado, de todo vicio, de toda maldad, y libres para
hacer el bien y hacer las obras de la fe.
La Fe nos da Misericordia, nos libera para amar y para servir. La Fe
llegada a su madurez nos lleva al Amor (Gal 5, 6) El Amor es el Padre y la
Madre de todas las virtudes. Quien las tenga, abunda en el conocimiento de
Dios. .(2 de Pe 1, 5-8) Está revestido de Luz y del Poder de Dios, está
revestido de Cristo (Rm 13, 14) "Más aún; nos gloriamos hasta en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia,
virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque
el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos ha sido dado."(Rm 5, 3- 5) La invitación de Jesús a todos los
creyentes: "Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad
sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del
Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. «Sed compasivos,
como vuestro Padre es compasivo."(Lc 6, 35- 36)
La Luz es Fuerza, es Poder, es
Amor, es Vida y es Verdad (Jn 14,6). Quien se deja conducir por la Palabra,
camina en la Luz, rechaza el mal y hace el bien. La Palabra viva y eficaz nos
dice: "Pero no es éste el Cristo que vosotros habéis aprendido, si es que
habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de
Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se
corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu
de vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la
justicia y santidad de la verdad."(Ef 4, 20- 24) La vida anterior era de
tinieblas, la vida nueva es de Luz, caminemos pues en la Luz. La Fuerza crece
con los ejercicios de la Fe.
"Por lo demás, fortaleceos en
el Señor y en la fuerza de su poder. Revestíos de las armas de Dios para poder
resistir a las acechanzas del Diablo. Porque nuestra lucha no es contra la
carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra
los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están
en las alturas. Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en
el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes."(Ef 6,
10- 13)
La fe nos da Luz, Poder y
Misericordia. La Palabra nos lleva a la salvación y a la perfección cristiana
que se alcanza por la Misericordia. (2 de Tim 3, 14-17) “Con sus lomos ceñidos
y con sus lámparas encendidas” (Lc 12, 35) Si hay Amor y Misericordia, la Fe
está viva y dando frutos, sin Amor la fe es estéril y está muerta (cf Snt 2, 14) Si apagamos la Luz porque
pecamos vayamos a Cristo, Luz del Mundo para que encienda su Luz en nuestro
corazón.
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