LA FAMILIA, EL TRABAJO Y LA FIESTA

 


La Familia, el Trabajo y la Fiesta.

 

1) El Secreto de Nazareth 

a)  Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron.

“Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron, pero a los que lo recibieron les concedió llegar hacerse hijos de Dios” (Jn 1, 11-12)

 El Dios que se hizo hombre quiso nacer, vivir y crecer dentro de una familia. La Palabra eterna viene del cielo y entra en una familia humana. Los suyos no lo acogen, lo rechazan y lo quitan de en medio. Una pequeña minoría es quien lo acoge, y a estos se les concede llegar a hacerse hijos de Dios. ¿Quiénes son los suyos? El Pueblo de Israel, dueño de las promesas.

 b) ¿Cómo viviría la familia de Nazareth?

El fundamento de esta familia es el mismo Dios. Es una familia construida sobre “Roca”. Sus relaciones estaban cimentadas en el Amor, la Verdad y la Vida. Relaciones marcadas por el reconocimiento personal mutuo, la aceptación personal mutua, el respeto incondicional mutuo y el diálogo de donación y entrega, de apertura y de acogida. Cada una de las tres personas era valiosa, importante y digna.

c) ¿Cuál sería su estilo de vida?

La Familia de Nazaret es el lugar de la escucha, de la apertura y de la acogida; el lugar donde se engendra la vida, el lugar de la adoración, de la entrega y del servicio. El estilo de Vida, no es otro, que el camino del amor. José vive para María y ella vive para José, y juntos viven totalmente entregados al Hijo de Dios, ý él vive entregado y obediente a sus Padres.

 Del estilo de vida que Jesús vivió en la familia de Nazareth, saca los ejemplos para su predicación a lo largo de su vida pública, y lo lleva hasta el momento final de su Vida: Viendo a su Madre a los pies de la cruz y junto a ella al discípulo amado, le dice a la María: “Mujer ahí tienes a tu hijo”; y luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Ella acoge al discípulo, y éste acoge a la Madre y la lleva a casa y su corazón.

 Jesús pide que la familia sea un lugar que acoja y genere la vida en plenitud. ¿Cómo llevar la vida a la plenitud? Cuando somos personas fértiles, fecundas, plenas, llenas de los frutos que se cultivan en el hogar.

 La familia es capaz de acoger si sabe preservar la propia intimidad, la historia de cada uno, las tradiciones familiares, la confianza en la vida y la esperanza en el Señor, la familia es capaz de engendrar cuando hace circular los dones recibidos, cuando custodia el ritmo de la existencia cotidiana de trabajo y fiesta, entre afecto y caridad entre compromiso y gratuidad, este es el Don que se recibe en la familia custodiar la vida, en la pareja y en los hijos.

 Esposos cristianos no son los que viven juntos, esposos cristianos son aquellos que están unidos en Cristo y que viven el uno para el otro y juntos viven para sus hijos y los hijos viven para sus padres, y los hermanos para sus hermanos. Sólo entonces podrán circular los dones recibidos; sólo entonces podrá  haber acogida y apertura; donación y entrega; amor y servicio. En la familia cristiana nadie vive para sí mismo; ahí se vive con los otros; se vive para los demás; y se vive de los demás: “Viven unos para los otros”

 La familia es el lugar de encuentros interpersonales, el otro, la otra, los otros, no son objetos, no son cosas, no los conviertas en tus instrumentos de placer, de trabajo; no se les puede manipular, no se les debe desechar. La instrumentalización de alguno de los miembros de la familia es la peor ofensa contra la dignidad humana.

 La pareja debe construir el clima antes de engendrar a sus hijos. Clima de un hogar cálido, amable, generoso, servicial. El clima o ambiente que sea un lugar de descanso y de impulso, de llegada y de partida, de paz y de sueño, de ternura y de responsabilidad.

 d) El Plan de Dios para la familia. Dios en su proyecto de vida quiere que todos los hombres se salven y que lleguen al conocimiento de la verdad (2 Tim 2, 4).  Él podía habernos salvado por cualquier otro camino; pudo haber mandado legiones de ángeles para salvar a la humanidad, pero no lo quiso así, El quiso salvarnos por medio de Jesucristo, y quiso darnos a Jesucristo por medio de María, la Palabra que vine de lo alto el Hijo del Padre, tomó condición humana, se hizo niño naciendo de una mujer para liberar a los oprimidos por el pecado y traernos el Don del Espíritu Santo.

 

Un texto de Juan y otro de Lucas nos explican lo anterior: Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse Hijos de Dios a los que creen en su nombre (Jn 1, 11-12)

 

El niño crecía y se fortalecía llenos de sabiduría. Y la Gracia de Dios estaba con Él. Sus Padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua, cuando tuvo doce años subieron con Él a la fiesta. “Bajo con ellos y vino a Nazaret, y vivió sujeto a ellos, su madre guardaba toda estas cosas en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en Gracia ante Dios y ante los hombres (Lucas 2,40-41. 51-52).

2. El secreto de Nazareth.

El secreto de Nazaret está hecho de humildad, oración, obediencia, diálogo y trabajo. José el carpintero enseñó a Jesús el arte de trabajar con sus manos, como jornalero, obrero. Jesús es el único que ha elegido a sus padres;  eligió donde nacer y como y donde vivir. Elige nacer pobre y vivir pobre en un lugar pobre. Dos cosas podemos decir con toda certeza: la familia de Nazaret era pobre y muy religiosa. Nazareth es el lugar de la humildad y del ocultamiento

 Jesús en Nazaret, el Verbo del Padre, la segunda persona de Santísima Trinidad, se hace hombre, se hace uno de nosotros, entra en una familia humana, vive el período más largo de su vida en pueblo de gente pobre y sencilla; vive treinta años de absoluto silencio que se convierten en el misterio de la humildad de Nazaret. El Hijo del Altísimo hace experiencia de la fragilidad y de la pobreza de los hombres: Las palabras de los hombres, las relaciones familiares, la experiencia de amistad, de la salud y de la enfermedad, de la alegría y del dolor, se convierten en el lenguaje que Jesús aprende para decir la Palabra de Dios y todo este conocimiento le viene de la familia, de la escuela y del ambiente de Nazaret. Nazaret es el lugar de la humildad y del ocultamiento, del silencio y del trabajo; es el lugar para crecer en sabiduría en el seno de una familia que acoge y engendra. Jesús la Palabra de Dios en persona penetró en nuestra humanidad, y como verdadero hombre, tuvo que aprender las cosas de los hombres, sus maestros  fueron María y José, y de seguro en ciertos momentos Joaquín y Ana, los padre de María.                                     

3. Los vínculos familiares.

 Jesús vive en una familia marcada por la espiritualidad judía, y por la fidelidad de la Ley: sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Es decir, para Jesús el contexto en el cual crece en sabiduría y Gracia, es la familia y la Ley. Crece en la familia y crece en la obediencia a la Palabra. La familia de Jesús estaba marcada por una religión patriarcal, y una religión doméstica con sus fiestas anuales, con el sentido del sábado, con la oración y el trabajo diario, con el estilo de un amor de pareja puro y tierno, permiten comprender que Jesús vivía a fondo su familia. 

e. La escucha del Magisterio

FC 64. El estilo de vida evangélico  de la familia tiene como fundamento y luz y meta el “Mandamiento Regio de Jesús”: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13, 34). Pablo lo retoma para evangelizar a las familias diciendo: “Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia y dio su vida por ella; así deben los maridos amar sus mujeres. Mujeres estén dedicadas a sus maridos como la Iglesia está unida a su espeso que es Cristo”. Ámense mutuamente, con amor de donación, entrega y servicio.

 

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