SER GRANOS DE TRIGO VIVO PARA DAR FRUTOS COMO JESÚS.

 


SER GRANOS DE TRIGO VIVO PARA DAR FRUTOS COMO JESÚS.

Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. (Sb 12, 19)

La Biblia divide a los hombres en dos, a unos les llama justos ya otros impíos: ¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien. ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comunidad de los justos. (Slm 1, 1- 5)

Tanto los justos como los impíos son humanos, y por eso todos tienen dignidad, son valiosos, importantes y dignos. Y todos son pecadores, el pecado nos deshumaniza y despersonaliza, nos lleva a la muerte, nos divide, nos oprime y nos confunde.  (Rom 3, 21; 6, 23)

La Verdad nos libera y nos humaniza y personaliza. (Jn 8, 32) Mientras que la mentira nos engaña y nos confunde y nos lleva al vacío existencial.  Frente al hombre hay dos árboles: “el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida”. (Gn 2, 17) Es decir, el hombre, todo hombre tiene la capacidad de hacer el bien y de hacer el mal. El libro del Deuteronomio no dice: “Frente a tí está la vida y la muerte”. Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yahveh tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y multiplicarás; Yahveh tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses y a darles culto, morirás. (Dt 30, 15- 17)

Mil años después el libro del Eclesiástico nos dice: El fue quien al principio hizo al hombre, y le dejó en manos de su propio albedrío. Si tú quieres, guardarás los mandamientos, para permanecer fiel a su beneplácito. El te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano. Ante los hombres la vida está y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dará.(Eclo 15, 14- 17).

Jesús vino  liberar a la Humanidad que estaba en poder del Príncipe de las tinieblas. “Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.”  (1 de Jn 2, 11) “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. (Lc 4, 18- 19) Habló con parábolas, pero su misma vida es una parábola: “En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto”. (Jn 12, 24) Es el camino de Jesús que murió y resucitó para sacarnos del pozo de la muerte y llevarnos a la Casa del Padre (cf Ez 37, 12; Col 1, 13- 14)

El relato evangélico:

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero."» (Mateo 13, 24-43)

El trigo y la cizaña se en cuentran en el mundo, en la sociedad, en la Iglesia, en la familia y en cada ser humano. Hay malicia, mentira, envidia, hipocresía y maledicencia (1 de pe 2, 1) Hay bondad, hay verdad, y hay justicia (Ef 5, 9) Hay dos reinos el de la luz y el de las tinieblas. En el de las tinieblas está como rey el hombre viejo. En el reino de la luz está el hombre nuevo. El hombre viejo tiene como padre al Ego. El hombre nuevo tiene como padre al Amor. El Ego comanda a todos los vicios, mientras que el amor es el capitán de todas las virtudes. ¿En cuál reino estás? ¿Cuál voluntad estás haciendo? ¿La tuya o la de Dios? El árbol se reconoce por sus frutos (Mt 7, 17).

"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" La Palabra es la Semilla, sembrada por Dios en corazón de los hombres. Para nacer tiene que morir (Jn 12, 24) Pero mientras mis siervos dormían, “vino mi adversario y sembró la cizaña”. "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero."»

Sean pacientes y perseverantes: “Vigilad y Orad para no caer en tentación  (Mt 26, 41) Estén despiertos no se duerman. Vigilad significa: conózcanse, son débiles, frágiles, pecadores y pueden tener cosas buenas para que las practiquen y crezcan. Vigilad significa despojaos, arrepentíos y convertíos. Vigilad significa revestíos y fortaleceos con la energía de Dios (Ef 6, 10) Vigilad significa luchad contra el Ego, el mundo y el Maligno. No se dejen vencer por el mal, más bien con el bien venzan al mal ( Rm 12, 21) Vigilad significa Orad, para que invoquen al “Espíritu Santo” y venga en ayuda de sus debilidades y puedan salir victoriosos en la lucha que es entre el bien y el mal. Frente a nosotros están la carne y el Espíritu, elige al que quieras. La carne es una vida mundana, pagana y diabólica. No apaguemos nuestras lámparas, no caigamos en el sueño de la muerte. Hay que estar despiertos en la fe para que nos alumbre la luz de Cristo (Ef 5, 14)

Mientras que el Espíritu nos lleva a Cristo. Es luz, es poder y es amor. Con su luz nos asiste para que reconozcamos que somos pecadores y  pecamos, descubrimos nuestra cizaña. Con su poder es fuerza para rechazar el mal, lo mundano, lo pagano, el pecado. Y con el amor amamos a Dios y al prójimo. Por eso si queremos ser grano de trigo, dejemos de ser cizaña, esto pide dejarnos conducir por el Espíritu Santo. Eres libre para elegir entre lo bueno y lo malo. Entre hacer el bien o hacer el mal. Esto significa ser humano. Elige, tú decides. Si elegís el camino del amor, sigue estos pasos:

Rompe con el pecado (1 Jn 1, 8) Guarda los Mandamientos y guarda la Palabra (1 de Jn 2, 3) Guárdate del Mundo que te ofrece poder, tener y placer. (1 de Jn 2, 15) Guárdate de los falsos profetas (1 de Jn 2, 18) Y proyéctate hacia la Casa del Padre, siguiendo las huellas de Jesús, no te desvíes ni a Izquierda ni a Derecha, como tampoco vivas en el pasado porque ahora eres trigo, eres hombre nuevo. (cf Lc 9, 62)

Jesús quiere que seamos trigo vivo, semilla de mostaza viva y no muerta, El que está vivo crece y llega a dar frutos buenos porque está en comunión con Cristo, camina con él y lo sigue para aprender de él a ser mansos y humildes de corazón (Mt 11,29)

 

 

 

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