LA IGLESIA DE JESÚS ESTÁ LLAMADA A SER PERSEGUIDA SIEMPRE.

 


LA IGLESIA DE JESÚS ESTÁ LLAMADA A SER PERSEGUIDA SIEMPRE.

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas. Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre''. (Mt 10, 16-23)

 

“Yo los envío como ovejas entre lobos Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como palomas. Las serpientes pueden ser despedazadas, pero, mientras conserven intacta su cabeza, son peligrosas, Así también los cristianos que tenemos a Cristo por Cabeza, protéjanla y defiéndanla, porque al perder la Cabeza perdemos la fe y la comunión con Dios, perdemos la paz y la vida, para dar lugar a la muerte y a las tinieblas (cf Rm 6, 23; Ef 5, 7- 8) Sean dóciles como palomas, es decir, no sean violentos ni agresivos, sino, mansos y humildes de corazón, “como yo lo soy” (Mt 11, 29)

Jesús con toda verdad habla a los suyos de lo que les va a pasar: serán perseguidos, calumniados, encarcelados y los mataran. No los engaña, no los manipula, no los obliga, todo es en la verdad, pero no estarán solos, el Espíritu de la Verdad estará con Ustedes para conducirlos a la Verdad plena: Cristo Crucificado (cf Jn 16, 13) Así se cumplen las palabras de Jesús: “No es más el discípulo que su maestro, como a mí me persiguen, también a Ustedes los perseguirán  (cf Jn 15, 20) La persecución comienza en la vida de Jesús, lo buscaban para matarlo. Después de su resurrección cae el protomártir san Esteban, luego, cae Santiago, y se desatan rabiosas persecuciones contra la Iglesia, desde de fuera y desde dentro.

 

La Iglesia es una, santa, católica, apostólica y perseguida. La fe cómoda es mediocre, superficial y llena de tibieza. Hoy día y siempre la Iglesia de Jesucristo ha sido perseguida por los incómodos, los que no caminan en la verdad, por gobiernos, por dictaduras e ideologías y por grupos pseudo religiosos. Obispos, sacerdote y laicos perseguidos, encarcelados y asesinados por seguir a Cristo. Las persecuciones o las pruebas son la señal que estamos siguiendo a Cristo, tal como lo dice la Escritura: Hijo, si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba. Endereza tu corazón, manténte firme, y no te aceleres en la hora de la adversidad. Adhiérete a él, no te separes, para que seas exaltado en tus postrimerías. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y en los reveses de tu humillación sé paciente. Porque en el fuego se purifica el oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación. (Eclo 2, 1- 5)

 

Santiago desde Jerusalén nos decía: Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión. Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; pero la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que desear. (St 1, 1- 4)

 

Pedro nos alienta al decirnos: Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas, a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo. A quien amáis sin haberle visto; en quien creéis, aunque de momento no le veáis, rebosando de alegría inefable y gloriosa; y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas. (1 de Pe 1, 6- 9)

 

Pablo nos anima con su Testimonio a seguir adelante: Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado. Este, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó sus pies en el cepo. Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios; los presos les escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos. (Hch 16, 23- 26)

 

La promesa de Jesús se cumple: “Yo estaré con Ustedes” Para animarnos a ser fieles hasta el final, hasta el extremo, hasta el dolor, hasta la muerte. “No tires la toalla” “Síganme hasta el final para que sean salvos”. A un servidor de Cristo lo que se le pide es que sea fiel (1 de Cor 4, 1) Por eso Pablo le dice a su discípulo Timoteo:

 

“Tú, pues, hijo mío, manténte fuerte en la gracia de Cristo Jesús; y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros. Soporta las fatigas conmigo, como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se enreda en los negocios de la vida, si quiere complacer al que le ha alistado. Y lo mismo el atleta; no recibe la corona si no ha competido según el reglamento. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos”. (2 de Tim 2, 1- 6) El primero en creer, en vivir y en anunciar con su Palabra y con su testimonio de vida.

 

 

 

 



 

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