LA ESPERANZA MESIÁNICA TIENE COMO COLUMNAS LA PROMESA Y EL CUMPLIMENTO.

 


LA ESPERANZA MESIÁNICA TIENE COMO COLUMNAS LA PROMESA Y EL CUMPLIMENTO.

Iluminación: Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

La promesa: Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas. Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vustro Dios. Os salvaré de todas vuestras impurezas, llamaré al trigo y lo multiplicaré y no os someteré más al hambre. Multiplicaré los frutos de los árboles y los productos de los campos, para que no sufráis más el oprobio del hambre entre las naciones.

El Cumplimiento: Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.

 

El resto fiel, los pobres del Señor, había encarnado en medio de la opresión y explotación de las potencias extranjeras, la Esperanza Mesiánica, un día el día del Mesías, la opresión y la explotación extranjera, llegaría a su fin. El Mesías, enviado por su Padre, viene a conquistar esta porción del Reino de Dios que había caído en las manos del Príncipe de las tinieblas. Con el sí de María hizo que el Cielo bajara a la tierra y el “Verbo se hizo hombre” (Jn 1, 14) Las tinieblas arremetieron contra él, pero, no pudieron vencerlo. (Jn 1, 5) Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.(Lc 2, 52) A los 30 años bajó al río Jordán para ser bautizado por Juan. Fue ungido con el Espíritu  Santo para ser el Mesías, el Cristo de Dios para realizar la Obra de su Padre (Jn 4, 34) La Liberación, la Salvación y la Santificación de los hombres.

Después de su bautismo se va al desierto para preparase para la Misión. Al final de su desierto peleó y luchó contra el Maligno lo venció y lo ató, para luego, irse a invadir los terrenos del Diablo para liberar a los oprimidos por el mal (Hch 10, 38) De esta manera se confirma como el Mesías de Dios. En la sinagoga de Nazaret presenta su programa de trabajo: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. (Lc 4, 18. 20)

Lo primero que hace Jesús es anunciar el Reino de su Padre, dar su Palabra. Palabra poderosa que es Luz y Vida, y así siembra el Reino de los Cielos en el corazón de los hombres y de las culturas. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» (Mt 4, 17) Convertirse es ir a Jesús, es pasarse a él: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mt 11, 28- 30)

Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. (Mc 1, 21- 22) Juntamente con su predicación hizo milagros y exorcismos para indicar que el reino de las tinieblas había llegado a su fin. Expulsó espíritus impuros.  (Mc 1, 25) Sanó enfermos, (Mc 1, 31) limpió leprosos, (Mc 1, 41) perdonó los pecados, (Mc 2, 5) hizo caminar a los cojos, (Mc 2, 11) multiplicó los panes, (Mc 8, 7-8) dio vista a los ciegos, (Mc 9, 7) hizo hablar a los mudos, (Mc 9, 25) oír a los sordos, (Mc 7, 35) resucitó a muertos, (Jn 11, 43)  expulsó espíritus impuros y expulsó a los demonios. (Mt 12, 28) Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.» (Mc 7, 37)

Al final de sus días, su Mensaje y su Vida chocaron contra los poderes de este mundo, y su unieron los poderes religiosos, políticos y económicos, para darle muerte. Muerte que Jesús había profetizado: Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. (Mt 16, 21) En su evangelio Juan nos dice: Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.» (Jn 10, 17- 18) Pablo dice: “Se hizo obediente hasta la muerte de Cruz (Flp 2, 8)

Pedro dice: «Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio; (Hch 2, 22- 24)

Los Príncipes de este mundo no sabían que Jesús moría para el perdón de los pecados de todos los hombres y resucitaba para dar vida eterna a los hombres. Y con su sangre sellaba la Nueva Alianza para darnos un culto Nuevo, un mandamiento Nuevo, y para darnos Espíritu Santo. Somos por la Nueva Alianza una Nueva Creación, lo  viejo ha pasado, lo que ahora hay es nuevo. Purificaos de la levadura vieja, para ser masa nueva; pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y verdad. (1 de Cor 5, 7-8)

Hemos sido justificados por la fe de Jesucristo: hemos sido perdonados, reconciliados, salvados y santificados por la Gracia de Dios. Y ahora somos enviados a llevar la Buena Nueva hasta los confines de la tierra (Hch 1, 8) Somos el nuevo Pueblo de Dios: Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos. (1 de Pe 2, 9.-10)

 

 

 

 

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