TODA CARNE ES COMO LA YERBA QUE CRECE Y SE SECA PARA MORIRSE.



TODA CARNE ES COMO LA YERBA QUE CRECE Y SE SECA PARA MORIRSE.

Hermanos: Conserven entre ustedes el amor fraterno y no se olviden de practicar la hospitalidad, ya que por ella, algunos han hospedado ángeles sin saberlo. Acuérdense de los que están presos, como si ustedes mismos estuvieran también con ellos en la cárcel. Piensen en los que son maltratados, pues también ustedes tienen un cuerpo que puede sufrir. Que todos tengan gran respeto al matrimonio y lleven una vida conyugal irreprochable, porque a los que cometen fornicación y adulterio, Dios los habrá de juzgar.

Que no haya entre ustedes avidez de riquezas, sino que cada quien se contente con lo que tiene. Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te abandonaré; por lo tanto, nosotros podemos decir con plena confianza: El Señor cuida de mí, ¿por qué les he de tener miedo a los hombres? Acuérdense de sus pastores, que les predicaron la palabra de Dios. Consideren cómo terminaron su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. (Heb 13, 1-8)

El Autor de la epístola a los hebreos pareciera que es discípulo de Pablo, de Pedro y de Juan, es de la Familia. Hoy en esta lectura, nos habla del Amor fraterno, la Casa del Espíritu Santo, donde él se mueve a sus anchas. “Ámense como hermanos, como Cristo nos ha amado a todos” Con paciencia, non tolerancia como servidores unos de los otros (cf 1 de Cor 13, 4) Sin envidias, sin rivalidades, sin competencias (Flp 2. 1- 4) Vivan en paz, en armonía en gozo (Gál 5, 22) Sean una comunidad fraterna, solidaria y servicial como hijos de Dios y hermanos entre ustedes (1 de Jn 4, 7- 10).

Rechacen el mal, rompan con el pecado, huyan de la corrupción, del adulterio y de la fornicación (1 de Jn 1, 8; 2 de Pe 1, 4b; 1 de Cor 6, 18) Es decir, guarden los Mandamientos de la Ley de Dios (Jn 14, 23) Que sus matrimonios sean santos y respétense mutuamente el uno al otro por reverencia a Cristo. "Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación; pues tampoco Cristo buscó su propio agrado, antes bien, como dice la Escritura: Los ultrajes de los que te ultrajaron cayeron sobre mí." (Rm 15, 2- 3)

Rechacen el mal y amen apasionadamente el Bien (Rm 12, 9) Practiquen las Obras de misericordia, visiten a los enfermos, a los presos, busquen a los pobres, a los menos favorecidos y practiquen la hospitalidad. Porque una fe sin obras está vacía (Snt 2, 14) “Que los más fuertes carguen a los más débiles (Rm 15, 1). Estén unidos a sus pastores, no se dividan y no los abandonen, más oren por ellos, Y recuerden que Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Su mensaje y su Evangelio es el mismo. No lo cambien.

Ho día en la Iglesia muchos son los sacerdotes que dicen que estamos fuera de contexto, que el Evangelio, ya no dice lo mismo que hace dos mil años y quieren modernizarse. Quieren que el adulterio sea permitido, que cambié la moral católica, rancia y fuera de contexto. Para el eavangelio de Jesús el adulterio sigue siendo pecado, un crimen que mata el amor y la familia, un sacrilegio que profana a la familia que es sagrada, que atenta contra la dignidad humana, por cosifica a las persona convirtiéndolas en instrumento de placer. El que es fiel a los Mandamientos de la Ley de Dios, es fiel a Jesucristo y a su Evangelio.

"Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente, oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y lucháis acordes por la fe del Evangelio, sin dejaros intimidar en nada por los adversarios, lo cual es para ellos señal de perdición, y para vosotros de salvación. Todo esto viene de Dios. Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él" (Flp 1, 27- 29)

 

El Evangelio no es una “ideología” “No es un grupo de dogmas” “No es un puñado de principios” El Evangelio de Vida, es Vigor, es una Persona y se llama Jesús. El Hijo de Dios, el Mesías que murió y resucitó para ser nuestra Salvador, nuestro Maestro y nuestra Señor, el que crea en él y se bautice se salvará (Mc 16, 16) Jesús en su Evangelio no obligó y no manipuló a nadie para que se creyera en él, su lema era: “Si tú crees.” “Vengan y lo verán” (Jn 1, 39) Ellos fueron y estuvieron con él. Lucas dice: "«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará."(Lc 9, 23- 24). “Si tú quiere, a fuerza, ni los zapatos entran” Lo dice el refrán popular.

 

Lo que cambia es el tiempo, los hombres y la naturaleza: "Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?» - «Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo. La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo). La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre."(Is 40, 6- 8) 500 años después Pedro nos dice lo mismo: "Pues toda carne es como hierba y todo su esplendor como flor de hierba; se seca la hierba y cae la flor; pero la Palabra del Señor permanece eternamente. Y esta es la Palabra: la Buena Nueva anunciada a vosotros." (1 de Pe 1, 24- 25) La belleza, la riqueza, la fama, el poder, de hace cincuenta años ya no existe, cambió de manos, se acabó.

Palabra viva, eficaz y actual que nos lleva a la salvación y a la perfección cristiana por el amor (2 de Tim 3, 14- 17) El que escucha está Palabra, la escucha y la obedece está construyendo su Casa sobre Roca (Mt 7, 24) En lo firme, en lo seguro y en lo estable, sobre Cristo, nuestra Roca. Jesús es el Profeta que nos invita a creer en él, a confiar, obedecer y amarlo a él por encima de todo. Él se hizo obre para enriquecernos con su Pobreza (2 de Cor 8, 9) Y nos invita a intercambiar nuestras miserias con su Yugo con su Misericordia para que recibamos el perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo juntamente con Vida eterna (Rm 5, 1; Gál 2,16; Jn 6. 39- 40) Jesús y su pedagogía es el mismo hoy que hace dos mil o cuatro años,  no cambia.

Creamos en Jesús, esperemos en él y amemos lo para que podamos seguirlo y servirlo en los hombres y en las comunidades. El que crea en él no queda defraudado.



 

 


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