LA VERDAD ES QUE VALES POR LO QUE
ERES Y NO POR LO QUE TIENES
Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida;
pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que
era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar,
quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo. La ocasión llegó cuando
Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de
Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la
fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo
entonces a la joven: “Pídeme lo que quieras y yo te lo daré”. Y le juró varias
veces: “Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino”.
Ella fue a preguntarle a su madre: “¿Qué le pido?” Su madre le contestó: “La
cabeza de Juan el Bautista”. Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo:
“Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista”.
El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no
quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza
de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una
charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.
Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo
sepultaron. (Mc 6, 14-29)
Juan el Bautista, el profeta de Dios, habló de
su muerte antes que aconteciera: “Conviene que yo disminuya para que él crezca”
Jn 3, 30) El que debe crecer en Jesús, él se va para que el camino quede libre.
Hay varios personajes que aparecen este evangelio haber en cual nos
identificamos nosotros. El primero es Juan, profeta de la Verdad: “No te está permitido tener por mujer
a la esposa de tu hermano”. Por eso Herodes lo mandó encarcelar. “No seas
adultero”. Es el grito del Bautista.
El segundo es Herodes, Alcohólico,
lujurioso y mentiroso que organizó una gran fiesta en su honor por su
cumpleaños, Invitó a todos los más importantes y poderosos de Galilea. Le había
quitado la esposa a su hermano Filipo y vivía en amasiato con la Mujer de su hermano.
El tercer personaje es Herodías,
mujer ambiciosa de poder. Nada le importaba para ser la reina del Palacio, con
su servidumbre y con sus lujos. Le tenía miedo a Juan, a su Palabra y quería
matarlo.
El cuarto personaje es Salomé, la
hija de Herodías, Joven bella bonita y con un hermoso cuerpo. Joven llena de
encantos. Sabía que su belleza podía atraer a los hombres. Durante la fiesta en
honor de su tío que la miraba con ojos de lujuria, le traía ganas. Ella bailó,
el baile de los siete velos. Mucho le gustó al Herodes y a sus invitados por
sus movimientos sexuales. “Pide me lo que quieras, te juró que te daré hasta la
mitad de mi reino.” Mamá que pido, pídele la cabeza de Juan Bautista, Herodes
manda a un verdugo que le traigan la cabeza del Bautista en un bandeja y se la
entregan como regalo que hace a su Madre.
El quinto personaje son los invitados
de Galilea, hombres ricos y poderosos, la mejor Élite de la comarca. Guardaron
silencio. Sabiendo que el reino no era de Herodes, sino de los romanos, el
llamado rey Herodes eran tan sólo un títere del Imperio Romano. Tuvieron miedo perder
sus trabajos o su amistad con el Herodes. No hubo justicia y guardaron silencia
ante la muerte del Profeta. Y se hicieron cómplices del crimen de Juan.
El sexto personaje son los discípulos
de Juan. Se enfrentan al poder y reclaman
el cuerpo y la cabeza, se lo llevan y lo
entierran, al profeta de la Verdad, Precursor del Mesías. Jesús lloró por su
muerte y el pueblo también.
¿Con cuál de los personajes nos
identificamos? Con los sordos y los mudos que no escucharon y defendieron al
Justo, al Inocente, y por cuidar sus intereses guardaron silencio.
Herodes alcohólico, lujurioso que ya había
puesto sus ojos en su sobrina y se la quería comer. Un hombre ambicioso de
poder, de tener y de placer. Un verdadero mundano.
Herodías llena de avaricia y soberbia,
con instintos de asesina quería matar a Juan para no la perder la riqueza, los
lujos y la servidumbre, Aunque conocía las intenciones de Herodes sobre su
hija, le valía.
La hija, bella, con cuerpo hermoso y
sexual, sabía de su belleza, pero no pensaba, Con su cuerpo atría a los hombres y les coqueteaba. Se belleza
era su arma favorita.
Así como ellas hay mucha gente que
entregan a sus hijas o hermanas por un mejor trabajo, para escalar posiciones
laborales o por dinero. Viven en la mentira: “Cuánto tienes cuánto vales” Se valoran por la belleza de sus cuerpos y se
lanzan a la aventura.
Los hombres y las mujeres de Dios
viven en la Verdad y saben que valen por os que son: Personas dignas y valiosas
en sí mismo, saben defender con la armadura de Dios y vencen al mal con el bien
(Rm 12, 21)
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