SED
SANTOS COMO YO EL SEÑOR SOY SANTO
"Habló
Yahveh a Moisés, diciendo: Habla a toda la comunidad de los israelitas y diles:
Sed santos, porque yo, Yahveh, vuestro Dios, soy santo. Respete cada uno de
vosotros a su madre y a su padre. Guardad mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios.
No os volváis hacia los ídolos, ni os hagáis dioses de fundición. Yo, Yahveh,
vuestro Dios. Cuando sacrifiquéis a Yahveh un sacrificio de comunión,
sacrificadlo de modo que le seáis gratos. " (Lv 19, 1- 5) Sin Fe
nada ni nadie es grato y agradable a Dios (Heb 11, 6)
"Pues
yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, 4para que
seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman,
¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si
no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen
eso mismo también los gentiles? Vosotros,
pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial." (Mt
5, 44- 48)
"«Pero
yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los
que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al
que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el
manto, no le niegues la túnica..«Sed compasivos, como vuestro Padre es
compasivo." (Lc 6, 27- 29. 36)
Sed
santos, perfectos y misericordiosos como Yo soy Santo, Perfecto y
Misericordioso. Nosotros no podemos subir al Cielo para realizar lo que el
Señor nos exige, no exige mucho, lo exige todo, por él se nos da todo. Así nos
dice la escritura: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo
único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna."
(Jn 3, 16) "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a
Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por
nuestros pecados." (1 de Jn 4, 10)
Jesús
es la Luz y la Vida que el Padre nos envío para sacarnos del pozo de la muerte
para llevarnos al Reino de su amor (Col 1, 13-14) Jesús con su muerte y
resurrección abrió el camino para que viniera el otro Paráclito, el Espíritu Santo
para que nos guiara a la Verdad plena: Cristo crucificado que ofreció su vida
como hostia viva santa y agradable a Dios por nuestra salvación. Jesús es
nuestro Redentor y el Espíritu Santo es nuestro Santificador. Ellos son las
manos de Dios. Al darnos su Palabra y al Espíritu Santo, el Padre se nos da
para que Dios habite por nosotros y haga de nosotros la Comunidad de Dios, su
Casa en la que él se mueve a sus anchas. Jesús vino a traernos a Dios, nos lo
revela como Padre, como Amor, como perdón y como libertad, el Santo, en el que
no hay tiniebla alguna.
Jesús
nos da su Palabra que si la escuchamos nace en notros la fe, que es la respuesta
a su Palabra, quien la escuche y la obedezca, entra en la Plenitud de Dios. La
Palabra nos da Luz para que nos demos cuenta de dónde venimos, para que estamos
aquí y para donde vamos, nos descubre el sentido de la vida que es amor. La
Palabra nos convence de que somos pecadores, necesitados de la Gracia de Dios.
Nos lleva a un juicio en el que Satanás es echado fuera y nos conduce por los
caminos de la rectitud (Jn 16, 8, ss) El juicio es la muerte y la resurrección
de Jesucristo, el que crea en él queda justificado, recibe el perdón de sus
pecados y el don del Espíritu Santo (Rm 5, 1-5) Para que seamos hijos de Dios,
coherederos con Cristo de la herencia de Dios (Rm 8, 17)
La
Palabra es Luz que nos enseña a distinguir entre lo bueno y la malo y nos muestra
el camino que lleva a la Casa del Padre. La Palabra es fuerza que nos fortalece
con el Poder de la fe para que rechacemos el Mal y para que hagamos el bien.
Con esa Fuerza poder decir con San Pablo: “Todo lo puedo en Cristo Jesús que me
fortalece” (Flp 4, 13) Podemos vencer todos los vicios, los demonios y aplastar
la cabeza de Satanás (cf Rm 16, 20) Podemos guardar los Mandamientos, guardar
la Palabra, practicar las virtudes y vivir la bienaventuranzas.
La
Fe nos deja Luz, Poder y Amor. La Unidad de las tres nos lleva al conocimiento
de Dios y a la perfección cristiana por la caridad (2 de Tim 3,17) Fe y
conversión (Mc 1, 15) Nos llevan a llenarnos de Cristo, revestidos de
Jesucristo ( Rm 13, 14) Así lo entendió san Pablo al decirnos: "Ellos
mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os
convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo
y verdadero, y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a
quien resucitó de entre los muertos y que nos salva de la Cólera venidera."
(1 de Ts 1, 9- 10).
El
camino a seguir es el del Grano de trigo: "En verdad, en verdad os digo:
si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da
mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este
mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y
donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le
honrará."(Jn 12, 24- 26) Es la invitación al amor y a seguir a
Cristo Jesús para ser su discípulo y ser hijos predilectos de Dios: "Decía
a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día, y sígame." (Lc 9, 23). La Cruz es el don de la fe a
los creyentes en Cristo. La Cruz me identifica como discípulo de Jesús y como
hijo de Dios. Morir al pecado para vivir para Dios (cf Rm 6, 11) “Estoy
crucificado con Cristo” (Gál 2, 19; 5, 24)
El
camino de grano de trigo es hacer muchos en Cristo, el Amor une y nos hace ser
Comunidad de Cristo, a él le pertenecemos: todos somos de Cristo y Cristo es de
Dios y todo lo de Dios es nuestro si nosotros somos y le pertenecemos a Cristo
por el Amor. Con el mismo amor que el Padre y el Hijo se aman, nos ama a
nosotros para que amemos a Dios y amemos a los hermanos, y todos seamos uno en
Cristo unidos por el amor (Jn 17) Fe y
conversión es Gracia de Dios, él se nos da para que alcancemos la Meta.
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