LLAMADOS A SER SAL DE LA TIERRA Y
LUZ DEL MUNDO.
"Jesús les habló otra vez
diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida.»"(Jn 8, 12)
La Luz es Amor, es Verdad, es Vida
(Jn 14, 6) El que tiene a Cristo tiene fe, esperanza y caridad, vive en Gracia
de Dios, es paciente, es tolerante y es servicial (1 de Cor 13, 4) Ama y es
capaz de cargar con las debilidades de los demás (Rm 15, 1) El que ama camina
en el amor, camina en la verdad y hace la Voluntad de Dios. El que camina en la
luz es justo, vive en comunión con Cristo y da mucho fruto (Jn 15, 4) Sigamos
las lecturas del día y démonos cuenta de esta hermosa verdad:
Esto dice el Señor: "Comparte
tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo y
no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora y
cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del
Señor cerrará tu marcha. Entonces clamarás al Señor y él te responderá; lo
llamarás y él te dirá: 'Aquí estoy'. Cuando renuncies a oprimir a los demás y
destierres de ti el gesto amenazador, y la palabra ofensiva; cuando compartas
tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz
en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía''. (Is 58, 7-10)
Entonces surgirá tu luz como la
aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la
gloria del Señor cerrará tu marcha. Cuando aborrezcas el mal y ames el bien, tu
obscuridad será como el mediodía. ¿Qué hace para ser una vela encendida? Creer
en Jesús y convertirse a él (Mc 1, 15) Ir a Jesús con un corazón contrito y
arrepentido para que perdone nuestros pecados y encienda nuestro corazón con la
Luz de su Palabra. Después de romper con el pecado hemos de guardare sus
Mandamientos (1 de Jn 1, 8; 1 de Jn 2, 3) Luego abrirse al amor y realizar las
Obras de Misericordia y practicar la justicia (1 Jn 2, 29; 4, 7- 10) No basta
con decir yo no peco, de nada sirve sino amamos y servimos a los demás. Para
terminar luchando contra nuestro egoísmo, porque la vida cristiana es don y es
lucha, y el que no lucha está vencido. Lo anterior es vivir la espiritualidad de
la Luz, caminando en la verdad.
Segunda lectura: “Hermanos: Cuando
llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo
mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana, sino que resolví no
hablarles sino de Jesucristo, más aún, de Jesucristo crucificado. Me presenté
ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio,
no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí
por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes
dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.” (1 Co 2, 1-5)
Con mi predicación que ustedes
creyeron encendí en sus corazones las velas de la bondad, de la verdad y de la
justicia, las hijas de la Luz (Ef 5, 9) Nació en sus corazones la fe, la vida
espiritual y ustedes se dejaron conducir por el espíritu de la Verdad que los
hizo libres para amar y para servir.
El relato evangélico: En aquel
tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra. Si
la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para
nada y se tira a la calle para que la pise la gente. Ustedes son la luz del
mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y
cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone
sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa. Que de igual
manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas
obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos''. (Mt
5, 13-16)
El discípulo de Cristo es el que es
“sal y luz de la tierra.” Sal porque le han encontrado el sentido a la vida que
es el amor. No pierdas la sal para que caigas en la frustración, en el engaño y
en la parálisis, en el vacío de la vida. En una vida frustrada, amargada,
resentida, aislada que lleva a la pérdida del sentido de la vida. Conserva la
sal, sé amable, alegre y servicial, positivo y optimista. Si eres luz, sabes
distinguir entre lo bueno y lo malo, a lo malo le llamas malo y a lo buen, bueno. Podrás rechazar el mal y
hacer el bien (Rm 12, 9) Podrás reconocer las manifestaciones del amor de Dios
en tú vida y en la de los demás.
Cuando Jesús enciende su Luz en
nuestros corazones, nos hace dones de Dios para los demás. No presumas, eres regalo
de Jesús para la Familia, la Comunidad y para la Humanidad. No Apagues tus
velas, lucha contra tu pecado y contra el pecado de los de otros, que nade te
engañe y que nadie te manipule. No sea como niño sacudido y engañado por la
malicia, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia de los demás
((1 de Pe 2,1) Escuchas las palabras de Jesús: "«Estén ceñidos vuestros
lomos y las lámparas encendidas,"(Lc 12, 35) Lucha, trabaja y protege. Que
el Ego no reine en tu corazón, que reine el amor, madre de todas las virtudes,
que son lámparas de luz, armadura de Dios (Rm 13, 12) Cuando apagamos nuestras
lámparas quedamos en tinieblas, que nadie te lleve para lo obscurito, te llevan
a pecar.
Recuerda el proceso de la
espiritualidad de la Luz: “Rompan con el pecado” “Huyan de la corrupción (1 de
Jn 1, 8; 2 de Pe 1, 4) “Guarden los Mandamientos de la ley de Dios” (1 de Jn 2,
3; Jn 14, 21) “Hagan el bien, amen sin medida, practiquen las Obras de
misericordia” (Mt 25, 35- 40) “Luchen contra el pecado y sus aliados, no se
dejen vencer por el mal, al contrario con el bien venzan al mal” (Rm 12, 21) “Escuchen
y obedezcan la Palabra de Dios para que conformen su vida con la de Cristo viviendo
con la lámparas encendidas: las Bienaventuranzas” (Jn 14, 23; Mt 5, 3- 11) y
por último, “Orando siempre, en cualquier lugar y por cualquier circunstancia”. “Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt
26, 41) Para no caminar en tinieblas.
El Señor es mi Luz y mi Salvación.
El Justo brillará como antorcha en medio de un cañaveral, por que vive en Cristo
, de Cristo y para Cristo. "Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de
gritar?» - «Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo. La
flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues,
cierto, hierba es el pueblo). La hierba se seca, la flor se marchita, mas la
palabra de nuestro Dios permanece por siempre."(Is 40, 6- 8) Seamos Luz en
Cristo y no yerba que nace, crece y se seca. El que vive en la Palabra
permanece para siempre, yse hace Luz.
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