HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE NOS HA DICHO EL SEÑOR.

 


 HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE NOS HA DICHO EL SEÑOR.

Iluminación. Bendito quien confía en el Señor, y pone en el Señor su confianza: será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto.(Jr 17, 7-8) El Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti.

Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra". Y creó Dios al hombre a su imagen a imagen suya lo creó hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra".

“Hombre y mujer los creó” Con una misma dignidad, con un mismo valor y con una misma Misión: “Creced y multiplicaos y dominen a todos los animales, menos al hombre. “Llenen la tierra y sométanla.” El hombre es valioso por lo que es, y no por lo que tiene, hace  o sabe. No fue creado para estar por encima de los demás, sino para caminar juntos, trabajar juntos y realizarse en donación, entrega y servicio mutuo. Vivir unos para los otros. Creced, no sólo en número, sino en calidad, hacerse más personas y mejores personas.

¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? El hombre según la Biblia fue creado por Dios, es un Alguien, no es un algo, es una Persona, no es una cosa, es un Yo valioso, no es un instrumento. Es una persona que tiene inteligencia, voluntad y corazón: “Trabájalo y protégelo” (Gn 2,15).

Es un ser en relación, nace de otros, crece con otros y se realiza con otros: " «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»" (Gn 2, 18) El hombre es la ayuda adecuada para la mujer y ella es la ayuda adecuada para el hombre. Los dos son la ayuda adecuada para sus hijos y ellos son la ayuda adecuada para sus padres. El hermano es ayuda adecuada para sus hermanos y estos son la ayuda adecuada para sus hermanos. Cada uno es un don para los otros. Creados para vivir juntos, trabajar juntos y caminar juntos. El hombre es por naturaleza un ser sinodal. Busquemos la unidad y no la división.

El hombre es un ser en proyección: “No está hecho, sino, haciéndose. Su vida está orientada hacia lo que todavía no es, pero, que está llamado a ser: una Plenitud de persona. Todo hombre está llamado a ser un ser pensante, un orante, que puede trabajar y divertirse, puede también ser un ser sufriente, y puede llegar a ser feliz. La felicidad no se busca, se encuentra, su puerta se abre hacia fuera, hay que salir de sí mismo para ir al encuentro de los demás e intercambiar los dones que se posean, para iluminarse, para amarse y servirse mutuamente, unos a los otros, hasta pueden cargar los más fuertes las debilidades de los menos favorecidos (Rm 15, 1)

El hombre, todo hombre, es un buscador. ¿Qué busca? Es un buscador de perlas preciosas. Busca razones para sentirse bien, para quedar bien. Lo que realmente  busca es ser feliz, por eso trabaja, juega, toma, baila, se pasea, descansa, quiere tener buena ropa y buen dinero, No saben el fondo de corazón, que lo que realmente busca es a Dios. (Blas Pascal) No lo busquemos en las tumbas vacías, porque no lo vamos a encontrar. Hemos de buscarlo en la Justicia, en la Verdad, en la Misericordia, en el Amor sin fingimiento (Rm 12, 9) En los Valores, evitemos caer en la “Inversión de Valores.”

¿Cómo se puede caer en la “Inversión de Valores.” Reduciendo al otro, al ser humano, en una cosa, en un instrumento de trabajo o de placer, en un medio a mi servicio o al servicio de mis intereses. El otro no vale por lo que tiene, vale por lo que es, un Alguien, una Persona valiosa e importante y muy digna (Is 43, 1- 5) Lo mismo podemos reducir a Dios a un ídolo, a algo, a cosa, y buscarlo por lo que nos da y no por lo que Él es: Dios y Padre, Amor, Perdón y Libertad. Cuidémonos de la Inversión de Valores, no es más importante tu carro o tu dinero que tu familia. La pareja vale más que el sexo. La persona vale más que los lujos.

"¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?" (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas). Jesús les contestó: "¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres.” Esto es “Inversión de Valores”

¡Cómo el Culto sin Amor está vacío! ¡Cómo una fe sin obras es estéril!  ¡Rezos sin hacer la voluntad de Dios no agradan al Señor! (Mt 7, 21) Las tradiciones humanas pueden ser buenas o malas, pero nunca deben de ponerse por encima de los Mandatos divinos: Después añadió: "De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: 'Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre'. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta". (Mc 7, 1-13)

El Amor o la Caridad a los padres, a los pobres está por encima de la Ley y del Culto. La Caridad está por encima de las ayudas a la Iglesia, primero son los padres, este es el Mandamiento de Dios: “Honra a tu padre y a tu madre,” honrar significa, respételos, obedézcanlos y ayúdenlos, si pasan necesidades.  No te sientas orgulloso viendo a tu padre pasar vergüenza. Pues esto no es ninguna honra para ti. El honor de un hijo está en el honor de su padre;” (Eclo 3, 10- 11) "Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad."(1 de Jn 3, 17- 18)

Amemos como Cristo nos amó, con todo, hasta el extremo (Jn 13, 1) Hasta darse por todos, hasta la muerte (Gál 2,19)

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