EL CULTO QUE NO ES AGRADABLE A DIOS
POR QUE LAS OBRAS SON MALAS
En aquel tiempo, Adán se unió con
Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín, pues decía: "Con el favor
de Dios he engendrado un hijo". Después de algún tiempo dio a luz al
hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador. Sucedió en
una ocasión, que Caín presentó como ofrenda al Señor los productos de la
tierra. También Abel le hizo una ofrenda: sacrificó las primeras crías de sus
ovejas y quemó su grasa. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, pero no le
agradaron las de Caín; por lo cual, Caín se enfureció y andaba resentido. El
Señor le dijo entonces a Caín: "¿Por qué te enfureces tanto y andas
resentido? Si hicieras el bien, te sentirías feliz; pero si haces el mal, el
pecado estará a tu puerta, acechándote como fiera; pero tú debes
dominarlo".
El pecado de Adán y Eva, crece y
arremete con furia sobre la descendencia:
Dos hijos Caín y Abel, figura de dos pueblos, lo que viven en la ciudad y los
que viven en el campo, uno son agricultores y los otros son pastores. Los que viven
en la ciudad son los que cometen fraudes, cometen crímenes, hacen toda clase de
maldad. En cambio los pastores son los buenos, son los más pobres los más
humildes. Son despreciados y rechazados por los de la ciudad.
Aparecen por primera vez los
sacrificios en la Biblia, antes del pecado no había sacrificios. Los
sacrificios son la manifestación del culto a Dios, sin sacrificios no hay
culto. Antes del pecado todo era alabanza a Dios, toda estaba en armonía con
Dios, con la naturaleza y entre ellos. Con el sacrificio se busca agradar a
Dios, pedirle y darle gracias por sus bendiciones. Caín ofrece como sacrificio
los frutos de su cosecha, mientras, Abel ofrece, las primeras crías de su
rebaño, lo mejor. El sacrificio de Caín no era grato a Dios porque sus obras
eran malas, mientras que el sacrificio
de Abel era grato y agradable a Dios por que ofrecía con corazón limpio y
conciencia recta. La envidia de Caín se convierte en odio contra su hermano, y
el odio se convierte en homicidio.
Un día Caín le dijo a su hermano
Abel: "Vamos al campo". Y cuando estaban en el campo, Caín se lanzó
contra su hermano y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín: "¿Dónde
está Abel, tu hermano?" Caín le respondió: "No lo sé. ¿Acaso soy yo
el guardián de mi hermano?" El Señor le dijo: "¿Qué es lo que has
hecho? ¿No oyes cómo la sangre de tu hermano está clamando a mí desde la
tierra? Por eso serás maldito y tendrás que vivir lejos de la tierra que
recibió de ti la sangre de tu hermano; y aunque cultives la tierra, ella no
volverá a darte frutos abundantes.
Dios busca a Caín que asesinó a su
hermano y le pregunta: "¿Dónde está Abel, tu hermano?" Caín le
respondió: "No lo sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?" El
pecado paga con la muerte y nos aleja de la bendición de Dios para caer en maldición
y entrar en camino de descomposición humana, en deshumanización y
despersonalización, hasta convertirnos en hilachos humanos. “Lo que se siembra
se cosecha” (2 de Cor 9, 6) ) El corazón del hombre en pecado de muerte se convierte
en fuente de maldad, sus frutos son malos: “El árbol malo da frutos malos” (Mt
7, 17,s) “La sangre de los inocentes claman hasta el cielo” "Por la
opresión del débil y el gemido del pobre ahora me levanto yo, dice el Señor, yo
daré mi auxilio al que lo ansía" (Slm 12, 6)
Tú andarás por el mundo errante y
fugitivo". Caín le contestó al Señor: "Mi castigo es demasiado grande
para soportarlo. Puesto que tú me arrojas de esta tierra fértil, tendré que ocultarme
de ti y andar errante y fugitivo por el mundo, y cualquiera que me encuentre,
me matará". El Señor le dijo: "De ninguna manera. El que te mate a ti
será castigado siete veces". Y el Señor le puso una señal a Caín para que,
si alguien lo encontraba, no lo matara. Adán se unió otra vez a su mujer, y
ella dio a luz un hijo, a quien llamó Set, pues decía: "El Señor me ha
dado otro hijo en lugar de Abel, asesinado por Caín". (Gn 4, 1-15. 25)
Caín sale de los terrenos de la paz
y de la dulzura espiritual, de la tierra que mana leche y miel, para caminar
errante y fugitivo con una conciencia cargada de culpa y de miedo a quien alguien
lo mate. Dios hace alianza con él y le pone una señal para que nadie lo mate. “Violencia
engendra violencia.”
La enseñanza para nosotros la
encontramos a lo largo de las páginas de la biblia. El culto sin amor, es como
la fe sin obras, estéril (Snt 2, 14) "«No todo el que me diga:
"Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad
de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os
conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"(Mt 7, 21- 23) "Y al
extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros. Aunque
menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos están de sangre llenas: lavaos,
limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer
el mal, aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al
oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda."(Is 1, 15- 17)
Jesucristo, el Inocente, que por
envidia y odio lo crucificaron por medio de gente malvada (Hch 2, 22) Resucitó
para poner el fundamento del Culto Nuevo: Su muerte y su resurrección. Ahora
podemos acercarnos a Dios con un corazón contrito para recibir el perdón de
nuestros pecados y ofrecerle nuestros sacrificios de comunión, de alabanza y de
reparación (Eclo 35, 1- 5) Ya no ofrecemos la sangre de toros y de machos
cabríos, sino, y solamente la sangre del Cordero inmolado, Cristo Jesús (1 de
cor 5, 7) y podemos ofrecer un sacrificio por amor y con amor a Dios y a los
hombres: "Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que
ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal
será vuestro culto espiritual”(Rm 12,1) No es lo mismo ofrecer culto a Dios en
pecado mortal que en Gracia de Dios, sin fe no le agradamos a Dios (Heb 11, 6)
Recordemos las palabras de Jesús: "Pues
yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el
tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el
Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de
fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de
que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del
altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas
tu ofrenda."(Mt 5, 22- 24)
Las
palabras del Señor son actuales: "No como Caín, que, siendo del Maligno,
mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras
que las de su hermano eran justas. No os extrañéis, hermanos, si el mundo os
aborrece. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque
amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece
a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna
permanente en él."(1 de Jn 3, 12- 15)
“Todo el que ama
es de Dios, ha nacido de él le pertenece,
lo ama y lo sirve y es agradable a Dios.”
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