EL
AYUNO QUE A MÍ ME AGRADA ES QUE DEJÉIS DE PECAR.
"Clama
a voz en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denuncia a mi
pueblo su rebeldía y a la casa de Jacob sus pecados. A mí me buscan día a día y
les agrada conocer mis caminos, como si fueran gente que la virtud practica y el
rito de su Dios no hubiesen abandonado. Me preguntan por las leyes justas, la
vecindad de su Dios les agrada. - ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué
nos humillamos, si tú no lo sabes? - Es que el día en que ayunabais, buscabais
vuestro negocio y explotabais a todos vuestros trabajadores. Es que ayunáis
para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados. No ayunéis como hoy,
para hacer oír en las alturas vuestra voz. ¿Acaso es éste el ayuno que yo
quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había que doblegar como junco la
cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a
Yahveh?
El
trabajo del profeta es denunciar las injusticias y pecados del pueblo. Y darnos
luz para hacer la voluntad de Dios. Para mostrarnos los caminos de
liberación para entrar en el Descanso de
Dios que es Cristo Jesús (Mt 11, 29- 30) El Pueblo de Dios llega el día de
ayuno (dos días por semana) Se visten de sayal, se cubre de ceniza, ayunan a
pan y agua, pero, al final del día buscan su negocio para explotar a los pobres
y a los trabajadores, hay pleitos que generan violencia, golpes, con odio,
rencor y venganza, el culto y los ayunos no son gratos a Dios. Porque sus manos
están manchadas de sangre y vacío del auténtico amor (Is 1, 16)
Cuál
es ayuno a que a Dios le agrada: Qué se abandone los caminos del mal. Que dejen
de comer del árbol de la ciencia de bien y del mal. Qué dejen de pecar:
Despojaos del traje de tinieblas (Rm 13, 12) Abandones la mentira, el odio, la
pereza, la lujuria, el vocabulario sucio e inmoral (Ef 4, 25- 30) Con palabras
de Jesús: “Si tu ojo te hace pecar… sácatelo y arrójalo lejos de ti… Si tú mano
te hace pecar, córtatela y échala fuera…
Si tu pie te hace pecar córtatelo… si tu lengua te hace pecar… córtatela…
(Mt 5, 29- 30. 37) Es decir: niégate a ti mismo, renuncia al mal y has el bien.
¿No
será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad,
deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar
todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar
recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no
te apartes?
Entonces
brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá
tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá. Entonces clamarás, y Yahveh te
responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo,
no apuntas con el dedo y no hablas maldad, repartes al hambriento tu pan, y al
alma afligida dejas saciada, resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro
de ti será como mediodía."(Isaías 58, 1- 10)
El
que rechace la maldad puede comer del árbol de la Vida que está en el paraíso
de Dios (Apoc 2,7) Es el llamado hacer penitencia, a arrepentirse para volverse
al Señor con un corazón contrito y arrepentido para recibir el perdón y la
Gracia de Dios para entrar en su Descanso, y ahora comer de árbol de la Cruz
que es Cristo Jesús. Dos clases de alimento, la comida chatarra que s lo del
hombre viejo, es el alimento de la carne: alimento mundano, pagano y pecaminoso.(Gál
5, 16) Pablo nos invita a ayunar de ese alimento: "Como en pleno día,
procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y
desenfrenos; nada de rivalidades y envidias."(Rm 13, 13)
El
otro alimento es el que Cristo nos ofrece gratuitamente: Su Palabra, la
Oración, la Eucaristía, las Obras de la Misericordia, sus múltiples
bendiciones. Alimento que para tener hambre para comerlo hay que abandonar el
otro alimento, el de la carne. Para tener hambre de hacer la “Voluntad de Dios,
el alimento predilecto de Jesús (cf Jn 3, 34) “Pues su divino poder nos ha
concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento
perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes
de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por
la concupiscencia. Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a
vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento," (2 de Pe 1, 3- 5)
Son
los dos principios de la Moral católica: “Huyan de la corrupción y amen
apasionadamente el bien.” (cf Rm 12, 9) Por eso, lo podemos aceptar con dolor y
tristeza que podemos existir católicos bautizados y con todos los Sacramentos
que rezamos mucho y con muchas devociones, pero sin el conocimiento de la
Palabra de Cristo, y san Jerónimo dijo en el siglo IV que el que no conoce a la Palabra, no conoce a Cristo.
Por eso Jesús respondió a los que le decían: hemos predicado en tu nombre,
hicimos milagros y expulsamos demonios. "Y entonces les declararé:
"¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" «Así pues,
todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el
hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella
no cayó, porque estaba cimentada sobre roca." (Mt 7, 23- 25) San
Juan nos dice:
"No
améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia
de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no
viene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus concupiscencias pasan; pero
quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre."(1 de n 2,
15- 17) Amemos al Señor para que nuestra fe con nuestras oraciones y acciones
sean gratas agradable a Dios (Hb 11, 6) Jesús habló de otro Ayuno: En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le
preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los
fariseos sí ayunamos?" Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto
los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que
les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán". (Mt 9, 14-15)
¿Porqué tus discípulos no ayunan? "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está
con ellos? Cuando les quiten al esposo entonces si ayunaran. El sentido del
ayuno es estar con Jesús para ser una Creación Nueva ( 2 de Cor 5, 15) Jesús
nos quiere enseñar del ayuno de Dios. No se deja ver, ni sentir y nos deja
experimentarlo, parece lejano, estando cercano, porque así lo prometió Jesús: “Estaré
contigo hasta el final” (Mt 28. 20) La fe no consiste el ver, sentir o
experimentar, sino en saber que Dios está con nosotros y nos ama, aunque no lo
veamos y experimentemos cierta clase de abandono. Digamos con el profeta:
"(Pues
la higuera no volverá a echar brotes, ni habrá que recoger en las viñas.
Fallará la cosecha del olivo, los campos no darán alimento, faltará el ganado
menor en el aprisco, no habrá ganado mayor en los establos.) ¡Mas yo en Yahveh
exultaré, jubilaré en el Dios de mi salvación!"(Hab 3, 17- 18)
En medio de las noches frías y obscuras
diré con Jesús: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué
me has abandonado?». (Mt 27, 46) Para luego abandonarse en las manos de
su amado Padre, abrazar su voluntad hasta el fondo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y,
dicho esto, expiró. (Lc 23, 45- 46)
Que
en nuestros días de Cuaresma seamos conducidos por el Espíritu de Jesús al
desierto, el lugar donde habitan los demonios, para que nos sacudan y nos
tienten para con el Poder de la Fe echarlos fuera de nuestro interior, atarlos
y vencerlos para poder ir al encuentro de los pobres, de los marginados, de las
viudas y de los huérfanos para lavarles los pies y darles el amor que brota de
la Cruz de Cristo, el Árbol de la Vida que está en el Paraíso de Dios. La
Palabra de Cristo nos lleva al Paraíso, al Descanso de Dios: Cristo Jesús. (cf
Mt11, 28- 30)
Qué
la Palabra de Cristo habite en sus corazones con toda su riqueza (Col 3, 16)
Para que nos lleve a la salvación (2 de Tim 3,14)
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