VAMOS A LA OTRA ORILLA
Iluminación: Tanto amó Dios al
mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga
vida eterna. (Jn 3, 16)
Un día, al atardecer, Jesús dijo a
sus discípulos: "Vamos a la otra orilla del lago". Entonces los
discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que
estaba. Iban además otras barcas. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro,
¿no te importa que nos hundamos?" Él se despertó, reprendió al viento y
dijo al mar: "¡Cállate, enmudece!" Entonces el viento cesó y
sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: "¿Por qué tenían tanto miedo?
¿Aún no tienen fe?" Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros:
"¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?" (Mc 4,
35-41)
Al final de un día de extenso
trabajo, Jesus, invita a sus discípulos a crecer en la fe y a comprometerse con
su Obra. “Vamos a la otra orilla del lago.” Dejen la orilla, la superficialidad y la mediocridad. Dejen
sus miedos y sus ataduras para que puedan ser auténticos discípulos míos,
libres y responsables, capaces de amar y de servir. Vamos al desierto donde se
encuentran los demonios para que los conozcan y se liberen de sus garras. “Remen mar adentro” (Lc 5, 4) No se
queden en la comodidad de la orilla, vayamos a lo desconocido, a tierra de
paganos que hay al otro lado del lago. (Mc 5, 1ss) Despidan la gente, y vamos
al desierto, mar adentro. Lo primero que los discípulos tienen que aprender es
a tener la disponibilidad para escuchar la Palabra y ponerla en práctica, aún a
pesar del cansancio del día, vamos a ponernos en camino. Se trata de la aventura
de la fe que exige seguir a Cristo.
En este evangelio se actualiza la
Palabra del Antiguo Testamento: "Hijo, si te llegas a servir al Señor,
prepara tu alma para la prueba. Endereza tu corazón, manténte firme, y no te
aceleres en la hora de la adversidad. Adhiérete a él, no te separes, para que
seas exaltado en tus postrimerías. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y en
los reveses de tu humillación sé paciente. Porque en el fuego se purifica el
oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación."(Eclo 2, 1- 5)
Se ponen en camino. “De pronto se
desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban
llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín.” La barca es la Iglesia de Jesús, hay pruebas, luchas,
tempestades, terremotos, ciclones. Ataca el desaliento, el aburrimiento, las divisiones,
y más, pero hay una promesa: “Yo estaré con ustedes
para defenderlos y salvarlos (Jer 15, 20; Mt 28, 20) Jesús duerme, pareciera
que quiera dar una enseñanza, como él lo había dicho: “Vigilen
y oren para no caer en tentación” (Mt 26, 41) La fe
dormida es una fe muerta o punto de morir, es una fe cansada por la “carga” del pecado, necesitamos ayuda
que solo puede venir de Cristo, el Dueño de la Barca, de la Iglesia. Que guiada
y conducida por la sola sabiduría de los hombres está en peligro de naufragar, “Sin mí nada podéis hacer” (Jn 15, 4)
Lo menos que puede hacer sin Jesús es dividirse y dispersarse.
Lo despertaron y le dijeron:
"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" Él se despertó, reprendió
al viento y dijo al mar: "¡Cállate, enmudece!" Despertar la fe para
levantarse, salir fuera y ponerse en camino de éxodo conducidos por la Luz de
Cristo (Ef 5, 15) Para ir más allá del desierto donde será el encuentro
liberador, gozoso y reconciliador. Después de la prueba viene la paz y el gozo
de haber vencido. De salir victoriosos en Cristo Jesús. Que hermoso es escuchar
la Voz de Dios en medio de las luchas y de las pruebas: “Mi
Gracia te te basta, mi amor s todo lo que tu necesitas, porque mi poder se
manifiesta en la debilidad. Gloria a Dios que soy débil, porque al ser débil se
manifiesta en mí el poder redentor de Cristo (cf 2 de Cor 12, 9ss)
"¿Por qué tenían tanto miedo?
¿Aún no tienen fe?" Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros:
"¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?" Jesús
con una sonrisa en sus labios, sin regaños y sin juicios negativos les dice:
¿Aún no tienen fe? Miedo a fracasar, a hundirse, miedo a perderse, miedo al
futuro, miedo a morirse, miedo a perder la familia…. El
amor que viene de la fe, vence al miedo. La fe es un poder, es el vigor y la
energía que viene de lo Alto (Ef 6, 10) La fe es un Alguien, es una persona
llamada Jesús de Nazaret, El que tiene fe, tiene vida, tiene a Jesús, él es el
Don de Dios a los hombres (cf Jn 3,16)
La fe nos trae el perdón de los pecados y la Gracia de Dios, donde reina el pecado
no hay fe.
"¿Quién es éste, a quien hasta
el viento y el mar obedecen?" Es Jesús el Hijo de Dios, el Salvador, el
Maestro y el Señor de todos. "Vosotros sabéis lo sucedido en toda Judea,
comenzando por Galilea, después que Juan predicó el bautismo; cómo Dios a Jesús
de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo
el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con
él; y nosotros somos testigos." (Hch 10, 37- 38)
Jesús tiene poder sobre la
enfermedad, por eso cura a los enfermos. Tiene poder sobre los malos espíritus,
por eso los vence y los expulsa. Tiene poder sobre la muerte y resucita a los
muertos. Tiene poder sobres la naturaleza por eso calma a los vientos y a las
tempestades. Jesús tiene poder sobre el pecado por eso lo vence y perdona a los
hombres sus pecados. Los muchos y los poquitos, lo grande y los pequeños. Su
amor y su misericordia es más grande que nuestros pecados.
¿A qué va Jesús al otro lado del
lago? Va de Misionero del Padre, y quiere dar una enseñanza a sus discípulos. "Y
llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la
barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu
inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni
siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas,
pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía
dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes,
dando gritos e hiriéndose con piedras. " (Mc 5, 1- 5)
"Al ver de lejos a Jesús, corrió
y se postró ante él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo
de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.» Es que él le había
dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.» Y le preguntó: «¿Cuál es tu
nombre?» Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos.»"(Mc 5,
6- 9)
Jesús ha venido anunciar la Buena
Nueva, a dar vista los ciegos, a dar libertad a los oprimidos por el pecado (Lc
4, 18) Viene a traernos al Reino de Dios (Mc 1, 15) y reconciliarnos con Dios y
con los hombres (cf Ef 2, 14)
Jesús liberó al hombre y vinieron
muchos a ver y lo encuentran sano y libre: "Llegan donde Jesús y ven al
endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano
juicio, y se llenaron de temor." (Mc 5, 16) Con dignidad y con dominio propio,
era un hombre nuevo. Quería irse con Jesús y pertenecerle a su Grupo, pero
Jesús le dijo: "«Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el
Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.» El se fue y empezó a
proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos
quedaban maravillados." (Mc 5, 19- 20)
Ahora el que estaba endemoniado es
el primer misionero en tierra de paganos, es un predicador, un sembrador de la
Palabra de Dios.
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