TUVE HAMBRE Y ME
DISTE DE COMER.
“Con sus lomos ceñidos y con sus lámparas encendidas” (Lc 12,
35) En lucha contra el mal, haciendo el bien, para con el bien vencer al mal
(Rm 12, 21) Que nadie te apague tu lámpara, cuídala y protégela. Apagamos la
lámpara o la vela, cuando se nos acaba el aceite o cuando se nos acaba la cera.
O cuando la apagamos quebrantando los mandamientos de la ley de Dios. Entonces
quedamos en tinieblas y si queremos permanecer en lo obscuro, perdemos la
conciencia moral, la capacidad para distinguir entre lo bueno y lo malo. A lo bueno le llamamos malo y a lo
malo le llamamos bueno. Se nos embota la mente, se endurece el corazón, se
pierde la moral y caemos en el desenfreno de las pasiones. (Ef 4, 17- 18)
Si caemos en la desgracia del pecado, no nos quedemos caídos,
Jesús nos llama a ir a él para encendernos la vela: “Vengan a mí los que están
apagados” (cf Mt 11,28) Ir a Jesús con un corazón contrito y arrepentido,
teniendo la certeza de que él no nos rechaza (Slm 51, 19) (50). Jesús es la Luz
y todo el que se acerca a él, se enciende con su Luz y con su Fuego (Jn 8, 12;
Lc 12, 49) Ahora que tienes luz no camines en tinieblas, camina a la luz de la
Palabra para que tu fe crezca y sea luz de este mundo, así lo ha dicho Jesús
(Mt 5, 14)
La fe, la esperanza y la Caridad, no se deben esconder, como
tampoco ningún otro de los dones que recibimos del Señor: Que se pongan sobre
lo alto para que otros puedan verlos y den gloria a Dios. Los dones crecen con
el uso de su ejercicio, practicándolos. A orar se aprende orando, a caminar se
aprende caminando, a predicar se aprende predicando, a perdonar se aprende
perdonando, amar se aprende amando, etc. No los escondas por miedo o por vergüenza.
“Extiende tu mano” (Mc 3,1- 5) y compártelos con los menos favorecidos. Esa es
la voluntad del Dador de dones para que su Cuerpo crezca donde se encuentra. Y
si el Cuerpo de Cristo se encuentra en tu familia, o en tu parroquia, ahí, él
tiene sus dones que hay descubrir para ponerlos en práctica en favor de todos,
sin hacer acepción de personas.
No hay necesidad de buscar los medios para que crecer en el
Extranjero o traer de fuera, están aquí, búscalos, libéralos y ponlos a
trabajar para que crezca la Comunidad integralmente, y no sólo le crezcan las
pompas de tanto estar sentados o las orejas de tanto estar escuchando la
predicación que muchas veces no responden a la realidad. Recordando siempre que
la Salvación es un don gratuito e inmerecido, no es un negocio.
Recordando los concejos de Pablo a Timoteo y hoy a nosotros: "Pues evoco el recuerdo de la fe sincera
que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice,
y sé que también ha arraigado en ti. Por esto te recomiendo que reavives el
carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos
dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y
de templanza. ( 2 de Tim 1, 5-7) Mantén tu lámpara encendida con la Luz de
Cristo.
Jesús
no escondió sus dones, los puso a trabajar: Se pasó la vida haciendo el bien y
liberando a los oprimidos por el mal, porque estaba lleno de Dios (Hch 10, 38)
Como buen Pastor nos lleva a los verdes praderas donde hay pastos en
abundancia: pastos de conocimiento y de discernimiento, (Jer 4, 15) para luego llevarnos
a lavarnos y limpiarnos a las aguas vivas de su Espíritu (Slm 23) Él quiere que
todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad (1 de Tim 2,
4) Por eso, como buen Maestro, nos dice y nos explica a sus discípulos y a toda
la multitud, el examen final, para que nadie sea sacado de la clase. Qué todos
pasemos a la casa del Padre. ¿Qué es lo que nos enseña? ¿Cuál es examen? El que
quiera pasar que se lo aprenda, y él que no quiera que lo ignore.
"Enseguida,
el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros
cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que
había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas
con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros
cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros
cinco que he ganado." Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!;
en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de
tu señor." Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor,
dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado." Su señor
le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente
de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." Llegándose también
el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro,
que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio
miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es
tuyo." Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que
yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber
entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío
con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los
diez talentos."(Mt 25, 16- 28)
Jesús
no amenaza, sólo es una advertencia. Tú decides lo que tú quieras, pero, el que
no trabaje que no coma. De que habrá examen, lo hay y lo habrá:
"Pondrá
las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a
los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del
Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de
beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." Entonces
los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos
de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te
acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y
fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto
hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis."
Entonces
dirá también a los de su izquierda: "Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque
tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era
forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en
la cárcel, y no me visitasteis." Entonces dirán también éstos:
"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o
enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él entonces les responderá:
"En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más
pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo." E irán éstos a un castigo
eterno, y los justos a una vida eterna.»"(Mt 25, 23- 46)
El
que crea y se bautice se salvará (Mc 16, 16) El bautismo es para vivirse, vivir
como Jesús vivió. “Nos amó hasta el extremo” (Jn 13, 1) Nos compartió su vida,
se nos entregó, y se inmoló por todos para salvar a todos, pero no a la fuerza,
“si tu quieres,” “Ámame y Sígueme”
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