QUE LOS MÁS FUERTES CARGUEN CON LAS
FLAQUEZAS DE LOS MÁS DÉBILES.
Los fuertes debemos sobrellevar las
flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de
complacer al prójimo para su bien, para su edificación; que Cristo no buscó su
propia complacencia, según está escrito: «sobre mí cayeron los ultrajes de
quienes te ultrajaron». (Rm 15, 1-3)
¿Quiénes son los fuertes?
Son aquellos que caminan en unidad
con Cristo y con los demás. La fuerza está en la Unidad. Son aquellos que viven
en Comunidad fraterna, solidaria y servicial: "«Os aseguro también que si
dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que
fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están
dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»"(Mt
18, 19, 20)
La fuerza, el vigor y el poder
vienen de la escucha de la Palabra, (Rm 10, 17; Ef 6, 10) que puesta en
práctica nos lleva a ser discípulos de Cristo, conocemos la verdad que es la
fuerza del amor, como la mentira es la fuerza del pecado. La verdad nos hace
libres de todo lo que es malo y nos hace libres para amar. (cf Jn 8, 31- 32) La
debilidad espiritual está en el pecado. Hay que liberarse de todas las
ataduras. Esto es posible en el encuentro con Cristo. Él mismo nos invita a
entregarle nuestra carga y a recibir su yugo, el amor, que es suave y ligero,
para uncirnos (unidos por el amor) con él, estar en comunión y caminar con él. Entonces
Jesús es nuestra fuerza. Podemos aprender de él y llegar a ser mansos, humildes
y servidores como él. (cf Mt 11, 28- 30) La verdad es la fuerza del amor, y el
amor es la fuerza de la verdad. Donde hay verdad y amor, hay, luz y vida, está
Jesús.
El que está con Jesús es una Nueva
Creación (2 de Cor 5, 17) lo viejo ha pasado, el pecado (cf Rm 5, 20) Se ha despojado
del hombre viejo y ahora camina con Jesús, el hombre nuevo (Ef 4, 23- 24) El
hombre viejo es el padre de todos los vicios, mientras que el hombre nuevo es el padre de todas las virtudes que
son armas de Luz, y armadura de Dios (Rm 13, 12)
¿Quiénes son los débiles?
Son aquellos que son tan débiles
que no pueden ponerse de pie para caminar. Son tan pobres que no pueden
distinguir entre lo bueno y lo malo, a lo malo le llaman bueno y a la bueno le
llaman malo. Sus flaquezas no les permiten rechazar el mal y hacer el bien. Más
que pobres son miserables. Débiles son aquellos que también son pobres económicamente.
No tienen comida, vestido, casa, salud, medios para vivir con dignidad. Débiles
o pobres son aquellos que no conocen que Dios es amor, perdón, libertad, no han
sido evangelizados. “Carga con sus debilidades y con su flaquezas.” No con sus
pecados, con éstos los ha cargado Cristo Jesús. Si la caridad está en tu
corazón, extiende tu mano y comparte con ellos el “Don que tengas.”
Por tu mano Dios les dará de comer,
de vestir, les enseñara el arte de amar. Dios nos dice: “Por tu mano mi pueblo
será alimentado” “Por tu mano mi pueblo será conducido” (con tu palabra y con
tu testimonio) Tu fuerza está en la Caridad. El Amor derramado en tu corazón
(Rm 5, 5) para que lo compartas. No los juzgues, no los condenes, no los humilles,
más bien perdónalos, ámalos y sírvelos (Mt 7, 1s) Que ya Cristo se humilló por nosotros
y por todos, cargó con nuestros pecados y subió a la cruz con todo y con todos.
(Flp 2,6-8)
Compartir es servir, es estar en
conexión (Comunión y participación con los menos favorecidos) Esto es Sinodalidad,
caminar con ellos, los más débiles para ayudarles a realizarse como personas.
Este es el acto más grande que podemos hace por ellos. El que viendo a sus
hermanos pasando necesidades y nos les mete la mano, es peor que un pagano (cf
1 de Jn 3, 17) No tiene amor, no tiene a Dios es un individualista que dice: “Teniendo
mi dinero, los demás, me vale” Recordemos palabras sabias de los primeros
Padres de la Iglesia: El que gasta en lujos innecesarios, comete fraude a los
pobres. Lo que se gasta en lujos, fiestas o en parrandas, son gastos
superfluos, está pecando. Porque hay existen pobres que no lo son porque
quieren, sino porque no han tenido los medios para vivir con dignidad.
El que vive en la verdad camina en
el amor. Y el que ama, sirve y ayuda a sus hermanos. Carga con sus debilidades
y con sus flaquezas.(Rm 15,1) "Con nadie tengáis otra deuda que la del
mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. En efecto, lo de:
No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás
preceptos, se resumen en esta fórmula: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. La
caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su
plenitud."(Rm 13, 8- 10)
El Himno a la Caridad.
"Aunque hablara las lenguas de
los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o
címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los
misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar
montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y
entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La
caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es
jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no
toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo
lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba
nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la
ciencia." (1 de Cor 13, 1- 8)
Publicar un comentario