LOS FRUTOS MALOS Y LOS FRUTOS BUENOS.

 


LOS FRUTOS MALOS Y LOS FRUTOS BUENOS.

 

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente’’.(Mt 7, 24- 27)

 

La Biblia divide a los hombres en dos, los que escuchan y los que no escuchan.  Los dos dan fruto, pero muy diferentes. Así lo dijo el mismo Jesús: "Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis."(Mt 7, 16- 20)

Los buenos son los justos, los malos son los impíos. "¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche! Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien. ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comunidad de los justos. Porque Yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde."(Salmo 1)

Un árbol plantado a la orilla del rió, sus raíces se hunden en el agua. De las raíces pasa la sabia al tronco, y del tronco a las ramas y de las ramas al fruto. Jesús nos habla de ese árbol al decirnos: "«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado." (Jn 15, 1- 3) El Padre es las raíces, la sabia es el Espíritu Santo, Jesús es el tronco y nosotros somos las ramas llamados a dar mucho fruto (Jn 15, 9) Todos los creyentes de Jesús estamos llamados  hacer “La Opción Fundamental por Cristo” Que equivale a tomar la firme determinación de seguir a Cristo rompiendo y dando la espalda al mundo y al pecado.

Jesucristo es el Tronco, las ramas son las actitudes y las acciones son los frutos. Si estamos en comunión con Cristo tenemos la Sabia y nuestras actitudes son buenas y nuestro fruto es de lo mejor. Pero si no hay comunión con Cristo no tenemos la Gracia de Dios, hay lejanía habitamos en un país lejano y llevamos una vida mundana y pagana. (Lc 15, 11ss) Y caminamos sin la Gracia de Dios en un proceso de descomposición humana, al estilo del hijo pródigo. Nuestro árbol está plantado entonces sobre la estepa, sin agua; en el desierto, tierra inhóspita e inhabitable, como lo describe el Salmo 1.

Caminar con Jesús amándolo y siguiéndolo para vivir unidos a él, unidos por su yugo que es el amor (Mt 11, 29) para trabajar juntos en el barbecho de nuestro corazón (Jer 4, 3) y comer de los frutos del Árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios, (Apoc 2, 7) sentados a la Mesa del Señor en la que uno se convierte en lo que uno come. "Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo."(Apoc 3, 20) Se trata de la Mesa de la Amistad, de la Alianza y del Amor que se manifiesta en Servicio a Dios y a los hombres. El que obedece la Palabra se hace discípulo del Maestro, Jesús.

Entonces podemos comprender que la Fe es Confianza y es abandono en las manos de Dios, es donación entrega y servicio, es respuesta a la Palabra de Cristo. El que escucha la Palabra y la obedece está construyendo su casa sobre Roca, permanece porque persevera en medio de las tempestades de la vida, en cambio los que se encuentran sin la Gracia de Dios son como la yerba, que crece echa su flor, luego se seca, la cortan y al fuego, lo que permanece es la Palabra de Dios que se hace vida en nuestros corazones (cf 1 de Pe 1, 24- 25)

En la construcción de la Casa hemos de cuidar de poner el fundamento y los cimientos. El fundamento es Cristo Jesús (1 de Cor 3, 11) Los cimientos son las virtudes como la humildad, la mansedumbre y la misericordia. Nada mundano y pagano puede usarse en la construcción de nuestra casa espiritual (cf 1 de Cor 15, 50) Nada como la malicia, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia se debe usar para la obra (1 de Pe 2, 1) Sólo entra el amor que vine de una fe sincera, de un corazón puro y limpio y de una conciencia recta (1 de Tim 1, 5) El amor es la madre y el padre de todas las virtudes cristianas que tienen su origen en Dios y que llegan a nosotros por la escucha de la Palabra, semilla del Reino (Rm 10, 17)

Permanezcamos en la Palabra, perseveremos en la fe de Jesucristo, para que podamos permanecer en el amor dando frutos de vida eterna: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor."(Jn 15, 7- 10)

La vida cristiana es don y es lucha. "l vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono."(Apoc 3, 21)

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