Las Virtudes que más brillan en el Rostro
de María.
Iluminación.
Dijo María: «Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en
Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava.
Una fe sin virtudes no
tiene descendencia, está vacía, es estéril y está muerta (Snt 2, 14). Por su Fe, María es una Mujer plena, fértil,
fecunda y fructífera. Podemos decir que todas las virtudes de María son
descendencia, comunidad familia, hijas de la Fe.
11. ¿Qué son las virtudes?
V La virtud es vigor, es fuerza, es el poder de Dios que actúa
en nuestros corazones. “Fortaleceos en el Señor con la energía de su Poder” (Ef
6, 10).
V Una virtud es una Palabra de Dios experienciada, vivida y
testimoniada con la vida.
V Una Palabra que se ha escuchado y obedecido, puesta en
práctica, se hace hábito, y éste se hace virtud. La virtud es vida.
V La Virtud cristiana exige esfuerzos, renuncias y sacrificios,
hechos por Amor. Son una “vestidura de salvación”.
V Las virtudes son la armadura de Dios; son para revestirse de
Cristo.
V Son las lámparas encendidas y son el aceite extra de la fe.
111. ¿Cómo encarnar las Virtudes de María.
v Vivir
como Ella vivió, en comunión íntima con su Hijo. “Luz del Mundo” (Jn 8, 12).
v Romper
con el pecado (1 Jn 1, 8-9) (1 Pe 2, 1)
v Guardar
los Mandamientos de la Ley de Dios.
v Guardarse
de los ídolos del poder del tener y del placer (1 Jn 2, 15)
v Hacer
como Ella, de la voluntad de Dios la delicia de su vida.
v Cultivar
la fe Bautismal. La Fe de la Iglesia.
1V.
La Virtudes son “La Corona y la Familia de la Fe”.
Dijo María: «Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra
en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava.
Una fe sin virtudes no tiene descendencia,
está vacía, es estéril y está muerta (Snt 2, 14). Por su Fe, María es una Mujer plena, fértil,
fecunda y fructífera. Podemos decir que todas las virtudes de María son
descendencia, comunidad familia, hijas de la Fe.
11. ¿Qué son las
virtudes?
V La virtud es
vigor, es fuerza, es el poder de Dios que actúa en nuestros corazones.
“Fortaleceos en el Señor con la energía de su Poder” (Ef 6, 10).
V Una virtud es
una Palabra de Dios experienciada, vivida y testimoniada con la vida.
V Una Palabra que
se ha escuchado y obedecido, puesta en práctica, se hace hábito, y éste se hace
virtud. La virtud es vida.
V La Virtud
cristiana exige esfuerzos, renuncias y sacrificios, hechos por Amor. Son una
“vestidura de salvación”.
V Las virtudes son
la armadura de Dios; son para revestirse de Cristo.
V Son las lámparas
encendidas y son el aceite extra de la fe.
111. ¿Cómo
encarnar las Virtudes de María.
v Vivir
como Ella vivió, en comunión íntima con su Hijo. “Luz del Mundo” (Jn 8, 12).
v Romper
con el pecado (1 Jn 1, 8-9) (1 Pe 2, 1)
v Guardar
los Mandamientos de la Ley de Dios.
v Guardarse
de los ídolos del poder del tener y del placer (1 Jn 2, 15)
v Hacer
como Ella, de la voluntad de Dios la delicia de su vida.
v Cultivar
la fe Bautismal. La Fe de la Iglesia.
1V. La Virtudes son “La Corona y la Familia
de la Fe”.
1)
La virtud de la
Fe, que viene de la escucha de la Palabra. La vida de María es un diálogo con
Dios. La fe bíblica nace, crece y madura en la Escucha de la Palabra de Dios
(Rom 10, 17).
2)
La virtud de la
esperanza. María engendró la Esperanza Mesiánica. Espera la salvación prometida
antiguamente que con la llegada del Mesías la opresión y la explotación por
parte de potencias extranjeras legará a su fui.
3)
La virtud de la
Caridad. Virtud que es manifestación del Amor que llena el corazón de María y
se manifiesta en la “Prontitud para salir fuera e ir al Encuentro de los
pobres. Es prontitud para ponerse en camino e ir a servir” a una mujer anciana
que estaba en su sexto mes de embarazo. La solidaridad de María tiene dos
brazos, con uno se aferra a Dios y con el otro a los hombres. Solidaridad con
Dios y con su Pueblo.
4)
La virtud de la Obediencia. La
Primera en someter su voluntad a la Voluntad de Dios. Hace de la Voluntad de
Dios la delicia. “Dichosos los que escuchan mi Palabra y la cumplen” (Lc 8, 21;
Lc 11, 28).
5)
La virtud de la Pureza de corazón.
La Mujer transparente. No hay fingimiento, ni hay apariencias. Mujer integra porque en ella hay armonía
entre lo que piensa y lo que habla, entre lo que dice y lo que hace. María
encarna “La Verdad” liberadora de los hijos de Dios (Jn 8, 32; Gál 5, 1. 13).
6)
La Virtud de la Humildad. María se
confiesa a sí misma como “La humilde esclava del Señor” (Lc 1, 38). En ella la
Humildad es disponibilidad para servir, para darse y donarse a Dios en favor de
su Pueblo. Nosotros la llamamos “Señora”, Y ella se confiesa como “esclava” es
decir, “Servidora”. Es “Señora” porque ella decide ser totalmente propiedad del
Señor. Dios no le impone, respeta la decisión de su creatura.
7)
La virtud de la Sencillez de
Corazón. María, no tiene doblez, no es de corazón doble: No es de doble cara.
En ella no hay máscaras, ni amores fingidos (Rom 12, 9)
8)
La virtud de la pobreza, llevada con
dignidad y confianza en el Señor. Pobre pero digna. María la pobre de Nazaret
encuentra su alegría en lo que Dios hace por ella. Y estalla en un grito de
júbilo para dar gracia al que todo lo puede. “Qué tengo que no lo haya recibido
de Dios” Para María todo es Gracia. Todo es Bendición para compartir. Todo lo
que ella es está en referencia Dios y a su Pueblo.
9)
La virtud de la Piedad. La Piedad es
una virtud y un don del Espíritu Santo. Nos ayuda a sabernos amados por Dios,
perdonados por Él, y nos llena de alegría. La Piedad es el modo como nosotros
vivimos en comunión con Dios y con nuestros hermanos. La Piedad nos lleva amar
a Dios y a nuestros hermanos, nos lleva a la misericordia, a la compasión y al
dolor.
10)
La virtud de la Disponibilidad.
“heme aquí oh Dios para hacer tu voluntad, dijo Jesús al entrar en el mundo de
los hombres (Heb 10, 7). María es la totalmente disponible para Dios por eso
pudo Dios cambiarle “Planes de María” para que aceptará los de Él, y respondió
con su “hágase”en mi según su Voluntad. En la Mujer de Nazaret la fe es
disponibilidad para servir, para ponerse en camino desde la Anunciación hasta
la cruz del Calvario, y después en Pentecostés hasta su Asunción.
11)
La virtud de la fortaleza para
vencer el Mal, que puede venir como
ataques, persecuciones, murmuraciones, dolor, desánimos, frustraciones y más.
María lo vence Amando, Ofreciéndose Donándose por su Pueblo desde la
Anunciación hasta que es llevada en cuerpo y alma al Cielo.
12)
La virtud de la Oración. María es
Mujer orante. Su oración es interior tal como lo vemos en la anunciación. Ora
con su corazón, con su mente y con su cuerpo. Ora por su Pueblo, ella es
intercesora. En oración se consagra y se ofrece a Dios su Señor.
V. ¿Qué vemos en
la oración de la Madre?
Adoración, Consagración, Acción de gracias, Alabanza,
Intercesión, Ofrecimiento.
Dijo María: «Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador,
porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava. Desde ahora, todas las
generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas
grandes el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le
temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. Derribó
a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó
de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia —como había anunciado a
nuestros padres— en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.» (Lc 1, 46-
57)
V. ¿Qué vemos en la oración de la Madre?
Adoración, Consagración,
Acción de gracias, Alabanza,
Intercesión, Ofrecimiento.
Dijo María: «Alaba mi
alma la grandeza del Señor y mi espíritu
se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su
esclava. Desde ahora, todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque
ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en
generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los
de corazón altanero. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los
humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las
manos vacías. Acogió a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia
—como había anunciado a nuestros padres— en favor de Abrahán y de su
linaje por los siglos.» (Lc 1, 46- 57)
Para
María Dios es: Señor, Poderoso, Santo, Salvador, Misericordioso y
Fiel.
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