
El poder de la fe se manifiesta siembre en el
servicio para irradiar en el rostro de las personas el amor, la paz y la
alegría. La fe crece viviendo la, poniéndola en práctica, dándose y
entregándose en servicio a los demás para que lleven una vida digna y descubran
la belleza de la dignidad humana. En la fe cristiana se encuentra la semillas
de a Sabiduría divina que nos capacita para vivir en comunión con la “realidad”
y conocer el arte de amar y de servir. Quien la tenga y se deje conducir por
ella va aprendiendo el arte de vivir en comunión con Dios, con sigo mismo y con
los demás: Vive una relación sana con Dios, una relación sana consigo mismo y
una relación sana con los demás.. No hay lugar para los complejos de culpa, ni
para los miedos o rencores.
La fe cristiana crece con la oración interior,
cálida y extensa. Crece cuando es irrigada con la Palabra de Dios y con las
obras de misericordia. Oración puede ser individual, comunitaria y litúrgica...
Con el poder de la fe podemos vencer el mal y podemos hacer toda clase de
buenas obras. Con palabras de san Pablo: "Rechacen el mal y amen
apasionadamente el bien" (Rom 12, 9) La fe cristiana es la Luz, el Amor,
la Vida y el Poder de Dios que llevamos en nuestros corazones. Por eso decimos, hay Fe donde hay confianza en el Señor, donde hay obediencia al
Señor, donde hay amor al Señor y a nuestros hermanos. Sólo entonces descubrimos
que el lugar de nuestra fe cristiana es múltiple: Nuestro corazón, Dios, los
demás y la naturaleza, es decir el lugar es nuestra realidad: La fe nos pide
salir para ir al encuentro de la realidad… a esto llamaos; EX PERI ENCIA
RELIGIOSA. Esto es, SALIR PARA vivir de encuentros con nuestra realidad para que la fe
crezca y de sus frutos. Los frutos de la fe los encontramos en Gál 2,
22; entre otros el amor, a paz y el gozo en el Espíritu.
El camino de la fe se debe de recorrer SIGGUIENDO LAS HUELLAS DE JESÚS, y con
toda seguridad nos lleva nuestra realización humana, nos humaniza y nos hace
más personas y mejores personas... Cuánta verdad hay en las palabras de Jesús:
"si tuvieras fe como un granito de mostaza", serías un ser original,
responsable, libre y capaz de amar. Seríamos personas amables, generosas,
serviciales y maduras. La Fe nos quita lo tacaño, lo perezoso y lo impuro....
Nos hace hijos de Dios, hermanos de los demás y servidores del reino de Dios.
La Fe del corazón es aquella que acepta la
Voluntad de Dios y se somete a ella.
Creo en Ti Señor Jesús… pero, aumenta mi fe.
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