VIGILAD Y ORAD PARA NO CAER EN TENTACIÓN.
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Revestíos
de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. Porque
nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados,
contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra
los Espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso, tomad las armas de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo,
manteneros firmes. (Ef 6, 10- 13)-
Vigilad significa conocerse a sí mismo, y conocer el camino en el que
estamos caminando. Puede ser el camino estrecho o el camino ancho (Mt 7, 13-
14)- Surge una pregunta: ¿Cuál voluntad estamos haciendo, la propia o la de
Dios? La voluntad de Dios es que nos despojemos del traje de tinieblas y nos
revistamos del traje de la luz (Rm 13, 13)- La voluntad de Dios es que
luchemos, nos esforcemos, renunciemos y hagamos sacrificios por que la vida
cristiana es don y es lucha, es tarea y es conquista.
Los peligros de la vida espiritual.
No te desvíes ni a izquierda ni a derecha (Jos 1, 6)- Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás
es apto para el Reino de Dios.» (Lc 9, 62)- Así que no os
preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene
bastante con su propio mal. (Mt 6, 34)- No hagas cosas malas, haz cosas buenas
y arrepiéntete- (Is 1, 17-18)-
La izquierda es el totalitarismo que consiste
en hacer lo que otros piensan y deciden por ti: eres tan solo un títere de
ellos. La derecha es el conformismo, que consiste en hacer lo que otros hacen,
eres su copia. Mirar hacia atrás es vivir en el pasado que ya pasó. Para atrás
ni para agarrar impulso. Vivir en el pasado es atascarse en el lodo y
convertirse en estatua de sal como la mujer de Lot. El futuro todavía no llega,
vivir en el futuro equivale hacerse neurótico. Tal como le sucede al que vive
en el pasado. Echemos una mirada al pasado, saquémosle una enseñanza, hagámosla
presente y proyectémonos hacia el futuro.
Una enseñanza de san Pablo aplicada a nuestra
vida.
Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue
nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber
abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero, y esperar así a su
Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a quien resucitó de entre los muertos
y que nos salva de la Cólera venidera. (1 de Tes 1, 9- 10)-
Libres de
la idolatría y reconciliados con Dios y con los hombres, con una fe sincera y
un corazón limpio, sirviendo al Dios vivo y verdadero, con la mirada y
esperanza puestas en Cristo que viene a traernos la recompensa de nuestras
obras. (Mt 25, 31sss)- La idolatría es el culto a los ídolos, todo aquello que
ponemos en nuestro corazón en lugar de Cristo. - El Mundo nos ofrece poder,
tener y placer, las concupiscencias de la carne (1 de Jn 2, 15)- Que podemos
vencer por la fe. la esperanza y la caridad que son armadura de Dios: Estas son
las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios,
hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban
veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán
bien.» (Mc 16, 17- 19)- Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue
elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
El hombre libre, el que goza
de la libertad de los hijos de Dios, es aquel que ama y sirve al Señor. El amor
y el servicio son las armas favoritas para vencer el poder, el tener y el
placer. Así les enseño Jesús a sus discípulos: Mas Jesús los llamó y dijo:
«Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los
grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el
que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que
quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera
que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su
vida como rescate por muchos.» (Mt 20, 25- 28)- El alma del servicio es el amor
a Dios y al prójimo:
Os doy un
mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado,
así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que
sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» (Jn 13, 34- 35)-
El amor es
la señal que hemos pasado de la muerte a la vida, del pecado a la gracia (1 de
Jn 3, 14)- El que ama a Dios guarda el Decálogo, los diez mandamientos (1 de Jn
2, 3- 5)- Ama a todos; ama a sus enemigos; se hace uno con los otros; amar con
amor recíproco y ama con otros. (1 de Jn 4, 10; Lc 6, 27- 28; Jn 13, 34- 35; Lc
5, 4- 10)-
Dejemos las
quejas diciendo que somos débiles y frágiles que no podemos, antes bien,
sigamos el consejo de Pablo: “Fortaleceos en el señor con la energía de su
poder” (Ef 6, 10)- Y sigamos su ejemplo: Por este motivo tres veces rogué al
Señor que se alejase de mí. Pero él me dijo: «Mi gracia te basta, que mi fuerza
se muestra perfecta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré
gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de
Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las
necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues,
cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte. (2 de Cor 12, 8- 10)-
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