LA FE ES UN DON GRATUITO E
INMERECIDO QUE PIDE UNA RESPUESTA-
Iluminación: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma
de este pan vivirá para siempre. (Juan 6, 51)-
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre.
La fe es un don gratuito e inmerecido
de parte de Dios a los hombres, pero no es barato, pide una respuesta a la
iniciativa divina. Puede ser aceptada o puede ser rechazada. Así lo dice el
profeta Oseas: “Cuando Israel era niño, yo le
amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, más se alejaban de
mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso Yo enseñé a
Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo
cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para
ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y
le daba de comer. Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han
negado a convertirse.” (Os 11, 1- 5)- La fe es la respuesta que se le da al Amor
de Dios. Como dice el proverbio<. Amor con amor se paga.
Jesús no engaña ni manipula ni hace a fuerzas a
nadie a creer en él, su método está basado en la libertad: Sí tu quieres: Conmigo
o conta mí. ¡El que no junta desparrama! (Mt 12, 30)- Decía a todos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” (Lc 9, 23)- Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído
en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y
conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.» (Jn 8, 31- 32)- Libres del
pecado y libres para amar y seguir a Cristo en libertad.
Todos serán
discípulos de Dios.
Discípulo
es aquel o aquella que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica, acepta
pertenecer a Cristo y pertenecer a los Doce. Jesús elige a sus discípulos, no
son ustedes los que me eligieron a mí, he sido yo quien los he elegido a ustedes
(cfr Jn 6, 70)- Porque muchos son llamados, más pocos
escogidos.» (Mt 22. 14)- Dios a todos ofrece la salvación, ofrece la fe,
pero solo los que le responden son escogidos, los que permanecen en su Amor (Jn
15, 9)- La fe es un don y es una lucha. Hay que perseverar hasta el fin: “Pero
el que persevere hasta el fin, ése se salvará.” (Mt 24.13)-
El mensaje
evangélico.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
"Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a
ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que
escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto
al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre. Yo les
aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus
padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan
que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo
que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan
que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida". (Juan 6,
44-51)
Que nuestra fe sea sincera para que sea auténtica.
Para salvarnos hay que tener fe,
pero, que nuestra fe sea sincera, auténtica y verdadera para que nuestro corazón
sea fuente de amor (1 de Tm 1, 5)- Por la fe somos hijos de Dios y nos
revestimos de Cristo (Gál 3, 26)- Por la fe nuestros pecados son perdonados y
recibimos el don del Espíritu (Rm5, 1)- Y el Espíritu Santo actualice hoy en
nuestra vida la Obra redentora de Cristo (cfr Rm 8, 14)-
Yo soy el
pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre,
y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida".
Jesús está
haciendo referencia a la Eucaristía: “comer su carne y beber su sangre.” La Eucaristía es presencia real de Cristo
Jesús. Por la fe podemos decir que entramos en comunión con Cristo mediante la
escucha y obediencia de su Palabra (Rm 10, 17; Mt 7, 24) Creer en Cristo,
confiar en él y obedecerlo equivale a entrar y vivir en comunión con él. Lo
mismo decimos de recibir la comunión en la Eucaristía para hacernos una cosa con
él. ¿Basta comulgar para salvarnos? La Eucaristía, Palabra y Pan son un solo alimento
Cristo Jesús, presente realmente en el Pan y en la Sangre de la Eucaristía.
Jesús lo dijo el que come mi carne y vive mi sangre tiene vida eterna (Jn 6m 54)-
ërp, la clave te todo está en la Fe. La fe que es confianza, obediencia y amor
a Dios y al prójimo. La fe es confianza y abandono en las manos de Dios y es
donación, entrega y servicio al prójimo.
El hombre
que tiene fe le dice al Señor Jesús: Creo en ti, Señor Jesús, estoy de acuerdo
con todo lo que tú dices y con todo lo que tú hagas; estoy dispuesto hacer lo que
tú me digas; porque creo en ti hago lo que me quieras. (cfr Lc 6. 46)- A esto
se llama tener confianza y abandono en las manos de Jesús.
Para que seamos
los amigos de Jesús. (Jn 15, 14)- La fe pide afectividad, crea lazos de amistad,
el amigo de Jesús es portador de la Gracia de Dios, camina en paz, ha recibido
el perdón y camina abierto a la obediencia de la Palabra y al amor de Cristo. Lo
contrario es la enemistad creada por el pecado: ¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con
Dios? Cualquiera, pues, que desee ser amigo del mundo se constituye en enemigo
de Dios. (Snet 4, 4)- Por la fe somos portadores de la Gracia de Dios y
podemos comulgar. Sin la fe, aunque comulgamos mil veces, de nada nos sirve
comulgar. Jesús dice a sus discípulos: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que
yo les mando” (Jn 15, 14)- La fe sin obediencia a la Palabra de Dios está vacía
y es estéril.
La fe cristiana es como una moneda con dos caras: por un lado,
es confianza y abandono total en las manos de Dios. Y Por el otro lado es donación,
entrega y servicio al Pueblo de Dios. Sin servicio no hay fe, como sin
confianza en Cristo tampoco hay fe. Por eso el hombre de fe es agradecido y es
humilde. Cuando reza dice: Gracias Señor por todo lo que haces en mí y conmigo.
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios para
que, llegada la ocasión, os ensalce; confiadle todas vuestras preocupaciones,
pues él cuida de vosotros.” (1 de Pe 5, 6-7)-
Dos ejemplos de dos
amigos, Jesús y Pablo.
«Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que
no tenía traje de boda, le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje
de boda?" Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes:
"Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el
llanto y el rechinar de dientes." (Mt 22, 11- 13)- El traje de bodas es la
conciencia limpia unida a una fe sincera, revestida con la gracia de Dios. Sin
fe nada le agrada a Dios. (Heb 11, 6)-
Así mismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la
Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo
mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte
del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del
Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. (1 de Cor 11,
25- 27)- Comulgamos indignamente cuando lo hacemos en pecado mortal, y por lo
tanto, nuestra fe está muerta (Snt 2, 15)- No tenemos la Gracia de Dios.
Busquemos entonces la reconciliación con Dios y con la Iglesia, para que
recibamos el perdón y la gracia de Dios.
Publicar un comentario