AL PASO DE LOS GENTILES A JESUCRISTO SE LE LLAMA CONVERSIÓN PARA ENTRAR
EN EL REINO DE DIOS.
El Espíritu de la Verdad es Luz, es Poder y es Amor. Viene a nuestra
vida por la escucha y obediencia de la Palabra de Dios que ilumina el camino
que nos lleva a la Casa de Padre, por medio del Nuevo Nacimiento, que se da al
recibir los frutos de la redención de Cristo: el perdón y el don del Espíritu
Santo. Por el Nuevo Nacimiento pasamos de la muerte a la vida, del pecado a la
gracia. Tal como lo explica san Pablo:
El hombre que no conoce a Dios ni posee la gracia del Señor: Os digo,
pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles,
según la vaciedad de su mente, sumergido su pensamiento en las tinieblas y
excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, por la dureza
de su cabeza los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al
libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas. (Ef 4, 17-
19)-
El Paráclito nos lleva al encuentro con Cristo: Pero no es
éste el Cristo que vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de
él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en
cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la
seducción de las concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a
revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la
verdad. (Ef 4, 20- 24)-
La Verdad de Jesús nos hace libres de todo lo malo; nos hace libres para
que hagamos el bien, lo amemos y lo sirvamos. Despojarse
del traje de tinieblas que es la vida mundana, pagana y pecaminosa; la vida del
hombre viejo, vida dividida, engañada, manipulada, arrastrada y sin vida, que
nos lleva a la corrupción. Al pasar por la “Puerta estrecha” pasamos a la “vida
en Cristo” con “mente renovada” y revestidos de Jesucristo, en justicia y
santidad en la verdad.
Del encuentro con Cristo resucitado salimos como hombres nuevos. Hombres responsables,
libres, capaces de amar y de servir. El hombre nuevo no está hecho, no ha
terminado, sino, que está haciéndose en la medida que se deje conducir por el
Espíritu Santo, abierto a un cambio de mente y corazón que le permita ir
muriendo al pecado y viviendo para Dios. (Gál 5, 24)- De manera que pueda
permanecer en la Luz, la Verdad y en el Amor. Unido a Cristo para que pueda dar
frutos de Vida eterna.
La vida cristiana, la vida nueva es don y lucha, es don y es tarea- Por
tanto, desechando la mentira, hablad con verdad cada cual,
con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros. (Ef 4, 25)- Con la
mentira fueron engañados nuestros padres (Gn 3, 1ss) – La mentira tiene por
padre al Diablo que es mentiroso (Jn 8, 44)- La mentira del mundo, es decir:
Cuanto tienes, cuantos vales; cuanto gastas, cuanto vales; te valoran por lo
que tienes o por lo que gastas. La Verdad nos dice: Tu vales por lo que eres, una
persona valiosa y digna.
La ira es un
vicio que es hija del Ego que a su vez viene del hombre viejo para vencerla hay
cultivar la virtud de la mansedumbre: Si os airáis, no pequéis; no se
ponga el sol mientras estéis airados, ni deis ocasión al Diablo. (Ef 4, 26-
27)- Jesús nos recomienda amar, a perdonar y a orar: «Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad
a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os
maldigan, rogad por los que os difamen. (Lc 6, 27- 28)-
El sexto mandamiento nos dice: “No robaras”. Lo que no es tuyo es ajeno,
no lo agarres, respeta lo ajeno: “El que robaba, que ya no robe,
sino que trabaje con sus manos, haciendo algo útil para que pueda hacer
partícipe al que se halle en necesidad.” (Ef 4, 28)- Robar es pecar, y el pecado te
lleva a la muerte (Rm 6, 23)-
Que tus palabras sean amables, limpias y veraces. La boca habla lo que
el corazón encierra. (Lc 6, 45)- “Por eso Pablo nos dice. No salga de vuestra boca palabra
dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el
bien a los que os escuchen.” ( Ef 4, 29)- Santiago nos dice: Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que
engaña a su propio corazón, su religión es vana. (Snt 1, 26)- La
malicia, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia son realidades
que el hombre nuevo debe desechar (1 de pe 2, 1)-
Hijitos míos no pequéis, pero si pecan abogado tenemos ante el Padre, a
Jesucristo que se ofreció como propiciación por nuestros pecados. (1 de
Juan 2, 1- 2) No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis
sellados para el día de la redención. (Ef 4, 30)- Entristecer al Espíritu Santo
es una ofensa a Dios; es una desobediencia; es lejanía- Por el pecado salimos
de la Casa del Padre para irnos al país lejano y derrochar nuestra herencia de
manera disoluta (Lc 15, 11- 16)-
El Ego es el padre de todos los vicios como: la pereza, la gula, la
avaricia, la lujuria, la soberbia, la ira, la envidia y otro más. “Toda
acritud, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad,
desaparezca de entre vosotros”. (Ef 4, 31)- Niégale el alimento al
hombre viejo, matémosle de hambre (Col 3, 5)- Huye de las pasiones de tu
juventud (2de Tm 2, 22)-
Amenos a Cristo y no al Mundo (1 de Jn 2, 15)- Revistémonos de
Jesucristo, con justicia y santidad con bondad, verdad y justicia, desechando
toda maldad. (Ef 4, 24; 5, 9)- Sed más
bien buenos entre vosotros, entrañables, perdonándoos mutuamente como os
perdonó Dios en Cristo. (Ef 4, 32)-
El Hombre nuevo,
que ha nacido de Dios es un ser en proyección; vive en Cristo; es una creación
nueva, puede ofrecerse a Dios como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (Rm 12, 1)-
Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como
Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma.
(Ef 5, 1- 2)- Abierto a un cambio de vida: Y no
os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación
de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios:
lo bueno, lo agradable, lo perfecto. (Rm 12, 2)-
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