LA PALABRA NOS LLEVA A LA
SALVACIÓN Y A LA PERFECCIÓN CRISTIANA POR LA FE EN CRISTO JESÚS.
Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto
(Mt 5, 48)- Sean Misericordiosos como su Padre celestial es Misericordioso (Lc
6, 36)- Sean Santos como su Padre celestial es Santo (Lv 19, 1-2; 1 de Pe 1, 15)-
Perfecto, Misericordioso y Santo sólo Dios,
nosotros lo seremos por participación en Cristo Jesús; somos perfectibles por
la fe y la conversión; estamos en camino. (Mt 4, 17; Mc 1, 15)-
¿Cuáles son los medios para
alcanzar la perfección la misericordia y la santidad?
Lo primero es la escucha y la obediencia de la
Palabra de Dios. No basta con escucharla, hay que ponerla en práctica (Lc 8,
21; 11, 28; Snt 1, 22) “Yo planté, Apolo regó; más fue Dios quien dio
el crecimiento”. (1 de Cor 3, 6). Se siembra y se riega con la Palabra
de Dios. En la escucha y obediencia de la Palabra Jesús se convierte en nuestro
Salvador, Maestro y Señor de nuestras vidas. (Hech 2, 37- 38)- Por la fe y la
conversión rompemos con el pecado y participamos de la naturaleza divina. (2 de
Pe 1, 4b)-
En
segundo lugar, la oración, pero no la de labios para fuera, sino la oración
íntima cálida y extensa que se hace por amor al salir de una fe sincera y de un
corazón limpio: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque
todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama[um1] , se le
abrirá. (Mt 7, 7- 8)-
En tercer lugar, es la
Liturgia, es decir, el Culto a Dios unido a la Justicia, a la Obediencia y a la
Fidelidad. Tal como lo dice Miqueas: «Se te ha
declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo
practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu Dios.»
(Miq 6, 8)- En la Liturgia encontramos los Sacramentos, especialmente la Confesión
y la Eucaristía.
En cuarto lugar,
para crecer en Cristo tenemos que obedecer la Palabra de Dios para al ponerla
en práctica crecer en las Virtudes y caminar con las lámparas encendidas (Lc
12, 35)- A la fe hay que agregarle las virtudes para que no sea estéril (Snt 2,
14)- Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra
fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la
templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la piedad el amor fraterno,
al amor fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en
abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto
de nuestro Señor Jesucristo. Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha
echado al olvido la purificación de sus pecados pasados. (2 de Pe 1. 5- 9)-
El quinto lugar, es el
mandamiento que Jesús nos dejó desde su Cruz, antes de agonizar: “Perdónales
Padre porque no saben lo que hacen” (Lc 23. 34)- Así lo había enseñado en vida:
«Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a
los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen.
(Lc 6, 27- 28)-
Amen a sus
enemigos como yo lo he hecho.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu
enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el
bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para
que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y
los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos. Porque, si
ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo
los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de
extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Sean, pues, perfectos como su
Padre celestial es perfecto". (Mateo 5, 43-48)-
Amar con el amor de Cristo y amar como él nos amó,
pide Fe, esfuerzos, renuncias y sacrificios.
Fe sincera que pide esfuerzos para vencer la fe
conformista, superficial y mediocre. Renuncias para que haya libertad y
virtudes, sin renuncias no hay de eso. Sacrificios para hacer las cosas nuevas.
Los sacrificios espirituales que son agradables a Dios son: el sacrificio de
comunión y de acción de gracias, guardar los Mandamientos de la Ley de Dios. El
sacrificio de alabanza o de la caridad, para participar a otros de los dones de
Dios. El sacrificio de expiación o de renuncia al pecado para darle muerte al
hombre viejo (Eclo 35. 1- 3)-
Lo que Pablo nos recomienda a rodos los creyentes.
Os exhorto, pues, hermanos,
por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima
viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. (viva porque
no está muerta; santa porque está en comunión con Cristo; agradable a Dios
porque hay fe sincera) Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien
transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis
distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
(Rm 12, 1- 2)-
La Palabra
de Dios es nuestra guía y nuestra brújula.
Tú, en cambio, persevera en
lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo
aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la
sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda
Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir
y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y
preparado para toda obra buena. (2 de Tim 3, 14- 17)-
Nos lleva a
la salvación y a la perfección cristiana por la fe en Cristo Jesús.
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