LOS AMIGOS DE JESÚS SON MUCHOS O SON
POCOS.
Ilustración: Dice
su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» (Jn 2, 5)
Estas
palabras son dichas en clave: en clave de humildad, de alianza y de amistad.
Amigo significa amado y amiga amada. El amigo de Jesús ha de ser un discípulo
de Cristo que nos ha dicho a todos: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo
les digo” (Jn 15, 13) Discípulo de Jesús es aquel o aquella que escuchan la
palabra de Dios y la obedecen, los que pertenecen a Jesús y pertenecen a los
Doce para formar la Comunidad de Jesús.
El
amigo de Jesús vive en comunión con Él para poder dar fruto en abundancia (Jn
15, 4-7) El amigo confía, obedece, ama y sirve a su Maestro. Pues el discípulo
o el amigo no es más que su Maestro, bástale al discípulo o al amigo ser como
su Maestro ( ) Entre Jesús y sus amigos existe un amor recíproco, y sin él no
hay amistad con Jesús.
Son
amigos que han tenido un encuentro liberador y gozoso por que nos ha quitado la
carga y nos hace partícipes de su resurrección. Han cruzado por la Puesrta
estrecha que es Cristo crucificado para aceptarlo como su Salvador, como su Maestro
y como su Señor. Por eso amigo es el que ha nacido de Dios y ahora guardad los
Mandamientos y la Palabra de Dios (Jn 14. 21- 23: 1 de Jn 2, 3- 4) Y en la
medida que pueda y trata de vivir como vivió Jesús.
Anigo
de Jesús es aquel o aquella que ama y sigue a Jesús, por eso se niega a sí
mismo carga su cruz y lo sigue (Lc 9, 23) Y, si no, ni a camarada llega. Hay
falsos amigos y hay verdaderos amigos. El amigo verdadero de Jesús es hijo de
Dios y es hermano de Jesús (cf Ef 1, 4-5) Acepta a los demás como familia que
les pertenece, y a la vez él, les pertenece a ellos. Y así poder vivir en
comunión con ellos, y es capaz de cargar las debilidades de los otros, los más
débiles (Rm 15. 1) Esto exige una fe sincera y un corazón limpio.
Por
eso el amigo de Jesús ofrece in culto verdadero y ofrece a Dios en Cristo sacrificios
vivos, santos y agradables a Dios (Rm 12, 1) El verdadero amigo de Jesús es un
hombre nuevo (Ef 4, 24) que no está hecho, sino haciéndose en un proceso de
conversión, de donación, de entrega y de servicio. Es decir. Es un seguidor de
Cristo Jesús. Camina en la Verdad que es Jesús por eso es íntegro, sincero,
honesto, leal y fiel. Libre de prejuicios (cf Jn 8, 32)
El
amigo de Cristo lo lleva en su corazón por eso es testigo de amor verdadero,
del Amor de Dios que es derramado en su corazón (Rm 5, 5) Por eso puede
rechazar el mal y amar apasionadamente el bien (Rm 12, ) Y con el Amor vencer
el mal (Rm 12, 21).
Lucas
dice a los creyentes: ¿Por qué me dicen señor, señor, y no hacen lo que yo les
digo? (Lc 6, 46) El amigo hace de la voluntad de Dios, manifestada en Cristo,
la delicia de su vida (Jn 4, 34) Su oración predilecta es el Padre Nuestro que
nos invita a vivir en la Voluntad de Dios (Mt 6, 9- 12) Su alegría es vivir y
pertenecer a la Comunidad de Jesús que es fraterna, solidaria, misionera y
servicial.
Jesús
es el Amigo que no abandona a sus amigos, camina con ellos, vive con ellos,
trabaja con ellos y ora con ellos, es la promesa que hace a sus amigos: “Donde
están dos o tres en mi Nombre, yo estaré en medio de ellos” (cf Mt 18, 20) “Y
yo estaré siempre con ustedes” (Mt 28. 20). Para conducirlos, enseñarlos,
liberarlos, reconciliarlos y salvarlos y santificarlos. Jesús amigo. Nunca nos
falla, confiemos en su Amistad, es decir, en su Amor.
El
pecado rompe la amistad con Jesús, paga con la muerte y se pierde la Gracia de
Dios, el pecado es dar la espalda a Jesús. Para hacer amigo del que nos divide,
engaña, manipula, sofoca y mata. Para convertirnos en adversarios de Dios.
Jesús
a sus amigos los prueba para que crezcamos en su Amor y nos fortalece para que
seamos fieles en la misión que nos ha encomendado: “Mi “Gracia te basta, mi
Amor es todo lo que tu necesitas” (2 de Cor 12, 9) A sus amigos le ha dado un
andamiento: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn 13, 34) La
señal de la amistad es el amor.
“No
temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a
vosotros el Reino.” (Lc 12, 32)
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