FORRTALECEOS EN EL SEÑOR CON LA ENERGÍA DE SU PODER.

 

FORRTALECEOS EN EL SEÑOR CON LA ENERGÍA DE SU PODER.



Iluminación: Además, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose objeto de maldición por nosotros, puesto que la Escritura dice: Maldito sea aquel que cuelga de un madero. Esto sucedió para que la bendición otorgada por Dios a Abraham llegara también, por Cristo Jesús, a los paganos y para que recibiéramos, por medio de la fe, el Espíritu prometido. (Gá, 3, 13s)

El relato evangélico:

En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: ‘’Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”. Lc 11, 15-26

“Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Los servidores de Satanás son mentirosos, asesinos, opresores, dividen y confunden, Jesús no es de esos, Él es el Hijo de Dios, el Amor, la Verdad, y la Vida (Mt 16, 16; Jn 14, 6) Satanás significa el que pone obstáculos para que nadie se salve. Diablo significa el que divide a los hombres con Dios, con ellos mismos y con  la naturaleza. El pecado contra el Espíritu Santo es decir que Jesús actúa bajo las órdenes de Satanás.

‘’Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa.

La primera división es interior, es entre la inteligencia y la voluntad en el hombre; por esa grieta se escapa el buen olor de Cristo y entran otros olores. Empieza la lucha entre el mal contra el mal. ¿Quién gana? El mal que embota la mente, endurece el corazón, se pierde l amoral y lleva hasta el desenfreno de las pasiones (Ef 4, 17- 18) Se cae bajo el dominio del Hombre viejo y del Ego y con su séquito de vicios y de las pasiones desordenadas.

Después vienen las divisiones en la familia, en la sociedad y en la Iglesia. El hombre se convierte en  un lobo para sus hermanos, y hace de su casa una guarida de zorras (Lc 9, 58) Vienen las guerras las guerrillas, los fraudes, los abortos, los crímenes, los adulterios, las fornificaciones, la mentira, la envidia, la hipocresía, las ideologías y otras muchas realidades negativas que deshumanizan y despersonalizan al hombre (Mt 15, 11s) Hombre y mujeres, todo que luchan contra el Evangelio de Jesucristo.

Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Jesús arroja a los demonios con el Poder de Dios, Con el Dedo de Dios. Que es el Espíritu Santo. ¿Cómo lo hace? Con su Palabra poderosa y liberadora, el que la escuche, crea en ella y la ponga por obra (Mt 7, 24; Lc 8, 21; Lc 11, 28) Quedará libre, perdonado de sus pecaos y recibirá el don del Espíritu Santo (Rm 5, 1) Effata, {ábrete a la acción de mi Palabra, a la acción del Espíritu Santo, la Oración y a los Sacramentos, para que quedes libre del pecado y sus aliados, el Mundo, el Maligno y la Carme. (Mc 7, 24; Mt 13, 25) "Huyan de las pasiones desordenadas y de las supersticiones paganas (2 de Tm 2, 22; Dt 18, 9ss)Huyan del pecado (2 de Pe 1, 4). El hombre tiene que desear ser libre para ser exorcisado. 

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros;

Rl hombre fuerte es aquel que está en cristo, y por lo tanto es una Nueva creación (2 de Cor 5, 17) Es aquel que ha escuchado la Palabra y la ha obedecido: Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. (Apoc 3, 20) Cristo ha entrado en su casa y vive en ella como su propia casa. (cf Ef 3, 17) Jesús entra el corazón de los que le abren la puerta, lleva en sus manos la “Espada del Espíritu” “La Palabra de Dios”. Empieza su Obra, tumba monte y maleza: espíritu de machismo, de alcoholismo, de mentira, de odio, de envidia, de hipocresía, y muchos otros más, fuera y al fuego, con el “Fuego de su Espíritu” (Lc 12, 49) “Toda yerba que mi Padre no ha plantado será arrancada y echada al fuego. (Mt 15, 13)

Ahora fortaleceos con la energía de su Poder para que puedas vencer.

Los medios para crecer en la vida spiritual son la Palabra de Dios, la Oración los Sacramentos y la práctica de las virtudes cristianas. Jesús nos advierte: “Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas” (Lc 12, 35) “Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt 26, 41) “El que escucha mi Palabra y la obedece permanece en mi Verdad que los hace libres” (cf Jn 8, 32) “Despójense del traje de tinieblas y revístanse con el traje de luz,” (Rm 13. 13) Con la armadura de Dios. Crean y conviértanse para que entren en el Reino de Dios (Mt 4, 17) Y puedan revestirse de bondad, verdad y justicia, (Ef 5, 9) La humildad, la mansedumbre y la misericordia (Col 3, 12) La fe, la esperanza y el amor (1 de Tes 5, 8) La piedad, el amor fraterno y la caridad, el que tenga estas cosas abunda en la gracia y en el conocimiento de Dios (2 de Pe 1. 8)

Esta es la fe verdadera, sincera y firme que nace y se alimenta de la Palabra de Dios que ni los vientos ni los ríos la pueden tumbar porque está cimentada en Cristo (cf Mt 7, 24- 25)

Por la fe sincera obtenemos el verdadero exorcismo del pecado o del dominio de los demonios: “Llenándonos de Cristo” por la práctica de las Virtudes: el Amor echa fuera el odio, la Verdad echa fuera la mentira y la Vida echa fuera la muerte, la Fortaleza echa fuera todos los vicios. Para que podamos amar y servir como Jesús lo hizo, con esfuerzos, con renuncias y sacrificios (cf Lc 9, 23) Y podamos gritar a los cuatro vientos: “Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece” (Flp 4, 13)

“Dónde abundó el pecado, sobre abunda la Misericordia de Dios (Rm 5, 20) Examinemos nuestro vocabulario para darnos cuenta que espíritu nos llena, el de Cristo o el de los demonios.

Con nuestras palabras dividimos, confundimos, engañamos, manipulamos, sofocamos y matamos. Este vocabulario pertenece al de los demonios. Mientras que las palabras de Dios reconcilian, exhortan, animan, consuelan, liberan, salvan y corrigen con amor y con humildad.

Recordemos las Palabra de Jesús: La Verdad os hará libres.

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