HE DECIDIDO SEGUIR A CRISTO PARA AMARLO Y SEGUIRLO.

 HE DECIDIDO SEGUIR A CRISTO PARA AMARLO Y SEGUIRLO.




Iluminación: Queridos hermanos: Huyan de la idolatría. Me dirijo a ustedes como a hombres sensatos; ustedes mismos juzguen lo que voy a decir: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo?

La idolatría es el culto a los ídolos.

 Ídolo es lo que ponemos en centro de nuestra vida en lugar de Dios. Pueden ser personas, cosas, lujos, como puede ser el poder, el tener y el placer (1 de Jn 2, 15) Los ídolos son opresores y explotadores, son ciegos que nos llevan al pozo de la muerte (Rm 6, 23) Pablo llamó al culto a los ídolos, culto a los demonios. La idolatría nos lleva a la “Inversión de valores”. Cuando llevamos el ídolo en nuestro corazón reducimos a as personas en cosas o en objetos y son más importantes las cosas que las personas. Cuando ponemos al Yo en el centro de nuestra vida el mismo Dios es reducido a nuestro ídolo y entonces nuestras oraciones quedan vanas y vacías (cf Mt 7, 21) Romper con los ídolos es romper con el pecado para participar de la Naturaleza divina ( 2 de Pe 1, 4)

Las dos mesas la del Señor y la mesa de los demonios.

El culto a Dios o culto a los ídolos. El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan. Consideren al pueblo de Israel: ¿no es cierto que los que comen de la víctima sacrificada en el altar quedan unidos a él? Con esto no quiero decir que el ídolo represente algo real, ni que la carne ofrecida a los ídolos tenga algún valor especial. Lo que quiero decir es que, cuando los paganos ofrecen sus sacrificios, se los ofrecen a los demonios y no a Dios. Ahora bien, yo no quiero que ustedes se asocien con los demonios. No pueden beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios. No pueden compartir la mesa del Señor y la mesa de los demonios. ¿O queremos provocar acaso la indignación del Señor creyéndonos más poderosos que él? Palabra de Dios. De la primera (1 de corintios 10, 14-22)

A la mezcla de las mesas, del bien y del mal produce en nosotros ceguera, sordera y tibieza espiritual: Al Ángel de la Iglesia de Laodicea escribe: Así habla el Amén, el Testigo fiel y veraz, el Principio de la creación de Dios. Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Apoc 3, 14- 16) “cMe tapo los ojos para no ver tus acciones y me tapo los oídos para no escuchar tus oraciones (cf Is 1, 15).


Ofrezcamos el culto a Dios por Cristo en el Espíritu Santo.

El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan. Consideren al pueblo de Israel: ¿no es cierto que los que comen de la víctima sacrificada en el altar quedan unidos a él? Con esto no quiero decir que el ídolo represente algo real, ni que la carne ofrecida a los ídolos tenga algún valor especial. Lo que quiero decir es que, cuando los paganos ofrecen sus sacrificios, se los ofrecen a los demonios y no a Dios. Ahora bien, yo no quiero que ustedes se asocien con los demonios. No pueden beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios. No pueden compartir la mesa del Señor y la mesa de los demonios. ¿O queremos provocar acaso la indignación del Señor creyéndonos más poderosos que él? “Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor”. (1 de Cor 11, 27)

A la luz de la Palabra que ilumina nuestro corazón y nuestro camino podemos echar una mirada a nuestra historia y darnos cuenta donde estamos pisando. En una primera etapa Cristo estaba fuera de nuestra vida y nosotros éramos el centro, nuestro ego era como Dios. Estábamos ciegos y éramos idolatras. En una segunda etapa, al escuchar la Palabra de Vida, Cristo entra dentro de nuestra vida, pero Yo sigo siendo el centro, a mi alrededor tengo el poder, el placer y el tener. Cristo y trabaja en mi liberación y se me va acercando y yo me estoy convirtiendo- Llega una tercera etapa, Jesús está junto a mí- Me ha seducido y yo he dejado seducir (Jer 20, 7) Y entonces hago mi Opción Fundamental por Cristo, tomo la decisión de seguir  su Palabra y dar la espalda al mundo. Me levanto y le cedo el Centro de mi corazón para que Él sea mi Salvador, mi Maestro. mi Señor y mi Dios. Me hace su hijo, amigo, discípulo y servidor.

Ahora puedo hacer de su Voluntad la delicia de mi vida (Jn 4, 34) y de sus Mandamientos y de su Palabra la delicia de mi corazón (cf Jn 14, 21- 23) Con alegría puedo negarme a mí mismo para aceptar la voluntad de Dios, cargar su yugo y seguir a Cristo ( Mt 8, 29; Lc 9, 23) Ahora mi corazón no está vacío, Cristo habita por la fe en mi corazón y experimento su Amor que supera todo saber y todo tener (cf Ef 3, 17- 19)

 



 

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