TODO ÁRBOL BUENO DA FRUTOS BUENOS Y EL ÁRBOL MALO DA FRUTOS MALOS.

 

TODO ÁRBOL BUENO DA FRUTOS BUENOS Y EL ÁRBOL MALO DA FRUTOS MALOS.

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán". (Mt 7, 15-20)

En el Antiguo Testamento encontramos falsos y verdaderos profetas. Los falsos profetas estaban al servicio del rey y de los poderosos, pero, existían falsos profetas que estaban al servicio del templo, pero no siempre de Dios. Los profetas de Dios estaban al servicio de la Ley de Dios. Hablaban antes de que las cosas sucedieran, estaban al servicio de la Verdad, mientras que los falsos profetas están al servicio de la mentira. Los profetas de Dios hablaban contra el Culto falso (Is 1, 1º- 15) Amós habló contra el rey, contra los sacerdotes, contra los ricos y contra el pueblo que había caído en la idolatría (Am 7, 10ss) Jeremías anunció la deportación a Babilonia (Jer 27, 1- 7)

Hoy, como en el Nuevo Testamento, existen los falsos y los verdaderos profetas, Los falsos profetas se dividen en dos: los profetas al servicio del Mundo y los que está al servicio del Diablo. Los profetas del Mundo le cantan a los caballos, a las mujeres divinas, a la droga, a la parranda, Mientras que los profetas del diablo legislan en favor del aborto, de la eutanancia, de las guerras, de las ideologías, etc. Mientras que los profetas de Cristo han de creer, confiar, pertenecer, amar y servir a Cristo y a su Iglesia. Pero, desde dentro de la Iglesia han salido y siguen saliendo falsos profetas que niegan la divinidad de Jesucristo, su Evangelio y su Obra.

Jesús nos advierte sobre los falsos profetas. "Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán.” Pablo los reviste de ángeles: Y nada tiene de extraño: que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto, no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia. Pero su fin será conforme a sus obras. (2 de Cor 11, 14- 15)

 “Por sus frutos los reconoceréis”. ¿De qué frutos se trata? Se habla del Amor a Dios y a su Palabra (Jn 14, 21- 23) Frutos como la bondad, la justicia y la verdad (Ef 5, 9). La Humildad, la mansedumbre, la misericordia (Col 3, 12) La prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la piedad, el amor fraterno y la caridad (2 de Pe 1, 5- 8) El amor , la paz y el gozo (Gál 5, 22)

¿Qué vemos en nuestra vida? ¿A quién escuchamos?  ¿A quién seguimos? Al que nos habla bonito de acuerdo a nuestros gustos e intereses o al que nos habla la verdad aunque nos duela. ¿Vemos en nuestra vida responsabilidad, dominio propio, libertad, amor y servicio? Si nos estamos convirtiendo a Jesucristo somos conducidos por la Verdad que nos hace libres (Jn 8, 32) para ser fieles a su Evangelio. (Flp 1, 27) El falso profeta busca sus propios intereses: La economía.

Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Frente a ti está la vida y la muerte, la felicidad y la desdicha, el agua y el fuego (Gn 2, 17; Dt 30, 15; Eclo 15, 11) Eres libre para hacer lo que tu decidas, el bien o el mal. Que nadie nos engañe diciendo que lo bueno es malo y que lo mano es bueno. Aprendamos a pensar en la Verdad para conocer cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo justo y lo perfecto (Rm 12, 2) El amor pide esfuerzos, renuncias y sacrificios, La salvación es un don gratuito, pero no es barato. Hay que amar y seguir a Cristo para construir la Casa sobre Roca (Mt 7, 24) y no sobre arenas movedizas (Mt 7, 25),

El árbol bueno es el servidor fiel y prudente que está sembrado a la orilla del río, sus raíces están en el agua, sus ramas, unidas al tronco (Cristo) están siempre verdes y dando frutos los doce meses del año. (cf Slm 1, 1- 3) En cambio el árbol malo, está plantado en la meseta, en la aridez, en el vacío existencial que viene del engaño, de la parálisis y de la frustración, sus frutos son malos. Son buscadores del poder, del placer y del tener, su vida es mundana y pagana (1 de Jn 2, 15) “Guárdense de los falsos profetas” (1 de Jn 2, 18)

Al profeta de Cristo lo que se le pide es fidelidad a Jesús, a su Evangelio y a su Obra (1 de Cor 4, 1) Es fiel a la Ley de Cristo, enseña guardar los Mandamientos, los diez para que se pueda guardar el Mandamiento Regio, el mandamiento del Amor. Ayuda e ilumina con su Palabra el camino de la madurez humana para no ser manipulados por nadie o por nada (Ef 4, 14)

 “Y si todavía nuestro Evangelio está velado, lo está para los que se pierden, para los incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios. No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos vuestros por Jesús.  Pues el mismo Dios que dijo: De las tinieblas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.” (2 de Cor 4, 3- 7)

 

 

 



 

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