CAMINAR EN LA VERDAD ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y SERVIR A LOS HERMANOS,

 

CAMINAR EN LA VERDAD ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y SERVIR A LOS HERMANOS,

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno’’. (Mt 5, 33-37)

Del maligno viene la mentira, es su hija predilecta, es la fuerza del mal. “No mentirás” es un pecado contra el octavo mandamiento, y al poner a Dios como garantía de la falsedad o de la mentira pecamos contra el segundo mandamiento: La Verdad es el Dios vivo y verdadero (Jer 1, 19) Jesús el Revelador del  Padre nos dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. (Jn 14, 6) El Amor que nos lleva a la Verdad y ésta que nos lleva a la Vida.

Cuando el mentiroso habla confunde, engaña, divide, aplasta, manipula y mata. En cambio las palabras del hombre que camina en la Verdad, sus palabras animan, motivan, reconcilian, liberan, salvan y corrigen. Son dos estilos totalmente opuestos. La mezcla entre la verdad y la mentira produce tibieza espiritual que no es grata a Dios (Apoc 3, 15- 16) De la mentira viene el ocultismo, el espiritismo, el espiritualismo, la santería moderna, en estas cosas mezclan la Biblia, agua bendita, velas benditas y rezos para confundir a la gente y piensen que es de Dios. Es un pecado contra el segundo mandamiento.

“Cuando hayas entrado en la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones. No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti.” (Dt 18, 9- 12)

De acuerdo a la verdad de la Biblia, el hombre no vale por que tiene, ni por lo que sabe o por lo que hace, “Vale por lo que es, un alguien, una persona llamada a ser hija de Dios”. Un ser llamado a vivir en “relación en la Verdad” Es decir con la Realidad: Dios, los demás, uno mismo y con la naturaleza”. La mentira divide y agrieta con Dios, con uno mismo, con los demás y con la naturaleza.

El hombre es un ser en “Proyección”. No está hecho, sino, haciéndose,  Su vida está orientada hacia lo que todavía no es, pero, que está llamado a ser: Una Plenitud de persona. "Cultiva y protege tu vida, tu familia y tu comunidad”. (Gn 2, 15)  Cuídate de no desviarte ni a Izquierda ni a Derecha, es decir, no al Conformismo ni al Totalitarismo, ninguno de los dos realiza, caes en el hoyo de la deshumanización y de la despersonalización que tiene a la mentira como fuerza. La desviación te lleva a la Inversión de Valores, que es la madre del “Vacío existencial”. Vacío de Amor y de valores, vacío de Dios.

Del Vacío existencial nace la frustración, el aburrimiento, la agresividad, el aislamiento y la pérdida del sentido de la vida. Volvamos la mirada a la Escritura que nos dice: “Por tanto, desechando la mentira, hablad con verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros.” (Ef 4, 25) Mentiras ni chiquitas, ni blancas ni piadosas para justificarnos, porque lo que único que nos justifica es la fe que viene de la Verdad que nos hace libres de todo: La “malicia, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia” (1 de Pe 2,1) Para que podamos amar y hacer el bien. (Jn 8, 32) Caminar en la Verdad nos hace negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Cristo 8Lc 9, 23) La verdad duele, pero, libera. La Verdad nos lleva a la Vida, al Amor a Dios, a los hombres y a la naturaleza.

La mentira se viste como un ángel de luz, hace pasar lo bueno como malo y lo malo como bueno. Va embotando la mente, endureciendo el corazón, perdiendo la moral hasta caer en el desenfreno de las pasiones (Ef 4, 17- 18) Los enemigos de una vida en la Verdad, son enemigos de la salvación: Las Ideologías que nos llevan al “Individualismo, al Conformismo, al Totalitarismo, al Secularismo, al Ateísmo, a las Supersticiones” La fuerza de estas realidades está en la mentira.

La Verdad en cambio es la fuerza del Amor, de las Virtudes y de los Valores del Reino de Dios. Nos lleva abrazar la Voluntad de Dios, a salir fuera de nuestro egoísmo para ir al encuentro de una persona para servirla e iluminarla con la luz del Evangelio, y, es la fuerza para negarnos a nosotros mismos para hacer todo lo anterior. A esto le llamamos “Caridad Pastoral” que nos pide conversión a la Palabra de la verdad para poder vencer a los enemigos de la salvación. La palabra de la Verdad nos lleva a realizarnos como hijos de Dios y como personas, saliendo d elas tinieblas y llevándonos a la luz para saborear sus frutos: La Verdad, la Bondad y la Justicia. (Ef 5, 8-9)

 

 

 

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